El Gobierno evalúa un conjunto de medidas como los tipos de cambios especiales para economías regionales
A los problemas intrínsecos del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner se han sumado calamidades varias ajenas a su responsabilidad pero con impacto local: pandemia, guerra de Ucrania y ahora sequía agravada por la crisis climática, gripe aviar y tormenta bancaria global. Un combo perfecto para dejar al país con menos dólares de los pocos que tenía. En una Argentina con una estructura productiva con tan poco valor agregado que sigue dependiendo de una cosecha, que puede caer a la mitad y que amenaza con hundir la economía en la estanflación (recesión sumada a la elevada inflación), el equipo del ministro de Economía, Sergio Massa, busca desesperado alternativas para compensar en algo los dólares que no vendrán por la soja y el maíz.
Tanto en su cartera como en el Banco Central, que conduce Miguel Pesce, descartan una devaluación brusca del peso oficial o un desdoblamiento cambiario -es decir, la creación de un tipo de cambio especial permanente para ciertas operaciones del comercio exterior-. En cambio, admiten que evalúan dólares más altos para las exportaciones de las economías regionales. Entre ellas figuran los cítricos, las manzanas, las peras, las uvas, las aceitunas, el azúcar, el tabaco, la yerba, la miel y el algodón. Ya Massa anunció hace poco el dólar malbec para la exportación de vino, más allá de los fuertes aumentos de precios en el mercado interno.
En las discusiones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los negociadores argentinos, incluidos Gabriel Rubinstein, Leonardo Madcur y Jorge Carrera, analizaron opciones para incrementar la liquidación de exportaciones a través de más dólares sectoriales, como el malbec o lo que fue en su momento el soja. El FMI siempre aboga por la devaluación, le repele al atraso cambiario. Por estas horas, en Economía y el Central se analizan todas las opciones, pero algunas ya se descartan como la depreciación que pide el Fondo o el desdoblamiento, que impulsa el jefe de gabinete de asesores de Alberto Fernández, Antonio Aracre. Son concientes de que no hay manera de sustituir los US$ 21.000 millones que se perderían de la cosecha sojera y maicera. Encima se cerraron las exportaciones avícolas por la gripe, que ya costó la muerte de más de 600.000 animales.
Massa viajó este fin de semana a Panamá a la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para reunirse con el asesor presidencial especial para las Américas de EE.UU., Christopher Dodd, y con la ministra de Planificación, Presupuesto y Gestión de Brasil, Simone Nassar Tebet. Estados Unidos es el principal accionista del FMI y una opción de retener dólares es negociar con el organismo posponerle el pago de esta semana de US$ 2.700 millones por el crédito récord que tomó el gobierno de Mauricio Macri en 2018. A su vez, con el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se negocia que Brasil financie sus exportaciones a la Argentina, de modo de evitar que en el corto plazo salgan divisas de nuestro país hacia allí.
En el Gobierno saben que tampoco pueden pisar mucho más las importaciones porque no quieren un derrape de la actividad económica en año electoral. Pero reconocen que no pueden hacer magia. Otra alternativa consiste en pedirle a las petroleras que adelanten dólares de las exportaciones de crudo que vendrán.
Un sector con muchas ventas externas, pero buena parte en negro es el de la economía del conocimiento. En la actualidad sus empresas tienen un régimen especial, pero los independientes sólo cuentan con un cupo de US$ 12.000 para entrar al país sin liquidar a pesos. Duerme en el Congreso el proyecto del monotributo tech, que les permitiría elevarse esa cuota a 30.000. Mientras, el secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk, organizó este fin de semana una feria del sector en La Rural, donde numerosas empresas instalaron sus stands. El Gobierno no les cobró por el espacio. Entre las expositoras figuraron Globant, Mercado Libre, Despegar, Accenture, Blue Star, IBM, Microsoft, Lenovo, PWC, JP Morgan, Wunderman Thompson, Exxon Mobil, Toyota, Globallogic, BGH, Arsat, Invap, organismos públicos, provincias, universidades y cámaras empresariales.
El Central, mientras tanto, ha comenzado a recibir parte de los US$ 5.000 millones de libre disponibilidad del swap (canje de monedas) de China. Ya se efectivizaron tres desembolsos por 1.000 millones cada uno. Antes de fin de mes, debería entrar un cuarto desembolso de igual monto. Restaría un último desembolso que seguramente ocurrirá en abril. Estos fondos proveen de liquidez a la autoridad monetaria para sus intervenciones en el mercado cambiario, pero no elevan la cantidad de reservas. Constituyen parte del swap total de US$ 18.500 millones de dólares.
El organismo que preside Pesce recibió a su vez hoy un desembolso de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por 285,4 millones de dólares y otro del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) por 395 millones. Son parte de los anuncios de créditos que logró Massa, ingresan estos sí a las reservas y son de libre disponibilidad.
AR
0