Robó carne en el supermercado y fue preso: “Me da vergüenza, pero lo hice porque tenía hambre”
Para evitar exponerlo lo llamaremos Jorge. Es un jornalero del barrio Don Bosco de Trelew que a las 14.50 del jueves 11 de abril intentó robar una bandeja de carne de $ 6.203 de las heladeras de un supermercado de Trelew, Chubut. El personal de seguridad lo advirtió en las cámaras, pasó la línea de cajas y la Policía lo detuvo por tentativa de hurto.
Cuatro horas después, en un edificio de tribunales casi vacío, Jorge se sentó frente a la jueza María Tolomei, en la audiencia de control de detención. “Me da vergüenza, ¿qué quiere que le diga? Hice lo que hice porque tenía hambre. Fíjese cómo está el país”, explicó.
“No tengo trabajo; si hubiese tenido para comprar no iba a hacer lo que hice. Es lo único que le puedo decir”. Jorge se quebró frente al micrófono. Agachó la cabeza. Se frotó los ojos. El silencio rompió la audiencia.
“Ustedes tienen trabajo”, dijo mirando a la jueza, a la funcionaria fiscal, al defensor público, al policía de custodia. “Yo si no tengo trabajo un día, dos días, ¿qué hago? Si hubiese tenido, hubiese comprado la carne. ¿Cuánto valía ese pedazo? Cuanto mucho me comprometo, voy y la pago”.
Fiscalía no abrió ninguna investigación y propuso una salida alternativa. Jorge será citado para resolver el delito. Podría pagar por la carne o hacer tareas comunitarias. Quién sabe. Hasta que esa cédula le llegue seguirá pateando la calle en busca de una changa.
Muchos operadores judiciales creen necesario buscar un mecanismo –quizás en acuerdo con los supermercados– que evite tener que organizar audiencias por estos temas, consumiendo recursos materiales y humanos que no sobran. Si los protagonistas son vistos en las cámaras hurtando mercadería, ¿por qué dejarlos pasar la línea de cajas y no evitar la intervención policial? Si la jueza Tolomei no iba a tribunales, el jornalero hubiese pasado la noche preso.
Según las últimas estadísticas, al menos el 20% de todas las audiencias de control de detención en Trelew son por hurtos en supermercados. La cifra crece desde diciembre y sorprende en tribunales, pero no tanto con un 46% de pobreza clavado en la ciudad.
Todos los días hay un Jorge allí sentado. Su historia es todas las historias.
Esta nota fue publicada en Diario Jornada.
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