La inflación fue de 2,5% en agosto y perforó el piso de los últimos diez meses
Si bien nadie puede aislar con precisión las razones que explican el revés electoral del Frente de Todos en las PASO hay al menos una que no está puesta en duda y es la merma del poder adquisitivo de los argentinos y argentinas. Este empobrecimiento en términos reales se relaciona con la dinámica de los precios, que desde fines de 2020 escalan muy por encima de las previsiones oficiales. Sin embargo, a pocas horas del “cachetazo” de las urnas, el Gobierno tiene para mostrar un dato que le permite, al menos, sostener una promesa de mejora: la inflación de agosto fue de 2,5%, número que perfora el piso de 3% luego de diez meses y representa la quinta caída consecutiva desde el pico de marzo pasado, de 4,8%.
Según informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) se registró la inflación más baja desde hace un año, con una reducción muy marcada en alimentos. Esa categoría pasó de una inflación del 3,4% en julio a 1,5% en agosto, empujada por la baja de las verduras y, sobre todo, una moderación en el precio de la carne, un producto de gran peso en la canasta de los hogares argentinos.
Por el contrario, las dos divisiones de mayor incremento en el mes fueron educación (4,2%) y salud (4,2%). En esta última incidió principalmente el alza en gastos de prepagas y productos medicinales, artefactos y equipos para la salud. La inflación núcleo, que permite monitorear la evolución de los precios sin tener en cuenta aquellos bienes y servicios con comportamiento estacional o regulados, fue de 3,1%.
El registro mensual estuvo por debajo de las estimaciones del mercado, que en el último relevamiento de expectativas (REM) hecho por el Banco Central estimó una inflación de 2,8% para agosto. Para los próximos seis meses (entre septiembre de 2021 y febrero de 2022) el promedio mensual de las variaciones esperadas es de 3%, inferior al registrado en los primeros siete meses del año, de 3,7%. Si se mira la curva, se advierte que que a partir de diciembre de 2021 el dato vuelva a ubicarse sobre el piso del 3%.
Superada ya en julio la meta anual del 29%, la inflación acumulada entre enero y agosto de este año es de 32,3%. Si se mira la evolución interanual, la inflación se ubicó en 51,4%, lo que devuelve el índice a los niveles de 2018 y 2019.
“A partir de octubre esperamos que la tasa interanual vaya descendiendo. Por estacionalidad puede haber un vaivén entre un mes y otro, pero hoy Argentina está en un proceso gradual y persistente de desinflación”, anticipó el ministro de Economía, Martín Guzmán, horas antes de las PASO.
Las proyecciones del mercado arrojan que 2021 cerrará con una inflación interanual de 48,4%, que iría declinando a paso lento en los próximos años. Para diciembre de 2022 estiman 43,1% y para diciembre de 2023, 36,6%. Este miércoles, cuando Guzmán envíe al Congreso el Presupuesto 2021 se sabrá cuál es la proyección oficial, que se anticipa en torno al 35% anual para 2022 y acercaría el indicador a los niveles del primer año de pandemia (36,1%).
Dentro de la coalición del Frente de Todos algunos critican que el Gobierno no haya tomado una posición más fuerte frente a los “formadores de precio”. Otros, como la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, consideran que si bien “hay pícaros”, esa no es la variable que explica la inflación ni abona la idea de “perseguir” empresarios.
En cualquier caso, el gobierno de Alberto Fernández sabe que reducir la inflación, al menos en los bienes de primera necesidad, es decisivo para su suerte electoral. Sin embargo, surge la duda respecto de si el plan del Gobierno de avanzar con medidas para mejorar los ingresos y el consumo de las familias puede atentar contra la estabilización de los precios. “El Gobierno no tiene cómo financiar un paquete de política fiscal expansiva; la única forma es con emisión y eso implica más pesos en la calle, lo que se traduce en más inflación y presión sobre el tipo de cambio paralelo”, auguró Juan Ignacio Paolicchi, de Empiria
DT
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