Punto de Encuentro es un espacio de Amnistía Internacional para amplificar las voces y miradas de periodistas, comunicadoras y fotógrafas que trabajan en temas relacionados con mujeres y disidencias.
En un contexto de violencia creciente contra activistas de derechos humanos y ante la reducción de estas agendas en muchos medios masivos de comunicación, Amnistía Internacional y elDiarioAR se unen para dar un espacio destacado a contenido federal e inclusivo.
El rol de periodistas feministas ha sido clave en los avances de los últimos años y el ejercicio profesional riguroso y libre es clave para garantizar esas conquistas que son para toda la sociedad.
Punto de Encuentro pretende ser precisamente un espacio de coincidencia, pero también de debate constructivo. Porque no se puede ser feminista en soledad.
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Desapariciones de hoy
La llegada de la democracia no implicó el fin de las desapariciones en Argentina. El trabajo audiovisual “Desaparecides en democracia” se centra en el rol del Estado (por acción u omisión) ante los secuestros de mujeres y cuerpos feminizados. El foco está puesto en las familias que siguen buscando.
22 de marzo de 202423:59 h
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La palabra “desaparición” remite a la dictadura, a la definición perversa de Jorge Rafael Videla cuando habló de sujetos “ni vivos ni muertos” en 1979. Argentina recuperó la democracia en 1983 y hasta pudo juzgar a las Juntas Militares en 1985. La sociedad dijo “Nunca más”. Pero, ¿realmente no volvió a pasar? ¿Cuales son los cuerpos que a nadie le importan?
Este trabajo indaga en la realidad de familiares de mujeres desaparecidas en los últimos años. No son excepciones. Según el informe “Desaparición en democracia” del Ministerio Público Fiscal y la Colectiva de Intervención ante las Violencias (Ciav) , entre 1990 y 2013 estaban siendo buscades 6040 niñes, adolescentes y adultes. Los datos no se han actualizado desde entonces. Tampoco hay un análisis de las desapariciones ocurridas entre 1983 y 1990, aunque el primer caso, el de José Luis Franco, ocurrió apenas 15 días después del retorno de la democracia.
Si bien el Estado ya no tiene sistemáticamente el lugar de victimario -aunque son numerosos los casos de desapariciones perpetradas por las fuerzas de seguridad- sigue siendo incapaz de proteger a las víctimas y de amparar a sus familiares. El papel de la Justicia no es mucho mejor. Las búsquedas se abandonan y los casos quedan sin resolver, cargando en los familiares el peso de continuar indagando. Como los casos mediatizados suelen obtener algo más de atención por parte de las instituciones, las familias no tienen más remedio que exponerse a la canibalización de los medios, siempre dispuestos a explotar el morbo en pos del beneficio económico.
Punto de Encuentro adelanta parte de un trabajo más amplio de Eleonora Ghioldi, “Desaparecides en democracia”, que amplía la temática que ya había trabajado en “Guerreras”, sobre víctimas de violencia sexual y “Atravesadoxs”, sobre familias de víctimas de femicidio. “Guerreras” y el corto documental “aborto Legal Ya” inauguran una mjestra en la Universidad de Texas, El Paso, este 23 de marzo.
Tehuel de la Torre
Era un joven trans que fue visto por última vez el 11 de marzo de 2021 cuando salió de su casa en San Vicente camino a una entrevista de trabajo. La justicia investiga el caso como “homicidio agravado por odio a la orientación sexual e identidad de género”, aunque nunca se encontró el cuerpo. Su papá reclama que lo busquen vivo y sospecha que pueda haber sido entregado a una red de trata.
Bruno Gentiletti
Tenía ocho años al momento de su desaparición en Rosario en 1997. La familia Gentiletti sufrió el escrutinio y la difamación por parte de quienes querían desviar atención de su propia negligencia: la policía había insistido en dar al nene por ahogado aunque los padres insistían en que no había entrado al agua.
Pasaron tres meses hasta que se hizo la reconstrucción de la desaparición y el juez aceptó la posibilidad de que Bruno estuviera vivo. Hoy tendría 36 años.
La familia había logrado movilizar a la sociedad rosarina: fotocopiadoras que reproducían gratis la foto de Bruno, un supermercado que imprimió 25.000 calendarios con la foto y la yerba marca Flor de Lis, que la incluyó en el envase de su producto.
El caso de Bruno y la lucha de su familia fueron cruciales para impulsar en Santa Fe la creación del Registro Provincial de Información de Niños Desaparecidos.
Guadalupe Lucero
Más de 400 allanamientos, peritajes a un centenar de celulares y múltiples líneas de investigación no han logrado resolver todavía la desaparición de Guadalupe Lucero en San Luis. Tenía 5 años y jugaba con otros nenes de su barrio que entraron a la casa a avisar a los adultos que Guadalupe había desaparecido.
Sin embargo, el sistema de Alerta Sofía -que coordina en forma nacional las búsquedas urgentes mediante la difusión de fotos de menores desaparecidos a través de celulares, redes sociales y medios de comunicación- tardó dos días en activarse, cuando es sabido que las primeras 24 horas son cruciales en estos casos. Además, la reconstrucción de los hechos tardó un año en realizarse, una demora inexplicable.
María Cash
Su papá la vio por última vez en 2011 subiendo a un micro que debía llevarla a Jujuy, pero la joven diseñadora nunca llegó a destino. Federico Cash murió en un accidente en la ruta tras una pista falsa para encontrar a su hija. Ya habían pasado tres años. Desde entonces es la mamá, María del Carmen Gallego, quien mantiene vigente el recuerdo de María y reclama que no se abandone la búsqueda.
“Los únicos que luchan son los padres, entonces es muy difícil. Cuando fue lo de Maria no había lo que hay ahora para poder investigar, toda la parte de internet. Pero parece ser que aunque haya cosas más modernas, sigue sin pasar nada”, asegura.
Sofia Herrera
Se la vio por última vez en un camping de Río Grande, en Ushuaia, en 2008. Sofía tenía tres años y ocho meses. Su caso da nombre al alerta nacional que activa una red de difusión de imágenes en todo el país ante la desaparición de niños, niñas o adolescentes que puedan encontrarse en peligro.
Pese a los años transcurridos, su familia no abandona la esperanza de encontrarla viva y su mayor interrogante es si Sofía sabe quién es, si recuerda esos tempranos años de su infancia que pasó con sus padres, si podrían reconocerla si pasara frente a ellos.
Luna Rivero
En 2017, Lorena Rivero se encontraba en el noveno mes de un embarazo único de gemelos, como se denomina cuando ambos fetos comparten saco, cordón umbilical y son del mismo sexo. Los seguimientos previos habían mostrado que eran dos niñas, que tenían buena movilidad y que estaban en buen estado de salud. Su mamá pensaba llamarlas Sol y Luna.
Lorena recuerda su parto como un momento de dolor y malos tratos. Le anunciaron que una de las niñas había muerto, pero se negaron a mostrársela. “Sufrí violencia obstétrica. Tenía derecho a que me dejaran ver. Por alguna razón no me la mostraron”. A la familia le llevó un año más conseguir que les entregaran el cuerpo y resultó ser de un varón. Además, los certificados de defunción daban versiones contradictorias sobre las causas de la muerte y el estudio de ADN se consideró no concluyente. Sol tiene ahora seis años y Lorena aún no sabe qué pasó con su hermana Luna. “Necesito saberlo. Saber si murió, decirle adiós o buscarla donde esté. Y si está viva poder recuperarla, encontrarla algún día”.
EG
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Punto de Encuentro es un espacio de Amnistía Internacional para amplificar las voces y miradas de periodistas, comunicadoras y fotógrafas que trabajan en temas relacionados con mujeres y disidencias.
En un contexto de violencia creciente contra activistas de derechos humanos y ante la reducción de estas agendas en muchos medios masivos de comunicación, Amnistía Internacional y elDiarioAR se unen para dar un espacio destacado a contenido federal e inclusivo.
El rol de periodistas feministas ha sido clave en los avances de los últimos años y el ejercicio profesional riguroso y libre es clave para garantizar esas conquistas que son para toda la sociedad.
Punto de Encuentro pretende ser precisamente un espacio de coincidencia, pero también de debate constructivo. Porque no se puede ser feminista en soledad.
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