El jefe de Seguridad de Le Brique se quebró ante los jueces y dijo que nunca vio “tanta saña”
A Alejandro Muñoz lo llaman “Chiqui”. Cuando entró en la sala impuso su presencia: dos metros tres centímetros de altura, ancho y una voz grave, de caverna. Fue el jefe de Seguridad de la disco Le Brique hasta la madrugada fatal del 18 de enero. Él y otros dos patovicas desarmaron la pelea dentro del boliche, y sacaron a los imputados por la cocina y a Fernando por la entrada de la disco. Muñoz vio cómo atacaban a Fernando en la vereda de enfrente. Al relatarlo, Chiqui se quebró ante el Tribunal: “Hace más de 20 años que laburo de esto y nunca vi tanta saña. Yo veía patadas, no golpes de puño. Se turnaban para pegarle. Nunca vi algo igual”. Además de él, dieron testimonio dos empleados de Seguridad. De diferentes maneras, señalaron que Fernando golpeó a uno de los rugbiers. Uno aseguró que a Thomsen.
En la tercera jornada del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa declararon tres amigos de la víctima. Sus relatos coincidieron con el que dieron anteayer otros integrantes del grupo. Franco Cervera reconoció a Ayrton Viollaz como el arengador. “Yo vi como Máximo Thomsen, a quien reconocí en la rueda, le pegaba un patada a Fernando con odio, con brutalidad, con intención de matarlo”, dijo Luciano Bonamaison. Y Juan Manuel Pereyra Rozas dijo que Luciano Pertossi lo agredió adentro del boliche. Pablo Ventura, el remero acusado falsamente por los imputados, y su padre, también dieron testimonio.
Los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García buscan, en cada interrogatorio, entender qué pasó dentro del boliche para que la pelea siguiera afuera y terminara con Fernando muerto. Por eso hoy fue importante la declaración del jefe de Seguridad, Chiqui, y de dos empleados de Seguridad de Le Brique: Maximiliano Ávila y Christian Gómez. Muñoz dijo que desde lo alto de una escalera, puesto que ocupaba regularmente, observó que había una encontronazo entre chicos en la pista, cerca de la barra; que cuando se acercó la pelea se había disuelto pero que el protocolo indica que hay que sacar del lugar a las personas que se agreden.
“Agarré a Thomsen, pero el chico hizo tanta fuerza que tuve que pedir ayuda”, dijo Chiqui. En el video de la cocina, que emitieron durante el debate, muestran a Chiqui del lado izquierdo de Thomsen y a Ávila -empleado de Seguridad- haciéndole un gancho con el brazo alrededor del cuello. Siguió Muñoz: “Thomsen estaba muy agresivo. Fue el que se peleó con Fernando en la pista”. Cuando terminó de declarar, dejó la sala y se encontró con Graciela, la madre de Fernando. Ella le agradeció que se haya presentado. Él lloró sobre su hombro.
Agarré a Thomsen, pero el chico hizo tanta fuerza que tuve que pedir ayuda.
La declaración de Ávila dejó un dato nuevo: que Fernando golpeó a uno de los agresores dentro del boliche, no identificó a quién. Hasta ahora, de acuerdo a las testimoniales, Báez Sosa sólo había atinado a separar a sus amigos de algunos rugbiers. Pero Ávila contó que cuando él llegó a la parte de la pista donde se dio el encontronazo, Báez Sosa ya tenía la camisa rasgada. Ávila dijo que él tomó a Fernando, que en el zamarreó tropezaron con un escalón pero que Fernando le dijo en buen tono que salía solo. Ávila lo acompañó a la salida. Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran a la víctima esperando en la entrada y a Ávila haciéndole un gesto: que se retirase. Fernando esperaba a dos de sus amigos. Luego la cámara lo pierde, ya habían cruzado la calle hacia el kiosko. Mientras, Ávila volvió a la pista y junto con Muñoz sacaron a Thomsen.
Christian Gómez declaró via zoom. Dijo que parado arriba de un parlante, su puesto de siempre, vio un movimiento en la pista. Cuando se acercó, vio que Ávila caía al piso mientras separaba a Thomsen de Báez Sosa. Entonces él se ocupó de Matías Benicelli, que hubo que “calmarlo”: “Agredía a todos los que estaban cerca. Le pegaba a uno y automáticamente a otro. Así que le pasé los brazos (N. de la R.: hace un gesto que indica que lo tomó de las axilas) para inmovilizarlo y le digo que se tiene que retirar”, agregó. En un tramo de la declaración, Gómez dijo que mientras reducía a Benicelli, Thomsen le puso una mano en el hombro y le dijo “a éste no lo sacás”. Y que él le dijo a Chiqui “éste (por Thomsen) sale también”.
El abogado defensor, Higo Tomei, hizo hincapié en la seguridad de los testigos a la hora de identificar con nombres y apellidos a los imputados. Preguntó, a su momento, si se habían informado del caso en medios de comunicación y redes sociales. El equipo de abogados de Báez Sosa se mostró interesado en que el personal de seguridad diera detalles sobre las maniobras de resucitación que al menos Muñoz dijo haber visto desde la entrada de Le Brique. Ni los fiscales, ni la defensa ni los representantes de Báez Sosa les preguntaron por qué se negaron a defender a Fernando cuando sus amigos cruzaron, entre el susto y la desesperación, a pedirles ayuda.
VDM
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