El Vaticano expulsó a Luis Figari, el mayor depredador sexual en la Iglesia desde Marcial Maciel
Es, junto a Marcial Maciel, fundador de los Legonarios de Cristo, uno de los mayores depredadores sexuales en la historia de la Iglesia. Como el mexicano, el peruano Luis Fernando Figari también fundó una congregación religiosa, el Sodalicio para la Vida Cristiana (SVC), que durante décadas llenó los seminarios (y las arcas) de la Iglesia católica con un más que dudoso carisma y acusaciones constantes de abusos sexuales, de poder y blanqueo de capitales.
Las víctimas, al menos medio centenar, comenzaron a denunciar en 2001, sin que nadie les hiciera el más mínimo caso. Dos periodistas, Paola Ugaz y Pedro Salinas, casi entran en la cárcel tras una investigación, 'Mitad monjes, mitad soldados', en la que desentrañaban la trama sexual y económica del fundador y sus secuaces. Ahora, gracias a una investigación encargada por el Papa Francisco a sus colaboradores Charles J. Scicluna y Jordi Bertomeu, el Vaticano dictaminó la expulsión de Figari del Sodalicio, cuya disolución podría ser decretada en las próximas semanas. Y es que, a diferencia de Maciel, los detectives vaticanos pudieron demostrar que Figari abusó de menores antes de fundar el Sodalicio. “Y no se sostiene que Dios entregara un carisma fundacional a un depredador”, revelan fuentes cercanas a la decisión.
La 'misión especial de investigación' encargada a Scicluna y Bertomeu fue “un empeño personal del Santo Padre”, aseguran fuentes vaticanas, que confirman que desde la primera denuncia, en 2001, hasta 2024, las víctimas no lograron que se reconociera su status. Algo que el Vaticano ya rectificó. “Es una decisión histórica”, valora Pedro Salinas, uno de los periodistas que destapó la trama de Figari y el Sodalicio, y que espera que a Roma “no le quede más remedio que dictaminar la disolución de este grupo”, y la pérdida de la inmunidad de la que todavía goza Figari, recluido en una casa de ejercicios de Italia para no enfrentarse a las peticiones de la Fiscalía peruana, que ahora podría reabrir el caso por la vía penal, que hasta el año pasado parecía prescrita. “Durante años, se ha revictimizado a los supervivientes, y Figari y los suyos se han crecido, manipulando a la justicia peruana para encubrir sus delitos”, asumen fuentes de la investigación, que instaron al Vaticano a tener “instrumentos más ágiles para cortar de raiz tanta corrupción”.
Lo cierto es que desde este miércoles, Luis Fernando Figari fue expulsado de la organización que él mismo fundó en 1971, el Sodalicio de la Vida Cristiana, tal y como anunciaba, en un comunicado, la Conferencia Episcopal peruana. En el mismo, se informaba “del Decreto emitido por el Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica - Santa Sede, que informa la expulsión del Sr. Luis Fernando Figari Rodrigo, de la sociedad de vida apostólica Sodalicio de Vida Cristiana”.
Según el decreto, los dos investigadores vaticanos, a quienes Francisco les dio el pasado 6 de agosto “la potestad de disponer, pro bono Ecclesiae, la expulsión del Sr. Luis Fernando Figari Rodrigo, de la citada Sociedad de Vida Apostólica”, confirmaron pruebas de actuaciones “incompatibles y por tanto inaceptables en un miembro de una institución de la Iglesia” por parte de Figari. A su vez, insistieron en el “escándalo y grave daño al bien de la Iglesia y de cada uno de los fieles”, por lo que tomaron la decisión “con la finalidad de restablecer la justicia dañada por el comportamiento tenido por el Sr. Luis Fernando Figari Rodrigo a lo largo de muchos años, así mismo para proteger en el futuro el bien individual de los fieles y de la Iglesia”.
La investigación vaticana arrancó en julio de 2023, después de que la Santa Sede tomara en consideración los informes llevados a cabo por Paola Ugaz y Pedro Salinas. En concreto, Francisco envió al país a sus dos colaboradores con un mandato especial para “investigar, escuchar y presentar un informe” sobre el caso del Sodalicio. Dicho informe, demoledor, ya provocó el 2 de abril la renuncia del arzobispo de Piura (al norte de Perú), el español José Antonnio Eguren, por haber encubierto sistemáticamente acusaciones de casos de abusos y otras irregularidades por parte de altos responsables del Sodalicio. Ante las denuncias, la organización quiso zanjar la polémica, admitiendo algunos abusos de su fundador y de tres de sus principales colaboradores: el fallecido Germán Doig, y Virgilio Levaggi y Jeffrey Daniels, que fueron expulsados de la misma. Sin embargo, la Fiscalía peruana archivó las denuncias al no poder extraditar a Figari, a quien se le hacía responsable de al menos 36 abusos.
La respuesta del Sodalicio no se hizo esperar. En un comunicado, su actual superior, José David Correa, trata de justificar que en 2019 él mismo pidió al Papa la expulsión de Figari. “Luis Fernando Figari es el fundador histórico del Sodalicio de Vida Cristiana, pero no es un referente espiritual para nuestra comunidad ni para la Familia Sodálite”, recalca el Sodalicio en lo que fuentes de la investigación interpretan como un último intento de parar su propia disolución, que habría de ser, necesariamente, el siguiente paso a dar por las autoridades del Vaticano.
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