Los acusados vuelven a recibir la visita de sus familiares en el penal de Dolores
El miércoles de la semana pasada fue la primera vez que los ocho imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa recibieron la visita de sus familiares en la unidad 6 del penal de Dolores donde se encuentran detenidos. La jueza determinó que todos los miércoles a las 17 podrán ser visitados, hasta que finalice el juicio.
Los rugbiers pueden ser visitados por sus padres y hermanos en el penal, donde les llevan comida y pueden hablar. En el juicio apenas cruzan miradas, ya que los imputados están divididos constantemente por un cordón de 13 policías del Servicio Penitenciario Nacional.
Algunos de los padres que se presentaron en la Unidad Penitenciaria N°6 no es la primera vez que la visitan. Esa cárcel fue el primer traslado que tuvieron los imputados luego de su paso por la comisaría 1° de Villa Gesell en enero de 2020. Luego estuvieron en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero, en La Plata. Y ahora volvieron a Dolores.
Antes de ingresar al pabellón exclusivo donde están alojados sus hijos, los familiares deben dejar la comida y los bidones de agua mineral para que los requisen y ellos avanzar por otra fila para que los revisen. Así es el procedimiento. Allí los imputados tienen camas estilo “cucheta” -o también llamadas marineras- de caño, un lavatorio de cemento con una canilla y un inodoro encerrado en un rincón con una pared y una puerta de madera. A pesar que cada celda tiene la capacidad de alojar a todos ellos, por cuestiones de seguridad, están divididos de a pares.
Luciano Pertossi, Ayrton Viollaz, Matías Benicelli, Alejo Milanesi, Blas Cinalli, Juan Pedro Guarino, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Ciro Pertossi y Lucas Pertossi seguirán alojados en la Unidad Penitenciaria N°6 de Dolores hasta que finalice el juicio previsto para fin de mes.
Blas Cinalli es el único que no recibe visitas de familiares
Blas Cinalli, uno de los acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, es el único de los ocho acusados que no recibió familiares durante el juicio ni en el Penal de Dolores. Aunque no se sabe el motivo, se pudo corroborar además que en la lista de ingresos del Tribunal no hay allegados del joven acreditados que vayan a presenciar alguna de las próximas audiencias.
Desde el inicio del juicio oral cada acusado tuvo la presencia, al menos una vez, de algún cercano. El caso de Cinalli demuestra la posible relación quebrantada con su entorno.
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