No es calor normal: julio de 2023 se convierte en el mes más caluroso jamás medido en la Tierra
El mundo ha vivido durante las tres primeras semanas de julio el periodo “más cálido” nunca registrado. Es “extremadamente probable” que este mes se convierta en el más caluroso desde que hay mediciones, según los datos publicados este jueves por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus.
La temperatura media del planeta ha superado durante este intervalo el umbral de seguridad de 1,5ºC extra sobre el nivel preindustrial tanto en la primera como en la tercera semana de este julio (siempre dentro de cierta incertidumbre). Esa línea es la que traza el Acuerdo de París contra el cambio climático y los científicos han demostrado como frontera para limitar sus efectos más devastadores.
A base de marcar temperaturas altísimas en muchas localizaciones, como los 52,2 ºC en Sanbao (China), los 53,4ºC de Dead Valley, los 49ºC de Argel o los 45,4ºC en Catalunya, la media planetaria ha sido la máxima medida nunca: el 6 de julio se marcó el récord mundial (más de 17ºC) y se convirtió en el día más caluroso a nivel global. La jornada previa y la posterior “se quedaron detrás por poco”, recuerda el informe de Copernicus.
A eso se le añade que, desde mayo pasado, “la temperatura media de la superficie del mar ha estado muy por encima de los valores previamente observados en esta época del año lo que contribuye excepcionalmente a un julio cálido”, explica este Servicio de Observación. Y el fenómeno recalentador de El Niño aún está desplegándose sin llegar a su apogeo de calor extra.
El tiempo extremo que ha afectado a millones de personas en julio es, desafortunadamente, la dura realidad del cambio climático y un adelanto del futuro
Con esos mimbres, la previsión casi segura es que este julio se ponga a la cabeza de los más calurosos que se han podido observar con instrumentos. Un calor más allá de los promedios para esta época del año. El director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, Carlo Buontempo, deja claro tras ver los datos que “los récords son parte de una tendencia drástica de incremento de temperaturas y las emisiones de gases de origen humano son la componente principal en ese incremento”.
Las altísimas temperaturas se han traducido en olas de calor, como las soportadas en España, Italia o Grecia, además de en Norteamérica, y Asia. Unas olas de calor que los científicos del World Weather Attibution han ligado al cambio climático: “Habrían sido extremadamente raras” sin el calentamiento global causado por los humanos.
A los impactos del calor extremo ya acreditados en la salud humana se le está añadiendo la oleada de incendios críticos que alimenta esta situación climática y que están quemando la región mediterránea, pero también Canadá. Las temperaturas tienen, en definitiva, “graves impactos en la salud, el medio ambiente y la economía”, subraya Copernicus.
“El tiempo extremo que ha afectado a millones de personas en julio es, desafortunadamente, la dura realidad del cambio climático y un adelanto del futuro”, ha resumido el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas.
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