Dos nuevos muertos y un diálogo estancado antes de la llegada de la CIDH a Colombia
Con el diálogo estancado en Colombia y a horas de la llegada de una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la determinación del Gobierno de Iván Duque de levantar por la fuerza los bloqueos y de miles de manifestantes de mantenerlos hasta que las autoridades accedan a sus reclamos, desató nuevas escenas de violencia con dos nuevos muertos y casi 30 heridos.
Una misión de brigadistas médicos informó a la prensa colombiana que la noche del viernes, por segunda noche consecutiva, la Policía y la temida fuerza antidisturbios Esmad se desplegaron en las calles de Cali -uno de los epicentros de las protestas que movilizan al país hace más de un mes- para levantar los bloqueos, como reclama diariamente el presidente Duque.
Y por segunda noche consecutiva, contaron vecinos al diario El Nuevo Siglo, la avanzada policial terminó en represión y choques con los manifestantes, en su mayoría jóvenes, que se niegan a abandonar los piquetes, a los que consideran como una de sus principales herramientas de presión frente al Gobierno.
Mientras la brigada de médicos informó de dos jóvenes muertos y al menos 28 heridos, algunos de ellos por armas de fuego; el comandante de la policía de Cali, general Juan León, solo se refirió este sábado a un policía herido de bala y dos personas fallecidas.
“Resulta un policía herido (de bala) en una pierna (...) se procede a repeler este ataque y en la madrugada nos confirman la muerte de dos ciudadanos allí”, informó, según la agencia de noticias AFP, sin identificar a las víctimas fatales.
Según denunció, fueron los civiles los que atacaron con disparos a los policías. Ese mismo relato hizo en Twitter el ministro de Defensa, Diego Molano, uno de los miembros del gabinete de Duque más cuestionados por la oposición y los manifestantes.
Rechazó “la violencia que dejó cuatro policías heridos, uno de ellos con arma de fuego” y divulgó un video en el que parece verse a civiles disparando desde las barricadas contra los uniformados.
Además de la represión denunciada por vecinos, la empresa de transporte público de la ciudad Metrocali informó en las últimas horas que uno de sus colectivos quedó fuera de servicio luego que un grupo de manifestantes lo prendiera fuego, sin provocar ninguna víctima.
La cadena de noticias Caracol publicó, asimismo, que este tipo de escenas de represión y enfrentamientos entre manifestantes y policías se replicó en varias partes de la ciudad donde aún hay bloqueos de calles y autopistas.
Con este contexto de violencia de fondo y con nuevas movilizaciones convocadas para la próxima semana en varias ciudades del país, el Comité Nacional del Paro -la plataforma de organizaciones y sindicatos que convocó las protestas originalmente- y el Gobierno deben volver a sentarse a dialogar este domingo.
El diálogo se mantiene, intermitentemente hace semanas, pero nunca llegó siquiera a alcanzar el preacuerdo que reclama el Comité y los manifestantes, para garantizar el derecho a movilizarse en las calles sin los niveles de represión que se vieron en las últimas cinco semanas y que, según una misión de observadores argentinos, provocó no solo muertes y heridos, sino desapariciones y todo tipo de violaciones a los derechos humanos.
El viernes, las negociaciones se empantanaron nuevamente y la reunión terminó sin la firma del preacuerdo que reclamaba el comité y que, según afirmó este último, ya habían acordado a finales de mayo.
Por eso y por la renovada violencia de las últimas horas en Calí, el Comité está analizando si mañana se sienta a la mesa de diálogo con el Gobierno. “Aún lo estamos debatiendo”, explicó a Télam Percy Oyola, representante de la Confederación General del Trabajo (CGT) en el Comité.
“El Gobierno simplemente presentó una propuesta diferente a la acordada el 24 (de mayo). Al parecer su rechazo al preacuerdo viene del Centro Democrático”, agregó el dirigente sindical, en referencia al partido oficialista de Duque y del expresidente Álvaro Uribe.
Lo que sí decidió el Comité es que este domingo llamarán a crear un “corredor humano” con carteles que digan “Duque pare la masacre bienvenida la CIDH” desde el aeropuerto de Bogotá hasta el hotel donde se hospedará la misión humanitaria, que aterrizará temprano a la mañana.
Horas antes, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y miembro del Comité, Francisco Maltés, había adelantado que si el Gobierno no firma el preacuerdo con las garantías para las protestas, este documento será entregado a la delegación de la CIDH como evidencia de la posición gubernamental.
La llegada de la CIDH es reclamada desde varios sectores, que insisten en denunciar abusos y excesos de la Policía, sobre todo del Esmad. Esas organizaciones cifran en más de 60 los muertos por la represión a las movilizaciones y los cortes, y advierten que existen miles de heridos y más de 100 personas desaparecidas.
Pero desde el Gobierno siguen insistiendo en que el estancamiento del diálogo es responsabilidad del Comité y de las protestas.
“Para sorpresa nuestra en lugar de continuar con la metodología que habíamos acordado, hicieron (el Comité) una solicitud para que el documento borrador del 24 de mayo se suscribiera tal como estaba”, puntualizó el consejero presidencial para la Estabilización y líder del equipo negociador del Gobierno, Emilio Archila, en referencia al preacuerdo.
“Los bloqueos no son una forma legítima de la protesta, es absolutamente indispensable (levantarlos)”, aseveró en declaraciones reproducidas por la agencia Europa Press y agregó: “Nosotros no estamos pidiéndole al Comité nada que no esté a su alcance”.
Desde el Comité defienden los piquetes como una forma legítima de protesta, pero frente al Gobierno aclaran que como ellos no instalaron los bloqueos, no pueden levantarlos todos dando simplemente una orden.
CRM con información de la agencia Télam
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