Renace el Renault 5, el auto eléctrico que Europa estaba esperando
Desde su anticipo en forma de concept car, allá por enero de 2021, la llegada del nuevo Renault 5 “de producción” viene siendo uno de los acontecimientos más esperados en el mundo del auto. Y, con mucho oportunismo, la marca francesa eligió presentarlo en un alicaído Salón de Ginebra, donde no tiene competencia para ser en la gran estrella y acaparar todas las miradas y las noticias.
El concept car de 2021 –llamado Renault 5 Prototype– había generado una enorme expectativa por dos razones principales: la promesa de que sería eléctrico y “accesible” (menos de 25.000 euros) y su diseño, que recreaba las líneas del R5 original y generó un consenso absoluto acerca de su atractivo. La pregunta del millón era cuánto de esas promesas se iban a materializar en el producto real, y la respuesta se develó hoy en la ciudad suiza, cuando se descubrió el nuevo Renault 5 E-Tech –muy similar al concept– y se confirmó su precio: “desde 25.000 euros”. (Para hacer honor a la verdad, varias fotos del auto se habían “filtrado” a la prensa el sábado, en lo que pareció ser una de esas típicas operaciones para inflar las expectativa).
Diseño al ángulo
Por el lado del diseño, el nuevo 5 da en el centro del blanco. En una época en la que a los diseñadores les está costando muchísimo generar formas nuevas que representen el cambio de paradigma tecnológico, y a la vez sean inspiradoras y aceptables para la mayoría de los consumidores, lo que hizo Renault fue darse vuelta y mirar al pasado, uno que sin dudas fue brillante para la marca. Pero sería injusto calificar al nuevo 5 como “retro” –una palabra bastante vilipendiada en el mundillo del diseño–, porque el equipo que ahora comanda Gilles Vidal logró darle al auto un sentido de recreación y no de autocopia. Siempre es fina la línea que separa ambas percepciones, pero se puede decir con seguridad que el nuevo Renault la transita con altura y sale airoso. Porque, como en su momento lograron hacerlo el Mini Cooper (2000) y el Fiat 500 (2007), el 5 EV se siente como una evolución orgánica, tanto del 5 original de 1977, como de su sucesor (llamado “Supercinq”) de 1984, diseñado por el maestro Marcelo Gandini. De ellos, el modelo presentado en Ginebra toma 4 o 5 elementos clave que permiten hacer la conexión visual (y emocional) con aquellos, pero en todos los casos agrega las necesarias adaptaciones para dar un aire de modernidad. Lo primero es la silueta, que aun siendo un poco más grande respeta muy bien las proporciones originales, sobre todo por la forma, inclinación y delicada curvatura del parante trasero. Ahí está instalado uno de los principales elementos evocativos: el conjunto de faros posterior, que recrea la disposición vertical y elevada de los viejos 5.
Toda la gráfica delantera tiene una lógica similar: toma el diseño del pasado y lo reproduce sumando elementos “techie”. La forma trapezoidal de los faros delanteros es clave y tal vez el elemento que más rápido genera conexión emocional, porque le confiere al auto la misma expresión alegre y amigable que en el pasado. El nuevo 5 E-Tech suma unas pequeñas prolongaciones en cada extremo inferior de los faros, e incluso “pupilas” de LED, que le dan aún más vivacidad a la “mirada” del auto. Otros detalles evocativos que suma el nuevo modelo son la línea roja que recorre todo la parte superior del auto (recuerda al R5 Turbo de los años 1970) y lo que antaño era una ventilación sobre el capot, se convirtió ahora en un indicador externo de la carga de la batería. La manija de la puerta posterior está camuflada en el pilar trasero, de modo que el auto parece tener solo dos puertas –como el primer 5 de 1972– y le da al nuevo modelo un carácter más canchero y deportivo. Entre los astutos aciertos de Renault está haber elegido como color de lanzamiento el mismo que el concept de 2001, para reforzar la similitud con aquél prototipo que había fascinado a todo el mundo. Uno de los típicos problemas cuando un concept car resulta muy exitoso, es que la versión de producción muchas veces parece “diluida” cuando tiene que lidiar con los procesos de industrialización. No es este el caso: la versión de serie enamora tanto como en su momento lo hizo concept car.
Estilísticamente, tal vez se pueda cuestionar algún exceso de detalles, considerando la simplicidad de sus antecesores. Pero todos están ejecutados a la perfección, y no podría ser de otra manera, considerando la expertice que tiene en el tema Gilles Vidal, el actual jefe de diseño de Renault (y ex Peugeot). Pero más allá de cualquier crítica, lo cierto que el resultado general del diseño exterior del auto es formidable. Es un auto que le va a gustar a todo el mundo: tanto a los que recordamos con cariño a los viejos R5, como a las nuevas generaciones que están buscando algo fresco y diferente.
Por dentro la nouvelle R5 también da en la tecla, con una combinación entre tecnología –con una gran pantalla doble digital tipo “tablet” frente al conductor– y un diseño simple y funcional, en el que se destacan tapizados vintage, colores divertidos y materiales originales (y ecológicos) como el jean o un símil corderoy.
Desde el vamos, este reboot del 5 se planteó como un auto 100% eléctrico, así que no hubo espacio para quienes soñaban con alguna versión a combustión, o aunque sea híbrida. Habrá dos tamaños de batería disponibles: 40 y 52 kWh, con autonomías aproximada de 300 y 400 km respectivamente. Las opciones de motorización serán 3: 92 CV, 112 CV y 148 CV. Mecánicamente, el nuevo 5 E-Tech está basado en una plataforma llamada Ampr-Small, que es una modificación de la actual CMF-EV, y comparte muchos componentes estructurales con la usada por otros modelos de la alianza Renault-Nissan, como el Renault Clio o el Nissan Juke. Esta racionalización es indispensable para ahorrar costos y llegar al precio base prometido. También le da al nuevo 5 la posibilidad de tener una suspensión trasera independiente, que mejora el comportamiento dinámico del vehículo y lo pone en la categoría de “autos divertidos para manejar”.
La clave: el precio
Tal como fue prometido, el precio del nuevo R5 arrancará por debajo de los 25.000 euros. ¿Es barato? Para nada; cualquier hatchback del mismo tamaño y prestaciones, incluido el mismo Renault Clio, vale como mínimo 5.000 euros menos. Pero sí es extremadamente competitivo cuando se lo compara con el resto de los productos eléctricos disponibles del Viejo Continente. Por ejemplo, el Fiat 500e (más chico) vale 29.000, el Peugeot e-208 y el Opel Corsa (adaptaciones eléctricas de modelos convencionales) arrancan en los 33.000. Incluso el Ranault Zoe, al cual el 5 va a reemplazar, tenía un precio base de 29.000 euros. Solo Citroën, con el nuevo ë-C3, está en ese rango de precios, y a él se suman dos o tres productos chinos (BYD Dolphin y MG 4). Pero se espera que pronto empiecen a llegar muchos más modelos chicos desde China a precios inferiores, y esa es la gran amenaza; para Renault, y para toda la industria automotriz europea en general.
Los desafíos de Renault
Sin dudas, autos como el renacido 5 –abordables, prácticos, deseables– son lo que Europa necesita, si realmente pretende que la electrificación se expanda hacia los sectores medios, y no quede solo en la alta gama, como viene sucediendo mayormente hasta ahora. Y si hay algo que queda claro, es que Renault decidió mostrar el camino, y hacerlo all in. Primero el 5, más tarde, en octubre, llegará el reboot eléctrico del 4 en formato SUV, y tal vez el año que viene, otro esperado renacimiento enchufable: el del Twingo. Y por si esto fuera poco, también habrá un modelo deportivo pequeño derivado del 5, bajo la marca Alpine, para despertar pasiones entre los entusiastas, que hace tiempo esperan el regreso de los hot hatch.
Hay potencialmente un gran mercado para estos pequeños autos a batería, pero aun así, cuál es el volumen de ventas al que el 5 puede aspirar es una incógnita. Porque el tipo de consumidor en este segmento es mayormente racional: su principal objetivo está puesto hacer rendir cada centavo invertido en movilidad y funcionalidad, y no tanto en el alarde por tener lo último en tecnología o “cuidar al planeta”. Es cierto que el nuevo 5 E-Tech cuenta con la carta del carisma y una enorme deseabilidad generada por su diseño; para ser realmente una opción con ese consumidor “utilitarista”, debería ser también competitivo en precio respecto de productos equivalentes a combustión; así que todavía debería bajar aún unos cuantos miles de euros.
Pero incluso al precio de lanzamiento, es posible que el R5 EV no sea rentable para Renault. Por suerte, al fabricante francés le estuvo yendo bastante bien estos años y tiene espalda financiera para bancarlo, si es necesario, al menos hasta que ciertos precios de componentes bajen, otros costos se amorticen o el mismo volumen empiece a generar utilidades. Pero no es una situación que se podría estirar por mucho tiempo, menos si empiezan a entrar a Europa autos chinos eléctricos más baratos que roben mercado.
Justo unos días antes del lanzamiento del 5, en un artículo de su autoría publicado en la revista británica Autocar, el CEO Luca De Meo fue bastante claro acerca de los desafíos que enfrentan Renault y la industria automovilística europea en su conjunto. Según él “Hoy, los europeos se encuentran en una posición de relativa fragilidad. Los chinos controlan el 75% de la producción mundial de baterías y el 90% del refinado de litio. Además, mientras los estadounidenses estimulan e incentivan masivamente la industria y los chinos la organizan mediante la planificación, los europeos regulamos, a menudo sin coherencia y sin una visión holística de nuestros retos.” Para afrontar el problema, reclama menos regulaciones por parte de la Unión, medidas proteccionistas y una planificación conjunta de toda la industria europea y los respectivos Estados. Propuso algo al estilo “Airbus”, el fabricante paneuropeo de aviones que actualmente comparte el dominio de la industria con Boeing. Fuerte.
En este panorama incierto llega el nuevo 5. Sin dudas será recibido con aclamaciones por la prensa y los entusiastas. Su primer reto real será con los consumidores, y tiene todas las fichas para salir airoso. ¿Será el game changer que “ayude a desarrollar un mercado de vehículos eléctricos compactos y asequibles, que garantice que los autos sigan siendo asequibles para todos, con un impacto limitado en las ciudades y en el medio ambiente” como pregona De Meo? Ojalá que sí.
¿Llegará a la Argentina?
Poco probable en lo inmediato, en este contexto de recesión y escasez de dólares. Si la prometida apertura de la economía finalmente llega en –3, 2 o 1 año–, sería un gran producto para impulsar la imagen de liderazgo en electrificación que pretende tener Renault en Argentina. Por supuesto en carácter un auto-capricho, a un precio exorbitante.
RT
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