Ucrania acusa a Rusia de volar una presa en Jersón que está inundando las inmediaciones

Las autoridades militares ucranianas denunciaron a primera hora del martes la voladura, por parte de las fuerzas rusas, de la presa de Kajovka, situada en el río Dnipró a su paso por la provincia de Jersón del sur de Ucrania, lo que obligó a iniciar la evacuación de urgencia de los habitantes de la zona afectada. El asesor de la oficina presidencial ucraniana Mijailo Podolyak explicó que es para “crear obstáculos insalvables en el avance de las Fuerzas Armadas ucranianas”. Moscú dijo que la presa se derrumbó “por los daños”, y negó los ataques como causa de la destrucción de la presa, según la agencia rusa TASS.

Los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que se encuentran en la central nuclear de Zaporiyia, en el sureste de Ucrania, afirmaron que “no hay riesgo inmediato para la seguridad nuclear en la planta” derivado de la destrucción de la presa de Nueva Kajovka. La empresa pública ucraniana de energía nuclear, Energoatom, había emitido un comunicado previo en el que advierte de que la destrucción de la presa podría afectar al funcionamiento esta planta atómica, controlada por las fuerzas rusas.

El jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andriy Yermak, dio a conocer la convocatoria, por parte del presidente del país, Volodímir Zelenski, de un Consejo Nacional de Seguridad urgente. Yermak calificó la voladura de la presa de “crimen de guerra” y “ecocidio”, y publicó un video que muestra supuestamente cómo el agua empieza a desbordarse de la presa dañada.

“Terroristas rusos”, expresó Zelenski en Twitter. “La destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka solo confirma para el mundo entero que deben ser expulsados de todos los rincones de la tierra ucraniana”.

La destrucción de la presa se produce cuando tanto Ucrania como Rusia informaron en sus últimos partes militares de acciones del ejército ucraniano que parecen apuntar al comienzo de su esperada contraofensiva para recuperar territorios ocupados por los rusos.

Ucrania advirtió en varias ocasiones desde el comienzo de la guerra de la posibilidad de que Rusia volara la presa de la Central Hidroeléctrica de Kajovka. En octubre del año pasado, en plena contraofensiva ucraniana para retomar el control de Jersón, Zelenski pidió a la comunidad internacional que presionara a Rusia para evitar que lo hiciera. Zelenski advirtió entonces de consecuencias catastróficas para toda la zona si eso ocurría.

En tanto, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se mostró “conmocionado” por el ataque a la presa Nueva Kajovka en Ucrania y remarcó en su cuenta de Twitter que la destrucción de infraestructuras civiles es “claramente un crimen de guerra”.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sostuvo que la destrucción de la presa de Kajovka es una prueba de la “brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania”. “La destrucción hoy de la presa de Kajovka pone en peligro a miles de civiles y causa graves daños medioambientales”, dijo el político noruego a través de su perfil en Twitter.

“La voladura de la Central Hidroeléctrica de Kajovka por parte de Rusia es un golpe a la seguridad alimentaria global”, denunció el jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andriy Yermak. El desbordamiento afectará a los sistemas de irrigación de la zona y a la producción de alimentos, alertó.

La destrucción de la presa ya empezó a provocar las primeras inundaciones. Según el Ministerio del Interior ucraniano, el desbordamiento podría afectar hasta a 80 localidades de la región, la mayoría de ellas situadas en territorio ocupado por las fuerzas rusas. Un total de 742 personas fueron evacuadas hasta el momento de la zonas afectadas. La Administración Militar ucraniana de la zona calculó en 16.000 el número de personas que viven en la “zona crítica” más expuesta a las inundaciones.

Las autoridades impuestas por Rusia en la región ucraniana de Jersón, en el sur del país, instaron a los habitantes de las localidades cercanas a prepararse para ser evacuados y aseguraron que los daños son “muy graves”. “Evidentemente, (una reforma) es imposible. Creo que al igual que fue construida en la década de 1950, tendremos que hacerlo de nuevo después de nuestra victoria”, manifestó el alcalde de Nueva Kajovka, Vladímir Leontiev, en una entrevista con la televisión pública rusa.

Los niveles de agua superan ya los 10 metros, según el alcalde de Nueva Kajovka. “El agua subió, sigue subiendo. Dentro de 72 horas, según las previsiones, bajará. La ciudad se está inundando, la avenida del Dniéper ya está bajo agua. Esto significa que el agua subió más de 10 metros”, explicó a los medios rusos Leontiev, según la agencia oficial TASS.