Ni mi oscura prima Montse ni Julio ni yo somos Salman

Montserrat Álvarez escribe algunos de los mejores versos que forman algunos de los mejores poemas que forman algunos de los mejores libros de poesía que se pueden leer en castellano en este siglo, yo escribo las líneas que arman El mundo es azul como una una naranja, usted tampoco escribió Los versos satánicos, ni tradujo The Satanic Verses, ni mucho menos Rayuela de Julio Cortázar. Si usted hubiera traducido del inglés esta novela islamofóba, habría trasladado verses por versículos. según el uso idiomático español. Una traducción castellana menos distante del título inglés de esta novela sería Los versículos de Satanás. Ya que de profanar Escrituras Sagradas se trata, y de eso se encargó Salman Rushdie, el escritor británico que según el ayatolá shiita Ruholá Jomeini merecía la muerte desde 1989 y a quien hace pocos días, el viernes 12 de agosto, un joven de 24 años apuñaló en EEUU.

Ni mi prima, ni yo ni Usted podemos poner el cuerpo en el lugar de Salman, ni recibir las 14 puñaladas que casi le costaron la vida. Montserrat Álvarez, que en su doble vida múltiple es editora del suplemento Cultural del ABC Color en Asunción del Paraguay, es una poeta que sí puede escribir prosas como esta: “el tratamiento del caso Rushdie por parte de la prensa y de la mayoría de los intelectuales, que aplaudieron al escritor mientras crecía el desprecio por las comunidades musulmanas en el mundo, podría llevar a esas comunidades a sentir más precario su presente y más incierto su futuro. Quizá para un inmigrante musulmán que sobrevive en un barrio pobre de alguna ciudad europea trabajando como jornalero ese tipo de ejercicio ilustrado de la libertad de expresión no tenga nada de liberador”.

De esta y de otras intemperies se ocupa, en cada una de las diez escalas donde recala, la navegación celeste de El mundo es azul como una naranja, Newsletter Semanal de Política Internacional de elDiarioAR, que cada jueves les llega aquí y así. 

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Un resumen semanal de política internacional en mil palabras. Por Alfredo Grieco y Bavio.

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1. ¿Dónde estás, polarización chilena, que no te quiero encontrar?

“No son treinta pesos, Piñera, son treinta años” de neoliberalismo es la más famosa de las pintadas de la impaciencia ciudadana del estallido social chileno de octubre de 2019. En noviembre de ese año, el increpado presidente centroderechista Sebastián Piñera, un multimillonario empresario en su segundo período, tenía la solución. Una nueva Constitución, que suplantara a la ultraliberal que el general Pinochet había hecho plebliscitar en 1981 y aún en vigencia. Se convocó a un plebiscito para decidir si convocar a una Convención Constitucional, y tanto el voto por el SÍ como la participación electoral fueron números récord en la historia de la democracia de la República. 

En diciembre, se impuso en el balotaje la coalición que llevaba como candidato al hoy presidente Gabriel Boric: una izquierda sin atenuantes, sin adjetivos, aliada con el Partido Comunista. Una izquierda a la izquierda de la Concertación de democristrianos, socialdemócratas socialistas que había gobernado Chile desde 1989, salvo los dos mandatos de Piñera, se impuso con más votos que ningún otro aspirante a La Moneda nunca antes. Derotaba a una coalición de derecha, que llevaba como candidato a José Antonio Kast, de posiciones más extremas que las de centroderechista Piñera.

Boric fue el candidato, y es el presidente, del estallido social. Y era el candidato que aliaba su buen éxito al progreso de la Convención Constitucíonal. La que tras un año de labores, concluyó su Proyecto, lo presentó, y el 4 de septiembre, en un plebiscito obligatorio en un país donde el voto es optativo, la ciudadanía dirimirá si entra en vigencia eligiendo entre las alternativas del Apruebo y del Rechazo. 

Al asumir en marzo, Boric había ligado el destino de su gobierno a la victoria del Apruebo. Poco a poco, se fue desligando, con más realismo y prudencia que desesperación o improvisación. Hoy todas las encuestas, incluso las del gobierno, dan por ganador al Rechazo. Y ya no existen las opciones polarizadas del Apruebo a secas (la nueva Constitución tal como la redactó la Convención) y del mero Rechazo (y por lo tanto el continuismo de la Constitución pinochetista). Las dos opciones se formulan ahora como Apruebo para reformar y Rechazo para reformar. A su modo, las dos aceptan continuar el proceso constituyente, no cancelarlo. 

2. En Brasil, Bolsonaro lucha contra el Demonio 

El presidente brasileño, Jair Messias Bolsonaro, comenzó este martes su campaña para la reelección con un acto de masas en el que agitó el fantasma del “comunismo” contra su mayor rival, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva. En el acto también intervino su esposa, Michelle Bolsonaro, que se sumará a la campaña a fin de intentar reducir el rechazo que el mandatario tiene entre las mujeres, que representan cerca del 53 % del padrón electoral. Ferviente evangelista, Michelle pidió la “ayuda del buen Dios” y la “protección del cielo, del amor y la paz” frente a “un enemigo que sólo quiere robar, matar y destruir”.

En el impeachment de 2016,  52 de los 513 diputados federales brasileños que votaron en el proceso de destitución de la presidenta constitucional  Dilma Rousseff declararon que lo hicieron en nombre de Dios y por motivos religiosos.  Dos años después, el candidato de extrema derecha Bolsonaro se benefició de un fuerte apoyo de líderes evangélicos conservadores y obtuvo la presidencia del Brasil, país que su Constitución define laico. Católico que reza un Padrenuestro cotidiano para que el “pueblo brasileño nunca experimente el dolor del comunismo”. 

En su discurso de lanzamiento a la reelección, a fines de julio,  Bolsonaro, pronunció siete menciones a Dios y su esposa, la evangélica Michelle Bolsonaro, que lo invocó otras 27 veces, presentó a  su esposo como un “elegido de Dios” que tiene un “proyecto de liberación para nuestra nación”,  aconsejó a los asistentes a no negociar con el mal y celebró con “aleluya”. Bolsonaro resume la campaña como la lucha del Bien contra el Mal, y su esposa, como la de Dios contra el Maligno. 

3. ... y Lula combate contra el Endemoniado 

El oficialismo del presidente Jair Bolsonaro está lejos de gozar del monopolio de la preferencia de aquellos votos brasieños para quienes la religión cuenta, o decide. Luiz Inácio 'Lula' da Silva espera que el 2 de octubre se repitan los buenos resultados que ya ha obtenido en esta comunidad en las cuatro elecciones anteriores en que fue candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT).

Si ahora los actores políticos reaccionarios acusan al Partido de los Trabajadores (PT) de todos los pecados de Brasil, en su época los representantes neopentecostales y evangélicos conservadores se acomodaron a los gobiernos del PT y lograron reforzar su presencia y su peso a lo largo de estos 13 años. La Iglesia Universal del Reino de Dios entró en el gobierno petista desde 2003, primero a través del Partido Liberal (PL) y luego a través del Partido Republicano Brasileño (PRB). Permaneció en el gobierno hasta unas semanas antes del impeachment que en agosto de 2016 destituyó a la presidenta Dilma Rousseff.

Lula, que actualmente lidera las encuestas, intenta recuperar a este electorado por todos los medios. Como parte de su operación de seducción, el líder del PT ha organizado varias reuniones con pastores influyentes, como Paulo Marcelo Schallenberger, de la Asamblea de Dios. La elección de Geraldo Alckmin como su candidato a la Vicepresidencia, un católico de la derecha moderada que tiene buenas relaciones con los conservadores y evangélicos, acerca a Lula a esta comunidad. Por lo pronto, Lula no desdeñó usar la metáfora de que Bolsonaro actuaba como un “poseído por el Demonio”. 

4. El Demonio y el Endemoniado, frente a frente, se miraron de reojo  

En una ceremonia oficial, se encontraron, y desencontraron, Lula y Bolsonaro. El martes asumió Alexandre de Moraes, juez de la Corte Suprema brasileña (STF) como presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), la Justicia Electoral que tiene a su cargo la fiscalización del proceso de las elecciones presidenciales de octubre. En su discurso de asunción, el magistrado hizo un encendido alegato en favor de las urnas electrónicas y del sistema federal de escrutinio, sobre el que Bolsonaro ha desplegado un escepticismo más insistente que fundado. 

La oratoria de Moraes recibió el aplauso cerrado de Lula, de Dilma, de José Sarney, de Michel Temer, de y otros integrantes de viejas administraciones brasileñas presentes en el acto. Bolsonaro ni aprobó ni desaprobó.

Según el analista Felipe Moura Brasil, que sigue desde hace años la vida política de Brasilia, Bolsonaro es funcional a sus adversarios, porque cae sobre él una condena moral.  El voto electrónico es la democracia, la democracia es el bien, y los impermeables a los méritos del “mejor y más rápido sistema de escrutinio seguro del mundo”, en las no particularmente serenas expresiones de encomio del flamante juez supremo del TSE sobre las calidades y cualidades de los métodos, logísticas e instrumentos cuyo desempeño presidirá, merecen un reproche personal que es previo al examen del candidato. 

Para el electorado de Bolsonaro, la politización del acto y la alianza corporativa -o que ven como tal- del Establishment y la Justicia y las élites, y la impasividad del presidente ex capitán del Ejército, el episodio es una confirmación del acierto de su voto por un hombre común, el que no confunde la democracia y al pueblo con los ritos y las máquinas y la ciencia, el gobernante que sólo teme a Dios, que se ocupa por el abaratamiento de la vida, la defensa de la familia. 

5. Eclipse de los partidos, prestidigitación de los políticos

Al inicio del período de inauguración oficial de las campañas presidenciales en Brasil, hay un rasgo saliente novedoso: cuántos candidatos omiten mencionar a qué partido pertenecen en la propaganda divulgada en sus redes sociales. Smos personas morales, nos dicen así, no agentes políticos. Buscan evitar el rechazo promiscuo por la partidocracia del Congreso. Un relevamiento entre quienes buscan la reelección en sus bancas revela que sólo el 17,7% de los diputados del PL, sigla de Bolsonaro, exhibe algún indicio de su afiliación o alguna insignia partidaria.

Según Francisco Leali hay por detrás más que una artimaña de marketing electoralista. Es un signo de la crisis de identidad de los partidos; los candidatos entonces se presentan, con desesperación, pero no con mendacidad, como candidatos de sí mismos, con una fidelidad más cercana, familiar, personal, íntima, privada. 

6. Cuando todes nosotres ya no somos Charlie, ni siquiera Salman 

El 12 de agosto por la mañana, un joven de 24 años apuñaló a Salman Rushdie en el anfiteatro del centro cultural de Chautauqua (EEUU), no lejos de la frontera con Canadá. El lugar del crimen es fortuito, pero la separación de países según límites trazados en Londres por la administración colonial ocupa el lugar central y dominante en la obra del novelista nacido en la ciudad india de Bombay, en el seno de una familia musulmana, en 1947, año de la cruenta partición ordenada por el Imperio Británico entre la India hindú y el Pakistán islámico. 

La condena a muerte para Salman Rushdie sentenciada en 1989 por el ayatola Ruhola Jomeini por su novela Los versos satánicos (1988) resultó en una significación global única y una vigilante presencia informativa atribuidas en Occidente. La excepcionalidad que gozó y padeció el escritor británico y apóstata islámico deben mucho al horizonte temporal inmediato de la fatwa pronunciada en la República Islámica de Irán. El año 1989 vio celebrar en un Berlín democristiano la Caída del Muro que desde 1961 había dividido a la Alemania oriental prosoviética y comunista de la Alemania occidental pronorteamericana y libre. Y vio festejar en un París socialista el Bicentenario de la Revolución Francesa de 1789 que había inaugurado la Edad Moderna de los libros de texto decretando la Declaración de los Derechos Universales del Hombre y del Ciudadano.

En la atmósfera festiva de la Unión Europea y de EEUU, donde el presidente Bush Sr veía despuntar la aurora globalizadora de su consenso de Washington, la fatwa pronunciada desde la República Islámica de Irán lucía como ejemplo perfecto de toxicidad máxima y como recordatorio de la misión de extender al resto del mundo los beneficios de la Libertad. El Pen Club Internacional e intelectuales en todo el mundo proclamaron 'Todos somos Rushdie'.

En 2015, tras el ataque a la revista semanal cómica y caricaturesca parisina Charlie Hebdo, Rushdie impulsó un evento en Nueva York para defender la libertad de expresión. Esto le costó la amistad con varios miembros del PEN que consideraron que los dibujantes del semanario habían hecho ilustraciones “racistas”. Ya no existía entonces el consenso de Washington, ni la fe en la libertad absoluta para la difusión universal de la expresión literaria individual.

7. Avisos a los navegantes de los Mares Amarillos

Después de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso de EEUU a la isla de Taiwan, otra visita a otra isla también crea un conflicto geopolítico y militar en el sudeste asiático.No sólo la demócrata Nancy Pelosi llega casi sin avisar. La Yuan Wang, navío de las FFAA chinas con armamento antimisiles y dotada de la más sofisticada tecnología de inteligencia, se ha anclado en el puerto de Hambantota, República de Sri Lanka. La antigua isla de Ceylán, al sur de la India.

La crisis económica y social de Sri Lanka pone al país a merced del auxilo (o la indiferencia) exterior. Pekín a acercado recursos a un gobierno endeudado y en default. La India también abrió líneas de crédito, en competencia con la financiación china.

Pero la República Popular China llegó primero, y la presencia miltar despierta la inquietud no sólo de Nueva Delhi, sino también de Washington. Precisamente cuando China inicia ejercicios militares conjuntos con Rusia en suelo ruso, en lo que se ha visto un mayor involucramiento efectivo, con tropas chinas en el terreno, en la guerra de Ucrania que pronto cumplirá su primer medio año de vida.

8. Príncipe y Verdugo de las Noches Árabes

El príncipe Mohammed bin Salman, cruel, joven y carismático, poder oscuro detrás de un rey senil, devorado por el Alzheimer, parece un villano de Shakespeare o de las Mil Noches y una Noches. Hombre fuerte de Arabia Saudita, había prometido bajar las tasas de condenas a pena de muerte. Fue una respuesta a la condena de asociaciones humanitarias y un intento de enviar señales al exterior. Pero el compromiso duró poco: en los primeros seis meses de 2022, 120 personas han sido ejecutadas - en el mes de marzo, 81 en un solo día. Un número alto, que dobla las tablas de sangre de 2020, cuando fueron ejecutados 65 reos. 

Las sentencias a la pena capital fueron muchas veces aplicadas a personas de la comunidad chiíta por un Estado islámico rigurosamente sunita. Que además ni siquiera podían ser despedidas por sus familiares porque las autoridades no devuelven los cuerpos a las familias. Por detrás de esto se oculta una razón (política) no dicha: los velatorios podrían convertirse en núcleos de protestas.

Siempre atentos a la seguridad interna, los aparatos de seguridad de la Monarquía dinástica Saudita, es decir, del miembro más poderoso de la OPEP, vigilan y castigan a los chiítas y a los componentes radicales suníes, capaces de protestar con acciones directas cuando se muestran descontentos. Hace unos días, un presunto terrorista muy buscado se inmoló en Jeddah.

9. El ecuador es la línea imaginaria donde México y Colombia se juntan con Ecuador

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declaró por cuarta vez el estado de sitio en Guayaquil, la ciudad más poblada del país, luego de un nuevo atentado en que murieron al menos cinco personas y 17 han resultadas heridas. El ministro de Interior, Patricio Carrillo, ha dicho que la explosión que sacudió el domingo el humilde y poblado barrio de Cristo de Consuelo, ha sido un acto terrorista y una “declaración de guerra al Estado” por parte de la delincuencia organizada.

Ecuador, dicen los especialistas, es una pieza clave en el entramado del negocio de la cocaína desde Colombia y Perú. La dramática escalada de violencia confirma el conflicto permanente entre bandas rivales por el dominio de las rutas del narcotráfico a Europa y EEUU. Con tácticas guerrilleras que recuerdan lo ocurrido en los años más oscuros de la lucha entre los Cárteles en Colombia o más recientemente en México.

10. La Australia argentina, el verde paraíso, y los amores y miedos de la infancia nuclear

Tampoco la guerra atómica es lo que era, o lo que habría sido, en el siglo XX. La mención intermitente del uso táctico de armas nucleares por Rusia en el conflicto en Ucrania ha llevado a estudiar las consecuencias globales de su uso local. “Por primera vez, estamos en condiciones de utilizar los más actuales modelos climáticos y culturales para cuantificar los efectos que padecerían cada uno de los países si fueran sometidos a un ataque nuclear”, afirman investigadores de la Rutgers University de Nueva Jersey, en EEUU.

También un conflicto nuclear de características “menores” podría generar una hambruna planetaria, y, encadenada, la crisis generalizada de las cosechas agrícolas y la amenaza de muerte para 5 mil millones de seres humanos. El comercio internacional se detendría, porque todos los gobiernos destinarían su entera producción agrícola a las necesidades nacionales. 

En el peor de los casos, una guerra entre EEUU y Rusia, la producción calórica caería un 90% en 3-4 años. En el mapa publicado por la revista científica Nature, casi todo el planeta se ve pintado en color rojo flúo (indica los niveles de hambruna). Australia y Argentina brillan con un verde prístino. Verdes paraísos incluso en el peor de los casos. Porque podrían depender de sus extensos cultivos de trigo. Y tienen poca población.

AGB