¿Cuál es la parte linda de la vida? “La que más vale la pena. La que espabila nuestros sentidos. La de la curiosidad, la de la sorpresa, la de las historias inspiradoras, la de los barrios llenos de estímulos, la de los viajes, la de una muestra de arte que te cambia la cabeza, la de una buena charla en la barra de un bar, la de los restaurantes que nos hacen felices, la de los emprendedores y el optimismo, la de las nuevas tendencias, la de los planes en buena compañía que te alegran la semana”. Con esas palabras se presenta Maleva, una revista digital que te introduce a las tendencias de Buenos Aires. Con ese mismo espíritu escribirán desde el viernes 1 de octubre un newsletter quincenal para elDiarioAR llamado: “La ecuación del disfrute”.
Dirigida por Santiago Eneas Casanello, Maleva lleva casi 10 años “espabilando sentidos” con notas de gastronomía, arte, viajes, ocio y mucho más. “Somos los periodistas (un poco hedonistas) que no te cuentan la desgracia, te cuentan todo lo otro”, agregan desde su sitio web donde se puede repasar las recomendaciones de todo este período.
“La ecuación del disfrute” es el octavo newsletter de la familia de elDiarioAR. Si todavía no conocés los demás podés hacerlo ingresando acá.
Hay cierta mística en lo escondido, pensamos en La Ecuación del Disfrute, el newsletter conjunto entre elDiarioAR y la revista de lifestyle MALEVA. Esa satisfacción de encontrar una joyita que no está a la vista de todos. Eso pasa con Rufino, una parada gastronómica obligatoria para los amantes de la cocina argentina, una buena botella de vino de bodegas ‘jóvenes’ y las barras de tragos cancheras. ¿Dónde me anoto? El spot queda en el subsuelo del hotel boutique MÍO (Quintana 465, casi Callao), justo en el corazón elegante de Recoleta.
La receta es simple: ingresás al hotel, bajás por las escaleras, apuntás a la barra de tragos. Te tomás un trago de autor, ¿tal vez dos?, conversás con Cristian - el barman -, y quedás encantado con su carisma. Sentís que la noche promete. Te invitan a pasar a la mesa. Te sentás cerca del mural de las vacas de Warhol, ves madera, pieles sintéticas, cueros, luces de neón al fondo, luces tenues en el salón, volvés a mirar el mural moderno: te llama la atención el contraste y, al mismo tiempo, te agrada, te intriga. Ves la carta: volvés a detectar un contraste entre el ojo de bife bien argento y las guarniciones gourmet de verduras. Pedís una botella de vino de una bodega que tenías de oído y te sorprende, agradecés la recomendación del sommelier. Llega la comida, hacés alguna que otra historia de Instagram porque la comida lo ameritaba, cerrás con un flan con dulce de leche y te prometés volver. Te abstrajiste por un rato del ruido del mundo y te gustó.
Así es la experiencia en Rufino
El original abrió en 2018 y tuvo que cerrar por pandemia, estar en el subsuelo de un hotel no ayudó mucho en las épocas de aforo. Esta versión renovada tiene puntos en común con aquella idea madre pero tomó un poco más de vuelo.
“La idea en 2018 era abrir un lugar que sea de comida clásica argentina reversionada… se logró pero le faltaba una vuelta de tuerca de darle un poco más de onda y que sea un lugar argentino pero más aggiornado, moderno, globalizado, con un montón de vinos que salen de lo clásico, con barra de tragos de autor, con platos reversionados y vueltos a reversionar”, nos contó Martín Serrano, uno de los socios de Rufino.
¿Platos reversionados como por ejemplo? Un gran revuelto gramajo con panceta y albahaca o espinaca. “Para mí es un lugar para gente que quiere una vuelta de tuerca en todo cuando sale a comer en todo: en la ambientación, en los platos, en el formato de atención, que tenga esencia de bodegón pero que tenga gente más joven trabajando o atendiendo con una vibra relajada sin que eso vaya en detrimento de que el servicio sea bueno”, agregó. Y eso hicieron: relajaron un poco el ambiente campestre de pieles, cuero y madera, logrando un híbrido entre eso y algo más joven con luces de neón, murales y una carta que representa eso mismo.
Es exclusivo pero no por eso excluyente. Es un lugar de comida tradicional reversionada que apunta a un público joven pero que no quiere que alguien más grande se sienta que no es bienvenido. Tienen guiños de cosas más clásicas y tradicionales para ese público: el ojo de bife es un ojo de bife de 650 gramos, sal, parrilla, al plato. Hay líneas de vinos más clásicas, también. Suena Prince, tal vez una música electrónica ambient; de algún modo logran que hayan puntos de contacto que unan esos elementos y salga un resultado interesante del contraste.
¿Qué hace a la esencia de Rufino? “Lo que nos gusta a los que creamos Rufino es dar con lugares en los que nosotros no podríamos replicar lo que sirven en nuestras casas. normalmente no harías un asado del centro de un kilo con una cocción de 6hs braseado con pickles de cebolla. Quisimos reversionar los platos no solo por reversionarlos, si no para generar ese valor agregado de ‘esto no lo puedo hacer en mi casa’”, explicó Serrano.
La carta de tragos inaugura el menú, le siguen platitos que funcionan a modo de entrada, hay dos apartados protagónicos para la carne y las verduras y tiene una gran selección de vinos ordenados por intensidad. “El ojo de bife de 750 gr es uno de los platos que más sale, el asado braseado de cocción lenta (1kg) también. En las verduras me encanta la ensalada de remolacha con ricota, naranja y eneldo, es un plato frío que mezcla muy bien los sabores en sí mismo; pero el hit que hasta ahora no tuvimos nadie que nos diga lo contrario son las batatas crocantes con vinagreta de miel. Sorprenden”, aconsejó Martín e hicimos caso: las batatas son una fiesta. La gran variedad en cuanto a las opciones veggies es un valor agregado, están muy bien logradas: “Queríamos que no sea un plomazo para vegetarianos que vienen con amigos o una pareja, que no sientan que les están haciendo un favor trayéndoles una ensalada mixta, queríamos que no sea un bodrio para el vegetariano mientras ve como alguien se comía un bife y él picoteando papas fritas. Hay opciones y están muy buenas”.
Hablamos mucho de ‘re-versión’, pero es muy difícil lograr esa vuelta de tuerca pero seguir siendo fiel al producto original, resaltando su sabor. En este spot escondido lo logran: lo principal es el plato, hay cierta lógica. “El bife de chorizo está en primer plano, tiene una manteca de hierbas y se hace un caldo de carne que te sirven directamente en tu plato y se derrite. Es una vuelta de tuerca pero sin ser una cosa pretenciosa cuando hablamos de reversionar”, ejemplifica Serrano. Otro elemento en donde se ve muy clara esa intención de generar algo propio con lo clásico es en los tragos de autor: recomendamos probar el Rufino Tonic, una especie de reversión del gin tonic pero más parrillero “para cuando prendés el asado y estás picando un salamín con queso”, dijo su autor.
La ambientación emula a la carta, va todo en esa misma línea. “La idea de la ambientación era lograr que el contraste sea atractivo, igual que la carta. comerte un ojo de bife pero en vez de acompañarlo con papas fritas, acompañarlo con un coliflor con yogur y alcaparras. Algo más moderno, descontracturado, distinto, con algo clásico”, contó el socio. Hay un mural grande con las vacas de Warhol y un trago que lleva su nombre, haciendo un guiño a la cultura pop. “Hay algo de la característica rupturista del arte pop que nos identifica: sin ser algo de tanto vuelo artístico en lo técnico, rompió con lo establecido, hay algo de inspiración en esa tendencia”.
Fotos: son todas gentileza de Rufino (fotógrafo: Rodrigo Ruiz Ciancia, agencia Miserere).
Sobre este blog
¿Cuál es la parte linda de la vida? “La que más vale la pena. La que espabila nuestros sentidos. La de la curiosidad, la de la sorpresa, la de las historias inspiradoras, la de los barrios llenos de estímulos, la de los viajes, la de una muestra de arte que te cambia la cabeza, la de una buena charla en la barra de un bar, la de los restaurantes que nos hacen felices, la de los emprendedores y el optimismo, la de las nuevas tendencias, la de los planes en buena compañía que te alegran la semana”. Con esas palabras se presenta Maleva, una revista digital que te introduce a las tendencias de Buenos Aires. Con ese mismo espíritu escribirán desde el viernes 1 de octubre un newsletter quincenal para elDiarioAR llamado: “La ecuación del disfrute”.
Dirigida por Santiago Eneas Casanello, Maleva lleva casi 10 años “espabilando sentidos” con notas de gastronomía, arte, viajes, ocio y mucho más. “Somos los periodistas (un poco hedonistas) que no te cuentan la desgracia, te cuentan todo lo otro”, agregan desde su sitio web donde se puede repasar las recomendaciones de todo este período.
“La ecuación del disfrute” es el octavo newsletter de la familia de elDiarioAR. Si todavía no conocés los demás podés hacerlo ingresando acá.
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