Una ola de protestas antirracistas desafía a la extrema derecha en Reino Unido
Miles de personas salieron a la calle este miércoles en Reino Unido ante la convocatoria de más de un centenar de manifestaciones por parte de la extrema derecha contra los inmigrantes. Las concentraciones, que sirvieron como escudos humanos multitudinarios, permitieron impedir que los extremistas se acercaran a las ubicaciones que habían convertido en diana de sus protestas, desde centros de asistencia legal a inmigrantes hasta iglesias o centros de acogida.
El Reino Unido sigue en vilo desde el comienzo de las protestas, el pasado 30 de julio, tras el ataque a una escuela en Southport que se saldó con tres niñas asesinadas y otros ocho menores heridos. Poco después, una campaña de desinformación y fake news por parte de la extrema derecha prendió la mecha de unas protestas que llevaron los disturbios a varios puntos del país, con quema de coches y ataques a negocios propiedad de inmigrantes.
Este miércoles, la policía desplegó a más de 1.300 agentes solo en la capital y reforzó los equipos en el resto del país para tratar de impedir que se repitan los disturbios. El primer ministro, Keir Starmer, declaró que “caerá todo el peso de la ley” sobre aquellas personas que provoquen la violencia de días pasados. La BBC informa que 140 personas fueron acusadas por la justicia por participar en altercados. Uno de ellos, un hombre de 58 años que atacó a un agente de policía, fue condenado a tres años de cárcel.
El diario The Guardian informó de la presencia de miles de ciudadanos locales del noreste de Londres, junto con activistas antifascismo, que desbordaron una de las ubicaciones donde la extrema derecha había planeado concentrarse a las 20 horas. En Liverpool, cientos de personas rodearon una iglesia que había sido señalada por los convocantes de las protestas porque ofrece servicios de asistencia legal a inmigrantes. Y en Brighton, medio millar de personas protegió un centro de refugiados antes de dirigirse en una marcha hacia el centro de la localidad.
Estas concentraciones son la respuesta ciudadana a los episodios de tensión de los últimos días, como el vivido en Rotherham cuando cerca de 700 personas, entre ellos varios grupos de enmascarados, lanzaron diversos objetos e intentaron incendiar un hotel donde se alojan solicitantes de asilo. Los enfrentamientos con la policía se saldaron con al menos una decena de agentes heridos. En total, las autoridades británicas detuvieron a 400 manifestantes desde el comienzo de los disturbios.
La diputada laborista por el distrito de Walthamstow de Londres, Stella Creasy, señaló en declaraciones a The Guardian que los ciudadanos demostraron que los violentos no son bienvenidos. “El nivel de respuesta tanto de la policía como de los miembros de la comunidad muestra que no toleraremos comportamientos racistas e islamófobos”. Creasy añadió, sin embargo, que el país necesita abordar ahora una conversación profunda sobre “la amenaza que supone la extrema derecha para nuestro país”.
Ante el avance de la desinformación sobre el sospechoso detenido por el ataque en Southport y el uso de las redes sociales para convocar las protestas, la aplicación Telegram anunció este miércoles que está cerrando todos los canales y eliminando los mensajes que contengan llamadas a la violencia, según informó la BBC. La cadena británica comprobó que la plataforma borró las publicaciones de uno de los grupos que había convocado hasta 40 protestas, así como los mensajes y canales creados posteriormente para reemplazar a los que habían sido eliminados.
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