Cristina Castro, madre de Facundo Astudillo: “De repente quedamos peleando contra gigantes”
Está sentada en su cocina de Pedro Luro. No frena nunca pero tuvo que frenar a la fuerza. La operaron de dos hernias en el abdomen y, como se acercaba una fecha sensible, le recomendaron que se moviera poco. Cristina Castro hace más de un mes que no trabaja en la estación de servicio. Dice que está rara. Un año atrás su hijo se fue de esa misma cocina y no lo vio más con vida. Desde entonces, su mundo pequeño, el que ocurría allí, “cambió para siempre”. “Me doy cuenta de su ausencia en cosas chicas. El mazo de cartas de truco quedó apiladito en un rincón. Facu era mi pareja de truco, nos reíamos a carcajadas. Creo que no jugamos más porque nos cuesta reírnos de nuevo así y porque no quiero otra pareja que no sea él”.
El 30 de abril del año pasado, a algo más de un mes del comienzo de la cuarentena, Facundo Astudillo Castro salió de su casa de Pedro Luro, en el sur de la Provincia, para ir a ver a su novia en Bahía Blanca. Tenía que recorrer 121 kilómetros. Cristina le dijo que no fuera, pero él igual salió a la ruta a hacer dedo. “Siempre pienso en ese momento, en volver el tiempo atrás. En volver a decirle que no vaya, que todas la peleas entre novios son pasajeras, que va a estar bien”, explica Cristina sobre el último encuentro con su hijo. “Cuando lo pienso mucho, la rabia y el dolor me superan. Me guardo, me apago, pero al otro día sé que tengo que salir. Me pongo el poncho de mamá y salgo a pelearla de nuevo. Ahí me digo a mi misma: ‘A ese chico lo parí yo, lo cuidé y lo vi crecer, no se las voy a hacer fácil’. Y ahí me vuelven las fuerzas para seguir”.
¿Cómo te sentís estos días?
Dolorida, pero no solo de las heridas de la cirugía. Pasó de todo en este mes. El día anterior a que operaran desapareció el testigo de identidad reservada que habíamos presentado. Al chico lo amenazaron. Eso estaba sucediendo cuando me estaban por meter al quirófano. Por suerte apareció. Acá estamos muy solos y pasan esas cosas.
Cuando decís que están solos, ¿a qué te referís?
Estamos en un territorio en el que solo tenés policías bonaerenses. Para encontrar un puesto de Gendarmería tenés que recorrer más de 100 kilómetros. A eso me refiero.
Ese día que Facundo salió a la ruta fue detenido por distintos miembros de la Policía de la Provincia. Las sospechas de Cristina y los fiscales que ahora investigan el caso apuntan hacia ellos. Durante este año, para defender su posición, Cristina se enfrentó con el Ministro de Seguridad, Sergio Berni, con el primer fiscal del caso y con la jueza Gabriela Marrón, que lleva la causa. “Por ahí es difícil de transmitir cómo nos sentimos acá. Pero las cosas que pasaron en los últimos meses son graves y creo que no se toma dimensión. Primero, lo de la amenaza al testigo, luego les peritaron los teléfonos a una de las policías acusadas y tenía fotos mías y de mis nietas como si me estuviera siguiendo”, detalla.
Toda la charla se van a mezclar recuerdos de su hijo con muchos momentos de indignación por lo que sucede con los policías acusados, que nunca fueron imputados por la jueza federal de Bahía, María Gabriela Marrón. Los abogados de Cristina y los fiscales comparten su mirada sobre la magistrada: no comparten que siguiera como única hipótesis que la causa de la muerte fue producto de un accidente. Los fiscales y la familia recusaron a Marrón pero la solicitud fue rechazada y actualmente la fiscalía prepara un pedido para que la Cámara de Casación Federal admita el tratamiento del caso. “El primer obstáculo que sorteamos fue Ulpiano Martinez (el fiscal inicial, que se alejó de la causa) y luego Marrón. Yo creo que a ella también la vamos a sortear”, señaló. Cristina Castro recusó sin suerte al fiscal, con quien tuvo diferencias desde el comienzo respecto del rol de los policías. Luego fueron sumados a la investigación el titular de la Unidad Fiscal de Ciberdelincuencia, Horacio Azzolin, y el fiscal a cargo de la Procuraduría de Violencia Institucional, Héctor Andrés Heim. Con ellos Cristina mantuvo reuniones y compartió la mirada sobre el caso. “Ulpiano no quería trabajar a la par de ellos. Los otros dos seguían dándole, le ponían el cuerpo y el alma. Gracias a Dios decidió retirarse él solo”, agregó.
“Parece que pasó una vida, no un año. Cuando arrancamos con Luciano Peretto (su abogado). Empezamos a vivir el día a día y parecía una película. De repente quedamos peleando contra gigantes. Tuvimos que empaparnos de lo que eran este tipo de casos, de desapariciones forzadas de gente. Son luchas que llevan mucho tiempo, mucho desgaste. Necesitas que te ayuden, que te contengan. Yo me recuesto en la mamá de Luciano Arruga o el hermano de Santiago Maldonado, que vivieron antes experiencias duras como la mía. Nos escribimos para ver cómo estamos”.
El día que Facundo salió de su casa para ver a su novia fue detenido por dos policías, en las localidades de Mayor Buratovich, donde le sacaron fotos. Otra agente declaró que luego ella lo levantó allí y lo llevó hasta Origone, el siguiente pueblo. Un cuarto policía lo paró más adelante, en la ruta 3. De ahí en adelante, según el relato de una productora agropecuaria, Facundo se fue con ella en su camioneta, hasta Cerri, donde lo dejó cerca de unas vías. Ese relato fue cuestionado por la madre de Facundo, que sostiene que es un testimonio armado. “Lo que dijo esa mujer es completamente mentira, ella fue puesta en las listas de testigos. El día anterior no estaba y luego apareció mágicamente. La plantaron”, sostiene sin dudar. Si el relato de la mujer fuera cierto y el chico llegó hasta allí, debilitaría la versión que incrimina a los policías anteriores.
¿Pensás que en algún momento te vas a sentir un poco más aliviada?
No lo sé, pero no creo que vuelva a ser la misma persona. Mis compañeros de trabajo me dicen que también extrañan a esa persona alegre. Mis hijos (NdeR:además tiene otros dos varones) también me dicen que me río muy poco. La carcasa es la misma pero mi mundo ha cambiado. Salvo cuando me traen mis nietas. Con ellas me desconecto de esta vida.
Mañana, amigos de Facundo, organizaron un festival virtual. Como no puede haber encuentros masivos por las restricciones de la pandemia, se filmarán y subirán a una plataforma lo que suceda en Pedro Luro, Carmen de Patagones y Bahía. Participarán músicos, se leerá poesía y se retocarán los murales que Facundo ayudó a pintar. Hoy habrá una caravana de bocinazos en autos. “Es la manera más alegre que se nos ocurrió de recordarlo. Con actividades de la cultura, como él querría y haciendo un poco de ruido. Nos cuidaremos en estos días difíciles pero no interrumpiremos nuestro reclamo. Porque este es un pueblo chico pero la indignación es grande”.
AM
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