Los aumentos de la carne golpean las Fiestas de Navidad y Fin de Año

Las recientes medidas económicas anunciadas por el ministro de Economía, Luis Caputo, han tenido un impacto significativo en términos de aumento de precios. El salto del tipo de cambio, la eliminación de los acuerdos de precios y el comienzo de la desregulación de la economía tendrán como consecuencia unas fiestas de fin de año mucho más caras que las de los últimos años.

Una vez efectivizada la devaluación del tipo de cambio oficial, uno de los primeros productos que sintió el impacto fue la carne. En este sentido, en el Mercado de Cañuelas -que comercializa novillos, vaquillonas, vacas y toros- hubo subas de hasta el 40% en el kilo vivo, un día después de anunciadas las medidas del ministro.

El secretario de Agricultura, Fernando Vilella, argumentó en una entrevista radial en Urbana Play que la suba de precios nada tiene que ver con las medidas tomadas por el gobierno entrante. “Primero, la carne fue el producto que menos aumentó durante los dos últimos años. Segundo, la sequía fue muy impactante, y se perdió una parte del rodeo y ese rodeo nos lo fuimos comiendo durante los últimos meses, lo cual genera escasez en la oferta”, dijo. Por otro lado, vaticinó que “el precio de hoy es un precio que difícilmente se sostenga porque el poder adquisitivo hará que se deprima la demanda”.

En función de los precios publicados por el mercado de cañuelas -y haciendo una continuación con lo publicado previamente por el mercado de Liniers-, hace un año el precio del novillo vivo de 460 kilos tenía un valor aproximado de $320 mientras que al día de ayer ese valor alcanzó los $1.580 -$420 menos que los $2.000 del día 13 de diciembre-. Este salto presupone una variación de casi el 400% -un porcentaje muy superior a la inflación acumulada durante el último año-. Sin embargo, durante 2022, el precio aumentó solamente un 20%, frente a una inflación que cerró al 94,8%.

Otro dato a tener en cuenta es que, previo al balotaje de noviembre, el kilo vivo de novillo oscilaba los $1.000. Una vez sucedidas las elecciones comenzó una carrera de precios que hizo que la carne alcanzara aumentos de hasta el 100%.

Un informe de Rosgan explica que “la invernada está cerrando el año con un descenso pronunciado de la oferta la cual salió anticipadamente durante el primer semestre del 2023, la sequía impacto en toda la producción con una restricción de pastos muy fuerte obligando a salir anticipadamente mucha hacienda. Con esta oferta reducida de animales más la finalización del proceso electoral con una nueva gestión Presidencial ya asumida, todas las medidas están orientadas a reorientar las variables produciendo un fuerte ajuste del gasto público y a la vez una recomposición de la cotización del dólar que acortó su brecha entre el oficial y paralelo, este sinceramiento necesario de precios de toda las cadenas productivas produjo en diciembre un alza importante de la inflación corrigiendo todos sus valores, combustibles, alimentos, etc”.

Frente a estas circunstancias, y en un marco de marcha atrás con la suba de retenciones a las economías regionales, el Gobierno optó por mantener el 15% retenido en concepto de derechos de exportación a la carne.

Por otro lado, durante la semana pasada, representantes del Consorcio de Frigoríficos Exportadores ABC acordaron con una serie de supermercados un congelamiento de precios para Navidad y Año Nuevo. Los cortes alcanzados fueron el asado que quedó a $4.900 el kilo, el matambre y el vacío con un valor de $5.900, la tapa de asado a $4.900 y la falda a $2.900.

El incremento en el precio de la carne vacuna arrastra, también, al mercado avícola. En este sentido, según lo relevado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca muestra que entre noviembre y enero de este año, el precio del pollo mayorista pasó de $272,9 el kilo a $915,2 -un incremento del 235%-, mientras que, en base al análisis de mercado de la Cátedra avícola & agropecuaria, la semana pasada el precio alcanzó los $1244 por kilo.

Navidad y Año Nuevo

Según el Changómetro elaborado por FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina), el brindis y la mesa dulce cuestan 25 veces más de lo que salían en 2017. Productos como el pan dulce, budín y sidra fueron los más afectados.

El informe menciona que mientras que, en diciembre de 2017, armar una mesa dulce para el brindis de medianoche tenía un valor aproximado de $650, hoy ese precio oscila alrededor de los $16.400.

“Con $5.000 en 2017 podíamos comprar 78 panes dulces, hoy solamente nos alcanza para 2. Perdimos 76, en seis años. Si lo vemos en el turrón de maní, antes comprábamos 284 y hoy sólo 10, terminamos con 274 paquetes menos. En el caso de las garrapiñadas pasa igual: antes nos alcanzaba para 322 paquetes y ahora tan solo 9” reza el documento.

El incremento en el precio de la sidra -una bebida típica de las fiestas- se multiplicó casi 42 veces desde diciembre de 2017. Esto significa que con $5.000 antes se accedía a comprar 94 botellas mientras que hoy tan solo 2.

Por otro lado, en términos de alimentos y bebidas generales “lo que a fines de 2017 nos salió $1.000, hoy tenemos que gastar $26.740”.

IC / NB