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Análisis

Cumplen un mes las protestas sociales contra el gobierno en Panamá

Un manifestante hace ondear la bandera nacional panameña frente a la Asamblea Nacional, en la Ciudad de Panamá, capital de Panamá, en septiembre de 2021, durante unas manifestaciones de protestas precursoras de las más convocantes, duraderas y multisectoriales de julio de este año, que se prolongan en la primera semana de agosto.
4 de agosto de 2022 20:45 h

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La crisis actual difícilmente puede sorprender. En los últimos tiempos, la ciudadanía había manifestado claramente su descontento. En octubre de 2019, estudiantes de universidades privadas y públicas y miembros de los movimientos feminista y LGBT panameños se movilizaron durante semanas en contra de reformas constitucionales que no cumplían con el objetivo al que las encuestas de opinión pública apuntaban: defender a los pobres.

En noviembre 2021,  los sectores populares organizados salieron a las calles bajo un amplio abanico de demandas que confluían en un punto en común: la defensa de un sistema de pensiones público, gratuito y de calidad, el desempleo superior al 20% sin incluir las miles de personas con contratos suspendidos, la reforma electoral, el rechazo a la política minera metálica y reclamo de los colectivos feministas por seguridad social.

En mayo,  grupos sociales —docentes, transportistas, funcionarios públicos— agrupados en la Coalición Unidad por Colón (Cuco) sostuvieron enfrentamientos con fuerzas de la policía en la provincia de Colón, ubicada en la entrada del Canal. En ese lugar,  durante los tres últimos gobiernos hubo protestas cuyas represiones aún se recuerdan en la ciudad, como la perpetrada en  2012 bajo el mandato del ex presidente Ricardo Martinelli (2009-2014) involucrado en sonados casos de corrupción.  

El pliego de peticiones elevado el 19 de mayo por las organizaciones populares y sindicales al gobierno de la República enumera los reclamos de urgencias coyunturales (precio de la gasolina, de la canasta básica y de los medicamentos) y estructurales  (seguro de desempleo, reforma fiscal…) entendiendo que “la crisis económica, social y política que enfrentamos no se origina pero si se profundiza como consecuencia de la pandemia COVID 19 no pueden continuar orientadas a recuperar solamente las tasas de ganancias y proteger al capital ”; amparándose en la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Comision Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “ las medidas impulsadas por los gobiernos deben estar orientadas a proteger los derechos de las personas y ampliar la cobertura social sobre los más vulnerables”, concluye que “Panamá ha tomado el rumbo contrario”.

 Un mes después, en junio se produjo la huelga de los transportistas encargados de suplir a los mercados de la capital con productos procedentes de la provincia de Chiriquí.  La escasez de verduras se evidenció en la cadena de almacenes Merca Panamá, en la ciudad capital Panamá adonde todas las semanas llegaban los productos de las tierras altas chiricanas.

A pesar de que colonenses y chiricanos solicitaban prácticamente lo mismo (congelar los precios del combustible, en escalada desde la invasión rusa a Ucrania, y de la canasta básica), el gobierno negoció por separado con cada provincia, aprovechando la fragmentación de los grupos organizadores de las protestas. Hizo algunas concesiones y apagó los fuegos. Por poco tiempo.

 

Veraguas, la tierra de Omar Torrijos

Las recientes manifestaciones se iniciaron en la provincia de Veraguas, ubicada a 130 km del Canal de Panamá, donde nació el caudillo y dictador Omar Torrijos Herrera, quien recuperó el Canal de Panamá para los panameños en 1977 -ponderado por Gabriel García Márquez en el discurso que pronunciara cuando recibió en 1982 el Nobel de Literatura: “había devuelto la dignidad al pueblo”- y fundó el Partido Revolucionario Democrático (PRD), donde milita Cortizo, apodado “Nito”. Un símbolo de la soberanía, que nació con la gesta del 9 de enero de 1964, recordada como “Día de los Mártires” ,después del asesinato de un grupo de estudiantes por oficiales estadounidenses al querer plantar bandera nacional en la zona del Canal gobernado entonces por EEUU. Desde la devolución del Canal a manos panameñas, el último día de 1999Panamá creció sin pausa pero sin distribución de la riqueza: es el tercer país de la región con mayor desigualdad La inflación interanual es de 4,2%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo. Aunque la tasa de desempleo no llega al 10%, el empleo informal ha venido en aumento desde el comienzo de la pandemia superando al 48% de los trabajadores.

Los educadores de la provincia de Veraguas habían sido convocados por el gobierno representado por la ministra de EducaciónMaruja Gorday de Villalobos. “No queremos mareos. En las calles está el pueblo cansado de tantos golpes a sus bolsillos”, declaró el secretario general de la Asociación de Educadores Veragüense (AEVE)Luis Arturo Sánchez, a su llegada a la reunión donde también concurrieron dirigentes de la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado (ANADEPO)  una organización que representa a 20 agrupaciones de docentes, a trabajadores del campo, del sector pesquero, transportistas y estudiantes y de otras organizaciones como la Coordinadora Nacional de los Pueblos Indígenas. Las exigencias planteadas no obtuvieron respuesta satisfactoria. En consecuencia, maestros, estudiantes y sus familias cortaron la carretera Interamericana por el alza en los precios del combustible, los alimentos, los medicamentos y por la falta de inversión en educación. El Estado respondió con la represión de la fuerza policial. Al día siguiente, gremios docentes comenzaron un paro de tres días.

El Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs) se unió a la huelga y se cerraron vías en las principales ciudades. La Asociación de Médicos, Odontólogos y Afines de la Caja de Seguro Social (AMOACSS), convocó a una “lucha cívica nacional” contra el alza de los precios, un grupo de estudiantes le gritó “ladrones” a los diputados en la Asamblea Nacional. Caravanas de camioneros cortaron las rutas del interior del país.

Al ritmo del ‘tamborito’ y sonando las pailas de una punta a la otra del territorio de Panamá, las clases medias se sumaron a la convocatoria  de golpear cacerolas. Las danzas del campesinado llegaron cerca de la frontera con Costa Rica y las de los indígenas a los límites con Colombia y se ha producido desabastecimiento en algunos productos en ciudad de Panamá y Chiriquí.

Educadores, obreros de la construcción, movimientos indígenas y campesinos, trabajadores, médicos y estudiantes cantaron, bailaron y bramaron por vivir bajo la amenaza de inundaciones , de cortes diarios de agua y transporte con deficiente frecuencia, con los salarios que se esfuman entre alimentos y medicinas, precarios sistemas de salud y donde gran parte de la población trabaja y cobra cuando puede, sin saber lo que devendrá el mañana

“Su discurso dio pereza”

Ante la nueva y masiva oleada de inconformidad, el presidente Cortizo anunció un subsidio al combustible y el congelamiento de precios de 10 productos de la canasta básica, incluyendo tuna (atún), pasta en coditos y sardina. No ‘mareó’ a nadie, porque las soluciones no son de fondo. En las rutas, el canto popular respondió “Su discurso dio pereza”, 

Dos días después, invitó a las organizaciones y referentes de movimientos sociales a dialogar en un punto lejano de donde se manifestaban: Ciudad del Saber, núcleo de la antigua zona del Canal. “Lo que nace en Veraguas, muere en Veraguas”, contestaron los docentes agremiados.

En Veraguas nació también la unión inédita de decenas de agrupaciones y sindicatos en dos organizaciones, Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado (Anadepo) y Alianza Pueblo Unido por la Vida. De allí salieron los referentes que acudieron a la mesa de diálogo en la ciudad de Penonomé capital de la provincia de Coclé.

Arroz con tuna y whisky muy caro

El jueves 21 de julio, el primer día de discusión en esa mesa, la economista Maribel Gordon declaró: “En Panamá, detrás de cada decisión técnica hay una decisión política para favorecer a los que más ganan. La evasión del impuesto sobre la renta (de personas jurídicas) es superior a 64% y la recaudación recae sobre los asalariados”.

Al día siguiente, el sector privado empresarial manifestó en conferencias de prensa su desacuerdo a lo sostenido por Gordon. “No podemos permitir desde ningún punto de vista que este país de desarrollo, de crecimiento y de paz, nos lo cambien a un modelo que no es el nuestro”, dijo Elisa Suárez, presidenta de una empresa agitando el fantasma de Chávez y el comunismo

En PenonoméDomitila Sandoya  indígena de Ngäbe-Buglé tomó el micrófono para ofrecer arroz con tuna a los ministros. “Por el gesto de buena voluntad que el Gobierno tiene hacia el pueblo, también nosotros tenemos la buena voluntad de brindar a ustedes el almuerzo de lo que congelaron para nosotros”. Los destinatarios de estas palabras se levantaron de sus sillas y se fueron: consideraron que las mismas ultrajan el respeto debido

El arroz con tuna se sumó a otro símbolo de este julio histórico: el whisky caro. El primero de julio se viralizó un video donde diputados brindaban con whisky de marca la reelección del diputado oficialista Crispiano Adames como presidente de la Asamblea Nacional.

Suena, suena el tamborito

Los dueños de las empresas agitaron los fantasmas de comunismo, en un país con más riesgo de parecerse a Honduras que a Venezuela por la histórica política transaccional con EEUU y el aumento del crimen organizado del narco en la política favorecido por las cercanas costas en dos océanos, su sistema financiero, las laxas normas electorales y la impunidad ante la corrupción que es otro de los ejes centrales de las calles. En medio del clima de protestas, el lunes debía empezar la audiencia por el caso de la entrega de sobornos millonarios de la brasileña Odebrecht en Panamá. Pero la mayor investigación por corrupción en la historia de ese país, que involucra a 83 imputados, se postergó y reprogramó para el 12 de septiembre. Entre los imputados están los expresidentes Martinelli y Juan Carlos Varela (2014-2019).

Los empresarios reclamaron la liberación del paso en rutas y ocupar un lugar de la mesa conformada con el único fin de atender los reclamos de quienes protestaron. Consecuentemente, miembros de la sociedad civil, reclamaron su lugar en la discusión.

En la Asamblea, los diputados practican una dudosa filantropía por donarse a sí mismos los fondos que administran. Organismos reguladores de competencia, bancos y valores, suelen tener a los regulados en sus juntas directivas.

En ciudad de Panamá, una ciudad de contrastes por sus edificios espejados con marcas internacionales y otros que parecen ruinas después de un terremoto, el presidente Cortizo, en un momento crítico que exige medidas y mediación, pidió por mensaje 

televisivo desde la capital a los movimientos sociales de la Mesa que reciban a la empresa privada, blanco de las protestas. 

El tambor, otro protagonista de este julio histórico, seguirá su marcha en mugas, bailes congos y danzas indígenas. A qué puerto llevará al país del Canal, es una incógnita. Acaso sea una constituyente originaria, como en Chile, o un resultado electoral que sepulte tendencias anteriores, como en Colombia. Una historia que recién comienza.

AGB

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