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Alerta en el Partido Demócrata: la actuación de Biden ante Trump desata el pánico y crecen las voces para buscar un plan B

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, participa en el debate presidencial de la CNN contra el candidato presidencial republicano, el ex presidente Donald Trump, en los estudios de la CNN en Atlanta, Georgia.

Rachel Leingang

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Después de un debate que Joe Biden pasó a duras penas, los comentaristas de las cadenas de noticias de EEUU se preguntaron qué podría ocurrir a continuación. ¿Podría haber una convención demócrata disputada? ¿Cómo funcionaría? Sustituir al presidente puede no ser una opción, dijeron, pero muchos demócratas reconocidos están hablando de ello, alentados por la pobre actuación de Biden en el debate.

Nicole Wallace, de MSNBC, explicó cómo un candidato podría liberar a sus delegados. La periodista Joy Reid dijo que alguien le envió las normas: “Los reglamentos están circulando”, se rió Wallace. “Nadie está diciendo que vaya a ocurrir, es muy improbable”, reiteró Reid.

Según el reglamento actual del Partido Demócrata, sería difícil, si no imposible, sustituir a Biden como candidato del partido sin su cooperación o sin que los responsables del partido estuvieran dispuestos a reescribir sus normas en la convención nacional de agosto.

El presidente ganó por abrumadora mayoría los delegados demócratas durante el proceso de primarias estado por estado. Y las normas del partido establecen que “los delegados elegidos para la convención nacional comprometidos con un candidato presidencial reflejarán en conciencia los sentimientos de quienes los eligieron”.

Dicho esto, las reglas de la convención demócrata no son tan estrictas como las republicanas, que desecha los votos en contra en violación de la posición comprometida de un delegado.

El hecho de que una cadena próxima a los demócratas abordara la idea de si un presidente en funciones que se presenta a la reelección podría ser sustituido después de haber ganado la nominación ha llevado a los demócratas a correr tras el debate a reafirmar la capacidad de Biden para dirigir la nación. Y es que muchos se preguntan si el partido debería plantearse seriamente qué otra cosa podría hacerse.

Desde el principio, Biden titubeó en el debate, el primero de las elecciones presidenciales de 2024. Fue difícil oírle, murmurando y apagando sus frases, algunas de las cuales –si se hubieran pronunciado con la fuerza prevista– podrían haber tenido éxito. Dijo que Donald Trump tiene “la moral de un gato callejero”, pero incluso esa frase fue difícil de discernir.

Biden había retado al ex presidente a un debate, fijado antes de lo normal, para cambiar el curso de la carrera presidencial. Biden había pronunciado un discurso sobre el Estado de la Unión en el que se mostró firme y enérgico. Y un debate podría impulsar su campaña en un momento en el que las encuestas le sitúan por detrás de Trump.

En lugar de una marcha hacia la victoria, o incluso el más común intercambio de opiniones sobre quién dice haber ganado el debate, estaba claro que los demócratas ven la actuación de Biden como un lastre.

Kamala Harris apareció después en CNN y MSNBC para rebatir y reiterar las razones por las que los votantes deberían estar del lado de Biden. Tanto ella como Gavin Newsom, gobernador de California, hablaron repetidamente de cómo Trump mintió y desvió la atención a lo largo del debate, y trataron de recordar a los votantes cómo era una presidencia de Trump y cómo podría volver a ser.

“Fue un comienzo lento, de eso no hay duda, pero creo que fue un final fuerte”, dijo la vicepresidenta en MSNBC antes de lanzar una lista de los logros de Biden, diciendo que Biden lucha por el pueblo, mientras que Trump lucha por sí mismo.

Newsom, en MSNBC, calificó las preguntas de “inútiles” e “innecesarias”. Las conversaciones son “madrigueras” que desvirtúan el historial de Biden y entorpecen la democracia y el destino del país. “Tenemos que cubrir las espaldas a este presidente”, dijo Newsom. “No se le da la espalda por una actuación. ¿Qué clase de partido hace eso?”.

Los apoyos se producían mientras militantes demócratas, tanto en público como entre bastidores, se preocupaban por sus perspectivas en noviembre después de un debate en el que la edad y la agudeza de Biden, su mayor lastre, ocuparon el centro del escenario.

David Plouffe, estratega demócrata y antiguo funcionario de la campaña de Obama, calificó el debate de “una especie de momento Defcon 1”.

“Lo que más preocupa en estas elecciones a los votantes, tanto a los indecisos como a los votantes de base, es su edad, y eso se ha agravado esta noche”, dijo Plouffe.

Los demócratas intentaron ver cómo la balanza podría volver a inclinarse del lado de Biden y hacer olvidar su actuación en el debate de la mente de los votantes: enviar a sus sustitutos para que le apoyen, poner a oradores fuertes como Harris o Newsom en los programas matinales, anunciar una iniciativa, un apoyo o una gran idea. Lo que sea para cambiar la narrativa.

Lo que está en juego en estas elecciones –el destino de la propia democracia– subraya lo importante que los demócratas consideran una victoria en noviembre, y lo preocupados que están de que Biden pueda perder ante Trump, que representa un ataque a sus valores más básicos.

Maria Shriver, ex primera dama de California, dijo que quiere a Biden y sabe que es un buen hombre, pero que la noche fue “desgarradora en muchos sentidos”. Y añadió: “Este es un gran momento político. Hay pánico en el partido demócrata. Va a ser una noche larga”.

Nicholas Kristof, columnista político de izquierdas, dijo en Twitter/X que espera que Biden reflexione sobre el debate y decida retirarse de la carrera, dejando que la convención decida quién debe ser el nominado. Sugirió a alguien como la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer; el senador de Ohio, Sherrod Brown; o la secretaria de Comercio, Gina Raimondo [incluso hay quien piensa en la vicepresidenta Harris o la ex primera dama Michelle Obama].

La ex senadora por Missouri Claire McCaskill dijo en MSNBC que Biden tenía una misión y no la cumplió: Tenía que “asegurar a Estados Unidos que estaba a la altura del cargo a su edad, y fracasó”.

“Los demócratas están haciendo algo más que lamentarse en privado y preguntarse por qué los sustitutos de Biden, que estaban actuando bien para contrarrestar la actuación de Biden en el debate, no son los que encabezan la candidatura”, dijo McCaskill: “Sé lo que se ha sentido esta noche: como un puñetazo en las tripas”.

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