El consumo sigue sin reaccionar y la gente paga cada vez más con tarjeta para financiarse
Uno de los datos salientes del informe publicado por el Indec es que, en el caso de los supermercados, en los primeros cinco meses del año, la caída acumulada del consumo escala a -12,4%, y muestra en estos meses los peores registros de la serie, que comenzó en 2017. En mayo puntualmente, las ventas en supermercados disminuyeron 9,7% con respecto a mayo de 2023, pero mostraron una leve recuperación con respecto a abril (+3,9%) en la serie desestacionalizada.
En lo que respecta a mayoristas, las ventas en mayo se ubicaron 13,3% respecto a un año atrás, crecieron levemente con respecto a abril (+1,7%) pero en el acumulado de 2024 muestra ventas 12,2% por debajo del mismo período de 2023.
El fuerte incremento de uso de plásticos para pagar es un indicio de las estrategias de las familias ante la situación de crisis de ingresos actual: endeudarse vía tarjetas de crédito.
Otro dato que se desprende de la encuesta es el incremento de uso de tarjeta de crédito para el pago: mientras que el uso de efectivo y débito se redujo en términos reales 19%, las compras con crédito se incrementaron 12%, pasando de constituir 38% de las operaciones a 44%. Esto podría constituir un primer indicio de las estrategias que utilizan las familias para sobrellevar la situación de crisis de ingresos actual: endeudarse vía tarjetas de crédito.
Si se desagrega por rubro, las peores caídas en términos reales se ubican en “Electrónicos y artículos para el hogar” (-27%), seguido de “Bebidas” (-17%), “Alimentos preparados y rotisería” (-15%) y “Carnes” (-10%). El que más creció resultó “Indumentaria, calzado y textiles para el hogar” (8%), seguido de “Panadería” (7%).
Para junio, en lo referente al consumo masivo, los números de la consultora Scentia muestran que el sendero descendente continúa: -12,5% interanual y un derrumbe de 8,5% acumulado en el primer semestre.
Esta situación de las grandes superficies se profundiza cuando nos referimos a comercios pymes. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) publicó que en junio de este año, las ventas se desplomaron 21,9% con respecto a un año atrás, 1,2% más que en mayo, pero completa así un primer semestre para el olvido: en términos acumulados se vendió 17,2% menos que en el mismo período de 2023. Sobresale en el Índice elaborado por CAME la situación de alimentos y bebidas: se vendieron 26,6% menos que en junio de 2023.
Para completar el delicado panorama de la situación del consumo, vale la pena enfocarse en algunos consumos sensibles en la mesa de los argentinos y las argentinas.
Por caso, en función de los datos publicados por el Instituto Nacional de la Yerba Mate, el consumo de yerba en el primer semestre de 2024 constituye el peor registro de los últimos años: se derrumbó 14% con respecto a un año atrás y 11% en relación al promedio de los últimos 6 años.
Otro ejemplo es el de los lácteos: en los primeros cinco meses de 2024 se consumieron 16% menos que en 2023 según los datos provistos por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina. Al interior del conjunto, sobresale la caída de yogures 21%, postres 51%, quesos 10%, leche en polvo 29% y leche fluida 16%. Al igual que en los casos anteriores, el volumen acumulado en estos primeros cinco meses constituye el más bajo de los últimos 6 años al menos.
Por último, desde la Bolsa de Comercio de Rosario advierten que 2024 podría constituir el peor año de consumo de carne vacuna de los últimos 100 años. Los datos oficiales que ya fueron publicados arrojan una caída en el consumo per cápita por año de 15% en los primeros 5 meses del año. En promedio, consumimos 45 kilogramos de carne al año, mientras que en 2023 esa cifra era de 53 kilogramos. A su vez, por primera vez el pollo supera el consumo de carne vacuna con 46 kilogramos per cápita al año.
La recesión no da tregua y el consumo masivo refleja lo crítico de esta situación. Por su parte, la actividad industrial y la construcción no parecen encontrar piso, mientras que los sectores que escapan a la media continúan siendo el agro y el sector energético, que no para de batir récords gracias a Vaca Muerta: en junio se produjo 28,2% más de petróleo no convencional que el año anterior.
DM/CB
0