La Ciudad, un ring sin árbitro: la disputa porteña entre Milei y el PRO ya no tiene marcha atrás
Para comprender la pulseada entre La Libertad Avanza y el PRO hay que leer la política como un ring de boxeo. No uno elegante, con guantes bien puestos y reglas claras, sino un combate en un sótano oscuro, donde los golpes bajos no solo están permitidos, sino que son parte de la estrategia. En esta pelea no hay árbitro, solo público. Y el público porteño, acostumbrado a los duelos con el kirchnerismo, ahora tiene un nuevo espectáculo: una batalla en la que los aliados de ayer se convirtieron en enemigos de hoy.
Desde el primer campanazo, los libertarios acusaron al partido amarillo de “jugar sucio”. En la Casa Rosada sostienen que Jorge Macri desdobló las elecciones porteñas como un acto de traición, apenas días después de que su primo, Mauricio Macri, apoyara la idea de Javier Milei de ir juntos en todo el país. Para el entorno presidencial, esto no fue una decisión técnica, sino una maniobra digna de un jugador experimentado. La respuesta no tardó en llegar: Karina Milei y Patricia Bullrich promovieron la fractura del bloque del PRO en la Legislatura porteña. Primer round: empate técnico.
Esa jugada de la secretaria general de la Presidencia vino a la par de otra, algo más resonante: la expulsión “de manera irreversible” del legislador Ramiro Marra de La Libertad Avanza tras la acusación oficial de haber ido a contramano de “los ideales del presidente Javier Milei”. Tanto el comunicado anunciando la salida del broker financiero como el pase de los legisladores porteños Juan Pablo Arenaza, Silvia Imas y María Luisa González Estevarena a las filas libertarias, justo el día en que Mauricio Macri intentaba ordenar a su tropa, terminaron de coronar a Pilar Ramírez como referente libertaria indiscutida en la Ciudad.
El desembarco de los tres bullrichistas no fue casual. En diciembre, el presupuesto presentado por el oficialismo porteño pasó con lo justo, evidenciando la falta de cohesión interna en su coalición. La crisis se profundizó en un escenario de negociaciones fallidas, donde Karina Milei y Patricia Bullrich tejieron una alianza que ahora se traduce en bancas dentro de la Legislatura. El bloque de La Libertad Avanza, que hasta este mes conformaban, además de Ramírez, Marina Kienast, Rebeca Fleitas, Leonardo Saifert y Lucía Montenegro, ahora pasó a tener ocho diputados.
Pero esos movimientos contra Jorge Macri tampoco fueron aislados. Al filo del cierre de 2024, la designación de Diego Kravetz como segundo de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) ya había sido una declaración de guerra abierta. El nombramiento de quien hasta este momento era secretario de Seguridad porteño no fue más que otro gesto en la tensión latente entre la Casa Rosada y el jefe de Gobierno. En el entorno presidencial aprovecharon una rivalidad cantada: Kravetz nunca disimuló su incomodidad con Waldo Wolff, ministro de Seguridad de la Ciudad.
El PRO, que hace pocos años dominaba con mayoría propia la Legislatura porteña, ahora enfrenta un escenario complejo. Cada votación requerirá una construcción de acuerdos finos y, en ese juego, Karina Milei aparece como una figura determinante. Pero la estrategia libertaria no es solo parlamentaria: es un indicio claro del objetivo que se traza para las próximas elecciones legislativas.
Desdoblamiento
El único miembro del oficialismo que formuló críticas públicas a la decisión de Jorge Macri de desdoblar las elecciones porteñas fue el jefe de Gabinete Guillermo Francos. “Hay muchos preocupados con que el presidente Milei tenga mucha adhesión popular, como uno puede ver en todas las encuestas, y como se piensa que esa adhesión puede volcarse en el resultado electoral, quiere separarlo para ver si pueden tener más importancia, más vigencia o más influencia en el manejo político de la ciudad”, aseguró en diciembre, en una entrevista radial.
El jefe de Gabinete también se refirió al impacto de esta medida en la relación entre las fuerzas políticas. “Al separar la elección sin una decisión conjunta, me parece que ellos [por el macrismo] han hecho la conveniencia política del PRO en la ciudad de Buenos Aires. En el caso particular de la ciudad me da la sensación de que cada uno irá por su lado”, señaló.
Además, comparó la estrategia de Jorge Macri con la del gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien también evalúa desdoblar los comicios ante las presiones internas: “No sabemos qué va a pasar en la provincia de Buenos Aires. Por ahí, el gobernador Kicillof siente lo mismo que el jefe de Gobierno de la Ciudad, de que La Libertad Avanza le puede birlar mayorías, y entonces prefiere adelantar la elección”.
Detrás de la decisión del jefe de Gobierno hay solo un motivo: preservar su liderazgo en la ciudad de Buenos Aires y minimizar el impacto electoral de La Libertad Avanza, además de fortalecer su posición de cara a las negociaciones futuras, en medio de los rumores que ubican a la ministra Patricia Bullrich con ganas de disputarle el lugar en 2027.
Para el oficialismo nacional, en cambio, la ciudad de Buenos Aires es un botín que hay que arrebatarle al macrismo, al que acusan de pegar por debajo del cinturón. Por lo bajo, los libertarios denuncian la circulación de ciertos rumores en redes y supuestos carpetazos contra el Gobierno que responderían a una estrategia diseñada por el consultor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, el mismo que trabajó para Sergio Massa en 2023 y que trascendió que ahora lo hará para el PRO en la campaña porteña.
Pero más allá de esos golpes retóricos, lo que se juega en la ciudad de Buenos Aires es el ensayo general de una fractura mayor en la derecha argentina. Milei y Macri llegaron al poder en una tregua frágil, unida por el espanto al kirchnerismo y el peronismo. Sin embargo, el gobierno libertario tiene una regla de hierro: la lealtad se paga con lealtad, la traición con guerra. Y para ellos, Jorge Macri ya cruzó la línea.
PL/JJD
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