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Efemérides

Día Nacional del Vino: ¿por qué se celebra el 24 de noviembre?

Cada 24 de noviembre se celebra el Día Nacional del Vino, bebida nacional argentina.

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Cada 24 de noviembre se celebra en todo el país el Día Nacional de Vino, la bebida nacional. Argentina cuenta con una industria vitivinícola de larga tradición y que reviste una gran importancia cultural.

La efeméride coincide con la fecha en la que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó el decreto que declaraba al vino como bebida nacional. Este año, se cumplen 13 años de ese hito y 10 de la sanción de la Ley N° 26.870 que oficializó la iniciativa de la ex mandataria.

En esta fecha se busca revalorizar la producción nacional de esta bebida y visibilizar sus implicancias culturales. En este sentido, no es para nada menos que, a nivel mundial, el vino argentino actúa como “honorable embajador en el mundo” en términos gastronómicos, al igual que el dulce de leche, la yerba mate y la carne.

Tampoco lo es el hecho de que la bebida esté representado en distintas expresiones artísticas. Aparecen alusiones al vino en cuadros, poesías, tangos, cuentos y novelas, incluso en epopeyas. También aparece en memorias históricas: Manuel de Olazábal relató que el General San Martín, cuando ejerció como gobernador de Mendoza, invitaba a sus comensales a comparar los vinos mendocinos con otros extranjeros, para lo cual previamente intercambiaba el contenido de las botellas.

Malbec, el vino argentino más representativo

El Malbec es la cepa más representativa del país dado que es la más difundida en todo el territorio nacional, pese a que la Torrontés es la única uva nativa: hay más de 43 mil hectáreas dedicadas a su cultivo.

Esta uva llegó a la Argentina desde Francia, por intermedio de Sarmiento, pero allí no tuvo el éxito que consiguió acá, ya que las condiciones climáticas europeas eran adversas para su desarrollo. “Para ellos era una uva de descarte, debido a que el clima de allá no es tan cálido y las uvas y las pieles no llegan a madurar tanto quedaba un vino ácido, tánico, astringente”, explica Diego Di Giacomo, sommelier y miembro de la Asociación Mundial de Periodistas y Escritores de Vinos y Licores.

Romper los mitos y convenciones en torno al vino

Uno de los principales mitos en torno al vino es que debe tomarse a una temperatura de entre 12°C o 18°C. También se cree que no debe ser diluido con soda o agua. Sin embargo, lo cierto es que históricamente, los ciudadanos argentinos y uruguayos acostumbraban a tomar el vino diluido a los fines de bajar su graduación alcohólica, luego de que llegara al puerto con más de treinta días de viaje encima y a una temperatura superior a los 30°C.

Es por ello que el sommelier Di Giacomo plantea la necesidad de romper las convenciones tan estrictas en torno al consumo del vino para acercarlo al consumo masivo. “Hay que sacar al vino de ese lugar de entronización y bajarlo al mundo común. Hay que romper con la idea de que uno tiene que agarrar una copa de vino y saber el año, la uva, la madera del barril. Todo eso es mentira, es muy subjetivo”, sostiene.

“Cierto es que cuánto uno más sabe, más puede disfrutar lo que está haciendo, pero no es necesario saber teorías de los vinos, sino más bien la práctica, ir moldeando tu propio paladar. Para conocer de vino, hay que tomar vino”, asegura.

Desmitificar el consumo de vino y volverlo una actividad accesible para todo público podría contribuir a que aumente la cantidad que es bebida hoy en día. Actualmente, se toman tan solo 22 litros per cápita, mientras que, en la década del '70, se llegó a consumo en el país hasta 90 litros. Esta retracción en el consumo se debe en buena medida a la representación de la bebida nacional como algo snob, que derivó en que los jóvenes lo reemplazaran por la cerveza.

ACM

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