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Reunión del bloque

Milei chocará con Lula en Montevideo: pedirá que cada país del Mercosur firme sus acuerdos comerciales

Lula Da Silva y Javier Milei se saludaron de manera fría en el inicio del G20 en Brasil, el 18 de noviembre de 2024.

Alejandro Rebossio

4 de diciembre de 2024 07:10 h

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Si Javier Milei se brotó cuando discutió en la reciente cumbre del G20 con su par colombiano, Gustavo Petro, por sus diferencias ideológicas, a prepararse para este viernes cuando llegue a la reunión del Mercosur en Montevideo y choque con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

El presidente argentino insistirá con la propuesta que formuló en septiembre su excanciller Diana Mondino: que cada uno de los cuatro socios del Mercosur negocien por separado, ya no más como bloque, tratados de libre comercio (TLC) con otros países o bloques, de modo de acelerar esos acuerdos, postergados por décadas de falta de consenso sobre una apertura económica conjunta. La libertad económica extrema es su norte.

Lula se opone a esta propuesta, que ya viene sosteniendo Uruguay desde 2006, cuando gobernaba el Frente Amplio, la alianza de centroizquierda que volverá al poder en marzo próximo. Pero existe una tercera vía que puede llegar a constituir una solución al enfrentamiento: que el Mercosur firme con otras naciones y bloques acuerdos marco que permitan a su vez que cada socio después negocie aperturas más o menos profundas. Es el modelo que ya se aplicó para abrir el comercio a Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú.

Este lunes, en San Pablo, el ministro de Economía, Luis Caputo, habló ante empresarios industriales brasileños sobre la necesidad de que “el Mercosur muestre flexibilidad para que los países podamos hacer acuerdos bilaterales”. Habrá que ver con qué tono irá Milei a la cumbre del bloque: si con agresividad o moderación para convencer a Lula de que acepte sus planteos.

“Vamos a ir por el libre comercio, el bloque tal cual está planteado no tiene sentido”, refuerzan en el Gobierno. En la reunión, el jefe de Estado argentino asumirá la presidencia pro tempore del Mercosur hasta junio próximo, desde la que puede orientarlo hacia sus deseos pero siempre y cuando haya consensos unánimes. No se prevé que amenace con romper la unión aduanera en caso de que el brasileño rechace su propuesta. Es que para salir del Mercosur se requiere el apoyo del Congreso argentino, lo que sería muy difícil de conseguir, y además es un proceso que demoraría dos años hasta independizarse del bloque. A eso hay que agregar que, si Milei pudiera convencer a diputados y senadores de retirarse de la unión aduanera, la Argentina perdería los beneficios arancelarios para exportar a Brasil –a donde va la mayoría de las exportaciones de manufacturas no agropecuarias–, Paraguay y Uruguay.

Milei pretende sobre todo dos TLC para la Argentina: con Estados Unidos y con China, las dos principales potencias económicas mundiales, según fuentes empresariales informadas de los pasos en política de comercio exterior. Con el país norteamericano se trata de una cuestión de alineamiento geopolítico, además del acceso al mercado más consumidor del mundo. Pero hay dudas de que el futuro presidente de EE.UU. y amigo de Milei, Donald Trump, esté dispuesto a dejar de lado su furioso proteccionismo para abrirse a un Mercosur, que es potencia agrícola global y que tiene en Brasil un polo industrial competidor. Ya Trump advirtió que apenas asuma la presidencia en enero le impondrá más aranceles a China, pero también a sus socios del TLC de América del Norte, Canadá y México.

Habrá que ver si además Milei recula en su reciente acercamiento con el gigante asiático a partir del regreso de Trump al poder. Ya no necesita tanto del financiamiento chino porque apuesta a que el futuro líder estadounidense lo banque en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Lo que podría aglutinar a Milei y Lula es un cierre del acuerdo con la Unión Europea. Las negociaciones entre ambos bloques vienen avanzando. El Mercosur está convenciendo a los negociadores de la Comisión Europea de que haya fondos de cooperación para que los productores agropecuarios sudamericanos certifiquen que no deforestan más y pueden así ingresar al mercado de la UE. Además Brasil está consiguiendo que no se liberalicen tanto las compras gubernamentales, de modo de proteger a sus empresas en este negocio, y que el libre comercio de autos eléctricos no sea en 17 años, como en los vehículos a combustión, sino en 25, lo que daría tiempo a la adaptación de un sector poco desarrollado en estas tierras en comparación con las europeas. Por más que Francia o Polonia se opongan al acuerdo y sus congresos lo rechacen, si el Parlamento Europeo, con sede en Bruselas, lo ratifica, entra en vigencia. Ya sucedió así con el TLC UE-Canadá, que fue confirmado por el Europarlamento pese a los rechazos de ciertos países europeos.

Marcelo Elizondo, secretario de Cámara Argentina de Comercio (CAC) y director de economía internacional de Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI), está favor de la propuesta de Milei para el Mercosur. “El Mercosur está en crisis. Primero porque se ha terminado convirtiendo en un régimen muy rígido, con aranceles muy altos para acceder a tecnología, a bienes de capital o importaciones desde el resto del mundo, desvinculado del resto del planeta, con muy poca inserción comercial externa hacia terceros mercados”, apunta.

Para el especialista, el comercio hacia el Mercosur de los propios miembros del bloque es cada vez menor porque ha adquirido mucha más importancia Asia en los últimos años. “Para la Argentina, era el 25% hace 15 años, hoy es el 15%. No tenemos acuerdos para acceder con exportaciones a terceros mercados, donde debemos entrar pagando aranceles. Y ahí hay distintas alternativas. Al fracasar, por lo menos hasta ahora, la negociación con la Unión Europea, hay otras negociaciones iniciadas pero estancadas con la India, Japón, Corea del Sur, Canadá, me parece razonable lo que está planteando Milei, sin salir del bloque. Por ahora está planteando eso. No ha dicho oficialmente que piensa irse del Mercosur. Yo creo que va a forzar la discusión, la va a tensar, la va a plantear in extremis, pero no va a plantear irse. Pero vamos a ver qué pasa cuando Brasil se oponga, porque obviamente no va a estar de acuerdo. La cuestión es si a la postura argentina adhieren Uruguay y Paraguay, porque ahí tres contra uno sí forzaría alguna discusión más de fondo, pero no lo sabemos”, evalúa Elizondo.

El actual presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou sostiene la misma propuesta de Milei porque es la que viene enarbolando su país desde hace 18 años, cuando lo reclamó entonces Tabaré Vázquez. Se espera que su sucesor, Yamandú Orsi, la mantenga desde marzo próximo. El jefe de Estado paraguayo, Santiago Peña, es otro defensor del libre mercado.

El jefe de comercio exterior de la CAC, Andrés Traverso, elabora un análisis menos entusiasta: “Lamentablemente no sabemos cuál es la propuesta de la Argentina. Hay que trabajar en el Mercosur en mejorarlo. Si bien uno de sus objetivos se alcanzó, hoy nuestro principal destino de exportaciones es Brasil, el comercio en la región es muy importante, lo que no está cumplido es avanzar en el proceso de integración”.

Para Traverso, “el Mercosur tiene mejor imagen afuera de lo que realmente funciona en la práctica”. “No nos olvidemos que es un mercado de más de 300 millones de habitantes, tiene riquezas tremendas, que son escasas en el mundo, como en energía, no solamente nosotros, sino también en Brasil, además el tema de alimentos de los cuatro países, el reservorio de agua. Hay que consensuar cómo seguimos, si quedamos en un formato de zona de libre comercio, que cada país tenga la libertad de negociar libremente con terceros países o si avanzamos en el objetivo final de un mercado común, que no es fácil”.

De acuerdo a su análisis, hoy el único que no iría por la opción de una zona libre de comercio en el Mercosur sería Brasil. “Con respecto a una zona de libre comercio con Estados Unidos, este país es muy proteccionista, en alimentos tiene un montón de restricciones a nivel paraarancelario, más allá de que te que te eliminen el arancel en una zona de libre comercio, con lo cual ahí tendríamos un inconveniente. Pero todo también es negociación. Por último, lo de la Unión Europea, el acuerdo ya está cerrado. El problema de Francia y Polonia es el periodo de transición hacia la zona libre de comercio. Es tratado muy beneficioso para el Mercosur porque el sector alimentos tiene arancel cero del minuto cero de la entrada en vigencia. Por eso Francia y Polonia se oponen, porque serían los países más perjudicados”.

AR/DTC

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