El Gobierno impulsa habilitar la vacuna para los chicos en escuelas de todo el país
La tarde que Jaime Perczyk se convirtió en ministro de Educación de la Nación, una imagen de su jura se viralizó. Antes de decirle que sí públicamente al presidente Alberto Fernández, Perczyk alejó de sí mismo y de un ejemplar de la Constitución Nacional el otro libro que había sobre la mesa: la Biblia. Unos días después, luego de que desde su entorno explicaran que el gesto fue “fruto de su ansiedad”, el propio Perczyk se refirió al tema: “Si alguien se sintió molesto pido disculpas, no le quiero faltar el respeto a nadie”, dijo en declaraciones radiales a La Red.
En el despacho principal del Palacio Sarmiento, donde funciona el ministerio que Perczyk conduce y donde abundan los bustos de mármol del autor del Facundo, no hay ejemplares de la Biblia pero sí hay fotos de la máxima autoridad de la Iglesia Católica. En una, Perczyk y el Papa Francisco se dan la mano. En otra, sonrientes los dos, sostienen juntos una camiseta de Independiente, equipo del que el ministro es hincha y del que, apenas asoma el tema, habla apasionadamente.
No es el único cura que se ve en esta oficina. En una bandera que le hicieron llegar, una foto del día que Néstor Kirchner y el padre Bachi, párroco durante décadas en La Matanza, se saludaron tras el anuncio de la urbanización de Villa Palito, en el distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires. “¡Gracias, Néstor!”, dice la otra foto del ex Presidente: el santacruceño sonríe en la imagen. En el mismo despacho en el que el ministro dialoga con elDiarioAR, una pintura de Antonio Berni y otra de Benito Quinquela Martín. Son parte de la pinacoteca de este ministerio en el que las esculturas de Sarmiento conviven con las de Zamba, el personaje de animación creado para el canal Pakapaka.
-Usted remarcó varias veces que el Estado garantizará la presencialidad de las clases en el inicio del ciclo lectivo. En un contexto en el que los casos de CoVid-19 crecen, ¿qué protocolos van a implementarse?
-Estamos viviendo una situación de aumento explosivo de casos, y la ciencia también nos plantea que habrá una bajada importante de casos. Es lo que pasó en Sudáfrica, lo que está pasando en Europa, lo que pasa en la ciudad de Córdoba, que es donde empezó esta crecida, y lo que pasa en la Ciudad, según anunció el Gobierno porteño. Empezó a darse la tendencia de la que habló el Ministerio de Salud de la Nación. Nosotros tenemos siete semanas para hacer un trabajo muy fuerte de persuasión, de convocatoria, de invitación a vacunarse a todos los chicos y las chicas que aún no lo hicieron. Tenemos al 64% de los chicos de 12 a 17 años con el esquema completo, y un 78% con el esquema iniciado. Tenemos un 44% de los chicos de 3 a 11 años que completaron su esquema, y lo iniciaron el 63,9% de esos chicos. Tenemos siete semanas para que se completen esos esquemas. Hemos aprendido de algunas experiencias, por ejemplo en Santiago del Estero, que donde el sistema de salud ha vacunado en las escuelas eso resultó muy exitoso, fueron muchos chicos y chicas. En Santiago el 87% tiene su esquema completo. Es una práctica que los más grandes recordamos, la vacuna en la escuela, y en algún momento se perdió. En este momento la primera tarea pública es invitar a que todos los chicos se vacunen, para tener el mejor ciclo lectivo posible. Necesitamos un ciclo lectivo que tenga 190 días y que tenga todas las horas. Que tenga una continuidad, y esa continuidad también es una construcción colectiva. A esta altura cada chico y cada chica conoce los mecanismos de cuidado, que también son muy importantes de mantener. Estas siete semanas serán también de trabajo intenso para llegar al acuerdo sobre los protocolos a implementar. Estamos estudiando qué están haciendo los países del Primer Mundo, que vienen antes que nosotros en este drama. Sobre eso trabajaremos para acordar lo que garantice un ciclo lectivo extendido, con todas las horas, cuidado y continuo.
-¿Tiene un piso de cuidados ya previsto esa idea de protocolo?
-Estamos estudiando qué hacen otros países en los que ya empezaron las clases, que en muchos casos hacen cosas muy disímiles entre sí. Estamos viendo, según nuestras posibilidades y nuestra idiosincracia, qué vamos a implementar. Hoy no hay ningún protocolo armado porque no hay clases en este momento. Lo acordaremos y lo comunicaremos en el momento que haya que comunicarlo.
-Las tasas de vacunación en edad escolar no alcanzan la llamada “inmunidad de rebaño”, y son algunas de las franjas etarias con tasas más bajas. ¿Cree que en estas semanas previas a las clases eso puede revertirse?
-Faltan siete semanas para que empiecen las clases. Se puede decir “es mucho” o “es poco”. La vacunación de los chicos empezó hace tres meses, que son doce semanas, y en esas doce semanas hay tasas de vacunación importantes. Ahora el 44% de los chicos y chicas de primaria e inicial tienen el esquema completo. Hace tres meses era el 0%, entonces nosotros lo vemos posible. Y en adolescentes las tasas son aún más altas. En Argentina hay una vocación, algo que el periodismo o la medicina llaman “cultura de la vacuna”, entonces vamos a insistir con la campaña pública que transmite que la vacuna es segura y efectiva para protegerse. Nosotros vamos a trabajar en mostrar dónde hay muchos chicos para ir a vacunarlos. Que pueda hacerse en las escuelas de verano y, en muchas escuelas de la Argentina.
-¿Van a vacunar en escuelas de todo el país?
-Lo tenemos que acordar desde el Consejo Federal de Educación con la ministra de Salud. Todos los ministerios de Educación del país, sin importar el cortar político, acordamos por unanimidad solicitar eso al Ministerio de Salud. Hay consenso en el sistema educativo, en el científico y en el de salud. Ahora tenemos que hacerlo.
-¿Cuándo?
· Estimo que en febrero. En febrero esto se tiene que poner en marcha.
¿Está previsto algún escenario en el que haya que suspender la presencialidad?
-Estamos garantizando la presencialidad.
-¿Pase lo que pase?
-Yo no puedo hacer política pública con “pase lo que pase”, sino con lo que pasa. Vamos a asegurar que a partir del 2 de marzo los chicos y las chicas tengan presencialidad plena.
-¿Qué rol van a tener los gremios docentes en la construcción de los protocolos y en garantizar esa presencialidad plena?
-Bueno, los sindicatos ocupan dos lugares. Uno, como trabajadores de la educación, pelean por ese derecho, lo defienden. A la vez, los protocolos afectan sus condiciones de trabajo: tenemos que cuidar cómo garantizamos las condiciones de trabajo para esos trabajadores cuya tarea es, a la vez, garantizar un derecho.
El 16 de diciembre, este diario reveló que, hasta ese momento, medio millón de estudiantes de la Argentina no habían recuperado un vínculo estable con la escuela tras la suspensión de las clases presenciales. El ritmo de revinculación se ralentizó a lo largo del año 2021. Ante la consulta sobre si esa cifra había sido actualizada nuevamente, Perczyk responde: “El número es el que teníamos. Ni bien tengamos nuevos datos consolidados volveremos a comunicarlos”. Y también dice: “Hay una precisión sobre eso que yo me veo en la obligación de repetir todas las veces que haga falta. Ese medio millón de chicos es medio millón de chicos que se nos fueron. No hay que decirlo en impersonal, ‘se fueron’, sino en primera persona del plural. Se nos fueron a nosotros. Decir ‘se fueron’ desresponsabiliza”.
-¿Qué está haciendo ahora mismo el ministerio para recuperarlos?
-Se están haciendo varias cosas. Hay escuelas de verano que, como todos los veranos, tienen actividades de recreación, culturales y deportivas, también tienen un 30% de la carga horaria dedicada a Lengua y Matemática. Además se está implementando el programa “Volvé a la escuela”. Estamos firmando convenios con municipios para que esos municipios vayan a buscar a los chicos casa por casa. Esta semana firmamos con La Matanza.
-La estimación de que 1,1 millón de chicos había perdido vínculo con la escuela se hizo entre agosto y septiembre de 2020. ¿Por qué se tarda tanto en implementar un convenio que los vaya a buscar casa por casa?
-No es que se esté empezando ahora. Se van implementando distintas estrategias. Están trabajando las escuelas, el ministerio, los curas villeros, organizaciones sociales, los docentes, y ahora se suman estos convenios.
A conciencia, cada vez que habla de ese medio millón de chicos y chicas, Perczyk repite la idea: “Se nos fueron”. “Esos chicos que no tuvieron más vínculo o tuvieron una vinculación intermitente, en muchos casos no tenían otra posibilidad más que perder el vínculo o que pasara a ser intermitente. En la Argentina no sólo que no hay conectividad en todas las escuelas, sino que, teniendo en cuenta que este es el octavo país en superficie de todo el mundo, no tenés datos para el celular en cualquier lado del territorio. Entonces por más esfuerzo que hicieran los padres de conseguir un teléfono, comprar una tarjeta, lo que sea, ese chico quedaba desconectado. A esos chicos hay que ir a buscarlos”.
-Usted estimó que llevaría tres años recuperar lo perdido tras la suspensión de las clases. ¿Cuánto tiempo llevará revincular a esos chicos?
-Eso no lo sé, pero espero que el 2 de marzo estén todos en la escuela. Los estamos yendo a buscar. Hay chicos que se nos fueron porque no pudieron conectarse, y la presencialidad les va a garantizar poder estar conectados con la escuela. Y hay otros que la madre o el padre tenían miedo de llevarlos, y esos chicos, con la vacunación, van a volver a las aulas. Pero a esa presencialidad, aunque parezca paradójico, hay que acompañarla con conectividad.
-Acaba de decirme que no hay conectividad garantizada en todas las escuelas, ¿qué está haciendo el ministerio para resolverlo?
-Ahora mismo alrededor del 67% de los estudiantes tienen conectividad en la escuela. Durante este año queremos llevarlo al 90%. A la vez, el programa Conectar Igualdad ya licitó 640.000 notebooks para estudiantes de secundaria, ya se distribuyeron más de 80.000. Hay un problema mundial en la entrega de las máquinas por parte de los proveedores, estamos discutiendo para que esa entrega sea lo antes posible. A eso suma que estamos licitando un millón más de computadoras para esos chicos y chicas. Y en primaria estamos comprando libros de texto, se están imprimiendo ocho millones de ejemplares para que los tengan los estudiantes y las y los docentes. Son los manuales de Lengua y Matemática, para todos los chicos y chicas de la primaria pública, de escuela privada de cuota cero o de oferta única. En alguno de sus primeros artículos, la ley 1.420 (N. de la R.: es la ley de 1884 que implementó la escuela primaria obligatoria y gratuita) establece que todos los días debe haber Lengua y Matemática. Estamos implementando esos contenidos en las escuelas de verano porque son los estructurantes. Todos los días hay que dar lugar a algún desafío cognitivo que sea inhabitual, pero también todos los días hay que hacer Lengua y Matemática, porque eso organiza la rutina. Los libros en las casas de los pibes y de las pibas nos van a permitir reforzar esos aprendizajes, que son sobre los que se funda la educación argentina históricamente. Estamos incorporando tecnología del siglo XV, convencidos de que va por ahí.
-¿Por qué se opta por una tecnología del siglo XV y no por una del siglo XXI?
-Porque creemos que hay que recuperar las rutinas, los hábitos de la escuela. Que hay que leer todos los días, escribir todos los días y hacer matemática todos los días. Y el mejor elemento que tenemos hoy mismo para eso es el libro de texto.
Desde algún lugar del despacho, el Papa y Néstor Kirchner sonríen, y los trabajadores de Quinquela amarran los barcos a la ribera porteña.
JR
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