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Sobre este blog

Punto de Encuentro es un espacio de Amnistía Internacional para amplificar las voces y miradas de periodistas, comunicadoras y fotógrafas que trabajan en temas relacionados con mujeres y disidencias.

En un contexto de violencia creciente contra activistas de derechos humanos y ante la reducción de estas agendas en muchos medios masivos de comunicación, Amnistía Internacional y elDiarioAR se unen para dar un espacio destacado a contenido federal e inclusivo. 

El rol de periodistas feministas ha sido clave en los avances de los últimos años y el ejercicio profesional riguroso y libre es clave para garantizar esas conquistas que son para toda la sociedad. 

Punto de Encuentro pretende ser precisamente un espacio de coincidencia, pero también de debate constructivo. Porque no se puede ser feminista en soledad.

Trans-formando la salud bucal: un consultorio odontológico inclusivo al borde del cierre

Las encuestas de les pacientes hablan de discriminación como una barrera más al momento de concurrir a un consultorio.

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R. no había dormido en toda la noche porque le dolía la muela. El dolor le subía hasta la cabeza y luego bajaba al oído, al cuello, le tomaba el brazo y la mano. Se había hecho buches con agua tibia, con sal, con agua fría, con alcohol pero nada funcionaba. Le tenía miedo al torno pero también a la sala de espera, a que la secretaria de la recepción le pidiera el DNI, a que le ordenara hablar más alto porque no la escuchaba, a que la anotara con un nombre ajeno, a que la miraran de reojo otros que esperaban, a que le pusieran un policía al lado, a que la llamara el dentista con un nombre que ya no la nombra. Mientras intentaba mantener el miedo a raya llegó hasta la puerta del hospital. Pero no entró, siguió de largo y ese día terminó atendiéndose con un veterinario amigo. 

Irrespetuosa, indigna y a veces riesgosa. Así califican la atención odontológica que han tenido muchas personas del colectivo LGBTIQ+ de la región del Alto Valle, una “ciudad lineal” o microregión del norte de la Patagonia que comprende varias ciudades de Río Negro y la vecina provincia de Neuquén, y cuya población se estima en más de 770.000 habitantes según el último censo (2022).

Para barrer con los obstáculos que impiden que las personas accedan a una atención empática, respetuosa y de calidad, Pedro Muzevic y Mónica Zanchin, odontólogos y docentes de la carrera de Odontología de la Universidad Nacional de Río Negro, crearon el consultorio odontológico inclusivo en la ciudad de Allen. 

Es un proyecto de extensión que funciona en el hospital escuela, mediante el cual la universidad se vincula con organizaciones del colectivo LGBTIQ+. La experiencia no tiene antecedentes en el país por su especificidad de combinar salud bucal destinada a esa comunidad, el trabajo de estudiantes de distintos niveles de la carrera y donde los referentes de la diversidad aportan sus saberes en perspectiva de géneros.

El consultorio funciona desde 2019 y se sumó a otro proyecto de extensión que Muzevic y Zanchin han desarrollado desde el 2010 y que consiste en llevar atención odontológica a parajes de la Línea Sur de Río Negro donde los pobladores no tienen acceso por las grandes distancias.

Ambos proyectos funcionaron con normalidad hasta este año en que, el recorte presupuestario del gobierno de Javier Milei a las universidades nacionales, amenazó la continuidad de las dos experiencias. En abril hicieron el último viaje a los parajes. Este mismo mes es probable que el consultorio odontológico inclusivo de Allen tenga que cerrar sus puertas con la incertidumbre de no saber cuándo podrán volver a abrir.

Una puerta de entrada al sistema público de salud

¿Cómo nació el proyecto? “En el 2019 vi que existía el consultorio médico inclusivo ‘Pía Baudracco’ en el hospital de Cipolletti como proyecto de extensión de la Universidad del Comahue. Le dije a Mónica: nosotros podríamos hacer un consultorio inclusivo odontológico, armémoslo. Tenemos la clínica, tenemos las ganas”, recordó Pedro Muzevic convencido de que las buenas ideas, atraen buenas ideas. 

Por entonces se firmó un convenio entre la UNRN y la Asociación de Trans y Trabajdorxs Sexuales por la Disidencia Sexual (ATTS) de General Roca. Pusieron manos y cabeza a la obra. En las primeras reuniones comenzaron a ver cuáles eran los problemas y las resistencias que había en la comunidad. 

En febrero de 2020, el primer consultorio odontológico inclusivo vio la luz pero casi un mes después “la llegada de la pandemia nos cortó de lleno” pero “aunque no podíamos atender sus bocas podíamos encontrarnos por zoom para hacer las capacitaciones”, agregó. 

La atención a los pacientes volvió a fines de 2021 y desde ese ese momento hasta la fecha realizaron 16 consultorios. ¿Cómo funcionan? Una vez por mes convocan a una jornada de extensión a todos los estudiantes de la carrera, sean ingresantes o avanzados. Se anotan entre 50 y 60 voluntarios pero hay capacidad para 30 por lo que se arma una lista de “titulares y suplentes”. En forma paralela, se hace la convocatoria a los pacientes de la comunidad a través de distintas redes. Cuando llaman atienden las “turneras” que trabajan activamente para asignarles un horario y acomodar la grilla, sin baches ni largas esperas.

En cada jornada, la actividad es intensa. “Atendemos un mínimo de diez personas y un máximo de veinte. Por cada sillón odontológico hay tres funciones para cubrir: un operador, el que hace de odontólogo; un ayudante, que lo asiste y toca instrumental; y el volante, que alcanza insumos no peligrosos como una pasta o una anestesia”. En estos tres años, alrededor de 240 personas de la comunidad LGBTIQ+ pasaron por esos sillones odontológicos recibiendo atención en salud bucal y un trato digno. 

Muzevic aclaró que no se trata de que los estudiantes aprendan competencias odontológicas nuevas sino “competencias socio emocionales, van a mejorar el vínculo con les pacientes. Sabemos que la odontología no es agradable en ningún lugar ni contexto. Si encima hay un peso por discriminación, es tu trabajo hacerlo sentir bien”. 

Al momento de describir qué tipo de atención brindan, Muzevic recordó que una militante del colectivo trans les había preguntado si no creían que el consultorio implicaba una discriminación positiva. “Primero tuvimos que averiguar qué era”, ríe, “y nos dimos cuenta que tenía razón”. Y explica el por qué: “Si nosotros armamos un lugar exclusivo, no los dejamos salir y no es bueno. Nosotros tenemos que ser el escalón más difícil, el más complicado, el de más vértigo. Eso se llama atención primaria de la salud. Si hacíamos la rehabilitación general, los seguíamos marginando por protegerlos. Lo que hacemos es abrirles la puerta a la salud pública. Esa es nuestra meta, ser el escalón y que algún día dejemos de existir para siempre”. Sin embargo, al principio, todo indicaba que seguirían siendo necesarios. 

Contra la mirada androcéntrica de la medicina

Todas las ciencias, en general, están basadas y padecen del sesgo androcéntrico, un patrón sobre el que se estudia, se construye conocimiento y se aplica a toda la población. Ese patrón es un varón y no cualquier varón: blanco, heterosexual, alfabetizado y propietario. Mujeres y otras personas con otros géneros casi nunca son estudiadas”, explica Mónica Zanchin, odontóloga, docente y directora del proyecto junto a Muzevic. 

En este sentido agregó que el consultorio inclusivo de la UNRN de Allen buscó “traer el debate al ámbito académico, por eso el nombre de este proyecto es ‘Trans-formando la salud bucal-transformándonos’: formamos operadores y operadoras de salud con una mirada y una perspectiva inclusiva basada en derechos y equidad”.

Coincide con Muzevic en la figura de la puerta para describir el proyecto que permite ingresar al sistema de salud: “Muchísimas veces estas personas no acceden porque las actitudes de los propios trabajadores de salud son expulsivas”. 

“Sabemos que la salud está determinada por múltiples factores, los llamados determinantes sociales, que a veces son más importantes que las bacterias para generar una enfermedad. La carrera tiene un perfil social muy fuerte y los proyectos de extensión como éste buscan darle la misma jerarquía que al perfil biológico, resaltó.

Características de la población trans de Río Negro y Neuquén

En 2017 se realizó el primer relevamiento de población trans de la región de Río Negro y Neuquén, un trabajo conjunto entre entre organizaciones del colectivo, la Universidad del Comahue y organismos del Estado de las dos provincias. La importancia de este trabajo para la región radica en que es información sistematizada que permitió caracterizar a la población trans del Alto Valle en términos demográficos, indagar aspectos vinculados a salud, educación, trabajo, vivienda y justicia, e identificar prácticas discriminatorias. 

Cabe mencionar algunos datos interesantes que se complementan con la experiencia de las personas. En términos generales, la mayor cantidad de población trans de la región se concentra entre los 26 y los 40 años y no alcanza las edades adultas. Solo el 3% tiene 56 años o más. Además está comprendida mayoritariamente por mujeres (78%) y en menor medida por varones (22%).

En cuanto a la cobertura en salud, sólo el 21% de la población trans cuenta con obra social o prepaga en Río Negro. En consecuencia el 86% de las personas encuestadas respondió que realiza la atención médica en hospitales públicos. El motivo más frecuente por el cual concurrieron fue chequeo y controles de rutina (59%). En segundo lugar, lo hicieron para atender una emergencia en Río Negro (41%).

Con respecto a la discriminación hacia las personas trans en establecimientos de salud, la encuesta indicó que alrededor del 25% fue discriminado en algún sector y que los lugares más frecuentes donde ocurría esa situación eran primero la admisión y los consultorios (ambos con 50%) y luego en la atención de una emergencia (45%). 

En primera persona: testimonios de pacientes 

“Yo ya había recibido atención en salud bucal anteriormente pero nunca me habían tratado tan bien. Me gustó mucho la encuesta en la que me preguntaron si tenía miedo y en mi caso dije que sí. Me atendieron entre tres personas que eran de distintos años, que se trataban muy bien y los profes supervisaban sin invadir el espacio”, contó Syl Alejandra.

“Las personas del colectivo en general tenemos el estigma del VIH y los dentistas no nos tratan bien. Íbamos ansioses porque es algo a lo que jamás accedemos y salimos felices, sorprendides de todo lo que hicieron en un rato”, agregó. 

“La salud bucal, es importante para todo, para la autoestima, la salud gastrointestinal, y si se siente dolor la calidad de vida es pésima. Creo que el consultorio no debe cerrar, porque es el único acceso que tenemos las personas de la zona a estos tratamientos”, indicó. 

Luciana Brizuela, integrante de Asociación Diversa de Allen (ADA), quien colaboró con el consultorio en la bienvenida a los pacientes, reconoció que desde su perspectiva como mujer trans, “los tiempos cambiaron” y que si bien la discriminación mermó un poco “aún sigue en algunas miradas y gestos”. Actualmente trabaja en el Registro Civil de su ciudad y para ella es importante que el consultorio siga funcionando porque “hay otras identidades a las que les cuesta salir a la calle, poder expresarse y ser, y para los estudiantes y futuros profesionales es importante ver otras vivencias y empatizar”. 

Por su parte, Georgina Colicheo, integrante de ATTS de Roca, explicó que “no tener acceso a la salud bucal es no poder comer ni masticar tranquilas, algo que tenemos tan normalizado o naturalizado y no es tan así. Llegar a cierta edad y no tener atención bucal afecta mucho a la salud en general”.

Georgina nunca tuvo atención odontológica hasta ahora que tiene un trabajo registrado, “con la mutual debería tener accesibilidad pero la cobertura deja mucho que desear, estoy pensando en cambiarme. Lo tengo que hacer rápido porque nunca tuve atención bucal. Lo vine a aprender de grande todo esto”, contó. 

También ella hizo su aporte en las capacitaciones por su militancia en el colectivo. La posibilidad de que el consultorio inclusivo deje de existir sería “un retroceso para nosotras, un no derecho”, calificó, “por lo tanto estoy alerta y atenta”. 

Luigi, quien se define como “marika de 37 años”, había tenido atención previa tanto en el sector público como en el privado. Pese a ello, reconoció que pasó “ciertas incomodidades” al momento de informar, por ejemplo, que el titular de la obra social era su pareja y que, a partir de ahí, “las formas de trato cambiaron”. 

A su entender, son muchos los factores que obstaculizan el acceso a la salud, pero señaló que, en el caso la comunidad LGBTIQ+, es “la falta de profesionales con formación en perspectiva en Derechos Humanos y el entender que la salud debe tener un abordaje integral” porque “no es lo mismo hablar y abordar la salud de una persona trans/ no binaria, de personas con vínculos sexo-afectivos del mismo sexo y mucho menos de personas con discapacidad”. 

En los primeros pasos del proyecto, Luigi cumplía funciones como coordinador del área de Diversidad en el municipio de su ciudad y desde allí acompañó la difusión, colaboró en el desarrollo de estrategias para acercar las personas al consultorio e hizo su aporte en los talleres formativos de estudiantes y docentes. 

El trato digno a las personas de la comunidad de la diversidad sexual es la base principal para el acceso y la permanencia en el sistema de salud. Si no se respetan las diversidades y corporalidades en la salud es difícil que todas las personas disidentes al sistema binario puedan tener una mejor calidad de vida”, opinó. 

Si el consultorio no tiene más futuro, la pérdida es doble para Luigi: “la comunidad pierde un espacio de salud necesario para el desarrollo personal, como establecen los principios básicos en derechos humanos, y la sociedad pierde la apertura a generar un futuro más inclusivo, libre de discriminación y violencias, donde todas las personas seamos parte”. 

La importancia de la salud bucal en la salud integral

“En el caso de la comunidad LGBTIQ+ lo que más hemos visto es la pérdida de piezas dentarias por falta de atención bucal, pero enfermedades odontológicas propias de la comunidad no hay”, aseguró Muzevic. Contra los mitos, los prejuicios y estereotipos, aclaró que las enfermedades de transmisión sexual son infecciones que pueden afectar a todas las personas, independientemente de su condición, por falta de protección. 

Con respecto a la hormonización, aún no hay estudios concluyentes que indiquen qué puede provocar en la salud general de las personas del colectivo travesti-trans que realizan tratamientos. “Todavía no hay investigación concreta y terminada, hay líneas que están en transcurso pero no hay vinculación directa. Tienen las mismas enfermedades que el resto de la población que no accede a la atención por ser un grupo vulnerable”, destacó.  

La experiencia de los estudiantes: “siempre lleno”

Kevin Anzoategui es estudiante de 5to año de la carrera de Odontología. Lo primero que destacó fue que la perspectiva de género está ausente en el plan académico de muchas carreras de Salud y que por eso cuesta entender la problemática de ser atendido en cualquier consultorio siendo integrante de la comunidad LGBTIQ+. Participó varias veces del consultorio y vio que la respuesta era “muy buena”, que siempre “estaba lleno”. 

En la charla previa a la atención, los pacientes le contaron sus experiencias en situación de sala de espera. “Así arrancas mal predispuesta la atención odontológica, si a eso le sumamos que trabajamos en la boca, que es súper invasivo, que físicamente hay una distancia muy corta con el paciente, se complica más”, agregó. 

La odontología es “un servicio muy costoso e inaccesible. En la región los centros de salud pública que cuentan con el servicio son pocos y están colapsados. Hay una gran barrera de acceso en general pero, en el caso de la población travesti-trans, se suma la discriminación y la falta de respeto”, aseguró Delfina Del Prete, estudiante avanzada de la carrera que también participó del proyecto. 

“La respuesta de la comunidad fue super positiva y lo sigue siendo”, señaló, ya que los pacientes en general “acuden con mucho miedo, ansiedad e incertidumbre.

Para Delfina, “la salud bucal es sinónimo de vida”. Para ella es importante que el proyecto pueda seguir funcionando por su buen impacto. “Poder seguir brindando un espacio seguro y cómodo para la atención odontológica en la comunidad es fundamental”, concluyó. 

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En un contexto de violencia creciente contra activistas de derechos humanos y ante la reducción de estas agendas en muchos medios masivos de comunicación, Amnistía Internacional y elDiarioAR se unen para dar un espacio destacado a contenido federal e inclusivo. 

El rol de periodistas feministas ha sido clave en los avances de los últimos años y el ejercicio profesional riguroso y libre es clave para garantizar esas conquistas que son para toda la sociedad. 

Punto de Encuentro pretende ser precisamente un espacio de coincidencia, pero también de debate constructivo. Porque no se puede ser feminista en soledad.

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