Todo lo que se sabe (y no se sabe) sobre los ovnis derribados por EEUU
Un misterio sobrevuela Estados Unidos. Tres “objetos no identificados” han sido abatidos en tres días por el Departamento de Defensa y se añaden al supuesto globo espía chino derribado la semana pasada en la costa de Carolina del Sur en un incidente que disparó la alarma y la tensión entre las dos primeras potencias mundiales.
Ahora el Pentágono afirma no haber podido esclarecer la procedencia de estos últimos objetos voladores y da respuestas esquivas mientras investiga lo ocurrido: “No descartamos nada”, ha dicho el general de las Fuerzas Aéreas, Glen D. Vanherck. Estos son algunos de los interrogantes que deja la “alerta máxima” creada en los cielos del país norteamericano.
“No hay indicación de aliens o actividad extraterrestre con estos derribos recientes”, ha señalado la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karines Jean-Pierre. “Me encanta la película ET, pero lo voy a dejar ahí”, ha bromeado.
¿Cómo son y de dónde provienen los objetos derribados?
A la hora de definir el tamaño y forma de los cuatro objetos, las autoridades estadounidenses trazan una marcada diferencia entre el globo chino avistado a finales de enero y los tres objetos derribados durante el fin de semana.
El supuesto globo espía, cuya procedencia china fue confirmada por el Ministerio de Exteriores del país asiático, tenía un tamaño “gigante” de unos “tres autobuses”, pesaba más de una tonelada y estaba equipado con antenas y paneles solares lo suficientemente grandes como para llevar a cabo “operaciones de recolecta de inteligencia” mediante sus sensores, según la versión oficial estadounidense. Fue detectado el sábado 28 de enero en Alaska, anunciado públicamente el 2 de febrero –cuando se encontraba sobre Montana– y abatido por orden del presidente Joe Biden el sábado 4 de febrero en la costa de Carolina del Sur.
A diferencia del globo, los otros tres objetos han sido descritos de manera muy vaga, lo cual no significa necesariamente que el Pentágono no tenga más detalles. Antes de ser abatidos, todos ellos han sido observados “con gran cautela” y no han sido derribados hasta que se ha interpretado que suponían “un peligro para la aviación civil”. De hecho, todos volaban a una altura “significativamente menor” que el globo chino, por lo que se ha evaluado que eran más peligrosos. Según ha informado John Kirby, portavoz del Pentágono, los tres objetos volaban entre los 6.000 y 12.000 metros de altura, mientras los vuelos comerciales civiles acostumbran a volar sobre los 9.000.
“No enviaban ninguna señal de comunicación, no mostraban capacidades de propulsión, no estaban tripulados. Aunque no hay razones específicas para sospechar que llevaban a cabo labores de vigilancia, no lo podíamos descartar y por ello el presidente dio orden de derribarlos”, ha señalado Kirby.
El segundo objeto, derribado el viernes 10 de febrero al norte de Alaska, tenía “el tamaño de un coche pequeño” y habría estado volando a 12.000 metros de altura en dirección al Polo Norte. A diferencia del globo chino, su movimiento sugería que no estaba equipado con ningún sistema de propulsión o control.
El tercer objeto, abatido el sábado 11 en espacio aéreo canadiense cerca de la frontera con EEUU, fue descrito como un “objeto aerotransportado a gran altura” con forma “cilíndrica” y de tamaño parecido al objeto anterior, similar a un Volkswagen Beetle, según las autoridades canadienses.
El cuarto y último, detectado el sábado 11 en la frontera entre EEUU y Canadá, fue finalmente derribado el domingo a 6.000 metros de altura sobre Lago Hurón (Michigan). Aparentemente, la llegada de la noche, sumada al pequeño tamaño del objeto, habría complicado los trabajos para abatirlo durante la noche del sábado. A pesar de que todavía no hay una descripción oficial sobre dicho objeto, una fuente anónima ha confirmado a varios medios estadounidenses que tenía una “estructura octogonal”.
¿Por qué se están detectando tantos objetos voladores?
A raíz del globo chino detectado a finales de enero, que fue interpretado como una “violación intolerable del espacio aéreo”, la inteligencia estadounidense ha redoblado el escrutinio de sus cielos en busca de nuevos globos. Después de detectar otro supuesto globo espía chino en Latinoamérica y de analizar los escombros del globo derribado en la costa estadounidense, el Pentágono afirmó que estos aparatos forman parte de un “programa más amplio” de espionaje chino.
Concretamente, el Departamento de Defensa estadounidense ha asegurado que el gigante asiático cuenta con una supuesta flota de globos espía que habría sobrevolado más de 40 países a lo largo de cinco continentes. Además, el general Pat Ryder, portavoz del Pentágono, ha dicho en rueda de prensa que EEUU tiene constancia de este “programa” desde hace años y que hasta cinco aparatos similares habrían sobrevolado el territorio norteamericano en los últimos años: dos durante el mandato de Biden y los otros tres cuando Donald Trump ocupaba el Despacho Oval (2017-2021).
Según ha confirmado el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD, por sus siglas en inglés), después del avistamiento del primer globo se ha mejorado el sistema de radares para detectar objetos voladores. Concretamente, para obtener detalles sobre objetos de menor tamaño. Esta es una de las razones por las que se están detectando objetos voladores no identificados a un ritmo sin precedentes en la historia reciente, según ha informado Kirby.
Además de la detección, el motivo por el que últimamente hay tantas noticias sobre este tema tiene que ver con los protocolos de información pública de artefactos aéreos. Biden recibió una gran presión política por haber tardado días en hacer pública la información sobre el globo chino. Sin embargo, la Casa Blanca informó que solo había estado siguiendo el protocolo seguido con otros globos detectados anteriormente.
Las críticas recibidas por parte del Partido Republicano, que acostumbra a tachar a los demócratas de tibios contra la amenaza china, han hecho que Biden saque pecho: “Si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país”, dijo durante el discurso del Estado de la Unión. De este modo, la Administración estaría teniendo menos reparos que anteriormente en informar de la presencia de artefactos sobre el cielo estadounidense.
¿Por qué EEUU y Canadá no dan más detalles?
“No podemos entrar en muchos detalles sobre cómo los hemos descubierto”, ha señalado Kirby. “Buena parte de lo que hacemos y hemos hecho es información sensible”, ha añadido.
Ambos países están examinando las imágenes y esperan encontrar más información en los escombros para determinar el origen, la forma, el tamaño, la dirección y los objetivos de los artefactos detectados. A pesar de que se han encontrado parte de los escombros del globo chino derribado, lo que sirvió para determinar que tenía capacidades de espionaje, los equipos militares de EEUU todavía siguen recorriendo las aguas de la costa de Carolina del Sur.
De los otros tres objetos derribados, poco más se sabe: se han desplegado equipos de búsqueda en Alaska, en Yukón y en Michigan, pero por el momento no se ha confirmado ningún hallazgo.
¿Qué tiene que ver China con todo esto?
La alarma saltó a tres días de una esperada visita diplomática, la del secretario de Estado Antony Blinken a Pekín, que debía ser un paso importante para la mejora de las relaciones entre ambos países, pero fue cancelada tras conocerse la existencia de un globo chino en territorio estadounidense.
Desde entonces, han pasado dos semanas plagadas de acusaciones y reproches cruzados. EEUU acusó a China de tener un programa mundial de espionaje mediante globos, y el país asiático ha respondido en las últimas horas afirmando que los globos norteamericanos también son habituales en su espacio aéreo.
“Es habitual ver globos estadounidenes entrando ilegalmente en el espacio aéreo de otros países”, dijo Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Exteriores chino, afirmando que los globos de ese país habían entrado en territorio chino al menos en 10 ocasiones desde que comenzó el año, pero no dio muchos más detalles. “Cualquier afirmación de que el Gobierno de EEUU utiliza globos de vigilancia sobre la República Popular China es falsa”, replicó Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense. “Este es el último ejemplo de los intentos chinos por realizar un control de daños”, añadió.
A pesar de que tanto EEUU como Canadá han evitado especular sobre el origen de los tres últimos objetos detectados, China aparece en muchas de las quinielas en esta escalada de reproches cruzados. En una entrevista con el New York Times, uno de los encargados del programa de detección de OVNI [objetos voladores no identificados] del Pentágono hasta 2017, Luis Elizondo, afirma que “se está utilizando tecnología de gama baja para acosar a EEUU. Es una forma de alto impacto y bajo coste para China. Cuanto más mires al cielo, más verás”.
En declaraciones a ABC News, un miembro del Gobierno de EEUU que no revela su identidad ha dicho que, por las características de los tres últimos objetos detectados, podrían ser aparatos meteorológicos más que globos de espionaje. Esto encajaría con la explicación que dio China cuando se detectó el globo en territorio estadounidense, a pesar de que el país asiático no ha confirmado que estos últimos objetos provengan de su país.
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