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Seguridad interior
El rol de las Fuerzas Armadas

Desafiada por Villarruel, Bullrich ya negocia con propios y ajenos los votos para cambiar la ley

Bullrich y Petri con legisladores del PRO, el lunes, en el ministerio de Seguridad.

Mauricio Caminos

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El choque de las dos “damas de hierro” de Javier Milei tuvo ayer una derivada política con algunos ribetes cercanos al papelón. El ruido en el Gobierno que generó Victoria Villarruel al cuestionar la iniciativa de Patricia Bullrich de modificar la ley de Seguridad Interior para darle mayor libertad de acción a las Fuerzas Armadas obligó indirectamente a la ministra a abrir las negociaciones con el oficialismo y sus aliados para que su paquete de leyes no naufrague en el Congreso. 

Bullrich recibió este lunes en la sede de su cartera a diputados de La Libertad Avanza y del PRO expertos en la materia. Tenía en agenda también encontrarse con representantes de Hacemos Coalición Federal, el bloque de Miguel Pichetto, pero un error en el horario del convite al parecer por parte de la anfitriona hizo que ese encuentro quedara postergado sin fecha. Hoy Bullrich tenía previsto que la visitaran los legisladores de la UCR. 

Los citados a Gelly y Obes 2289, en Recoleta, son principalmente los miembros de las comisiones de Seguridad Interior y de Defensa, las mesas de entrada –junto con Legislación Penal– del grupo de iniciativas que Bullrich anunció la semana pasada con su par de Defensa, Luis Petri.

Los ministros presentaron el jueves en la Casa Rosada una serie de proyectos de ley para, aseguraron, combatir fundamentalmente el flagelo del narcotráfico en la ciudad de Rosario. Adelantaron la intención oficial de cambiar la Ley de Seguridad Interior y el envío de la llamada Ley Antimafias. También se contempla ampliar el registro de ADN e incorporar el concepto de “reiterancia” para los delitos federales. 

También está en carpeta un endurecimiento de la criminalización de la protesta social por parte del gobierno libertario: Bullrich quiere reformar el artículo 194 del Código Penal para aumentar las penas para aquellos que organizan manifestaciones y piquetes. Además se refuerza la doctrina Chocobar, que defiende a los agentes de seguridad en casos de gatillo fácil.

De esas iniciativas no se conoce públicamente más que el trazo grueso de la conferencia que dieron en Balcarce 50 y la circulación de un borrador con punteos de sus ítems clave. Bullrich busca en las reuniones con los bloques políticos convencer a los que pueden exigir algunos cambios, pero que a su vez son fundamentales para su aprobación en la Cámara baja. Es el caso de los radicales y los federales, que tienen un puñado de votos muy codiciados para avanzar legislativamente.

Bullrich recibió ayer al mediodía a los libertarios. Les hizo una presentación oral de los lineamientos de las distintas reformas. La bajada que transmitió es que el Gobierno “no dará el brazo a torcer en cuanto a la lucha contra el narcotráfico”, supo este medio de un diputado de LLA. “Patricia nos dijo que la seguridad va a cambiar de lógica”, relató la fuente consultada. 

Luego se encontró por separado con los diputados del PRO –con Cristian Ritondo, jefe del bloque a la cabeza, que luego se fue a la Rosada a ver al jefe de Gabinete, Nicolás Posse–. Más tarde Bullrich se iba a ver con los federales, pero en el medio hubo una descoordinación en los horarios. Pichetto llegó a las 13 acompañado por Emilio Monzó, Nicolás Massot y Oscar Agost Carreño, pero en la puerta del ministerio le dijeron que el encuentro era a las 17. Visiblemente enojado –fiel a su temperamento–, el jefe de la bancada decidió abandonar el lugar. “Quien los convocó cometió un error con los horarios. Se fueron. Quedaron que los esperan en el Congreso”, recogió elDiarioAR en una fuente federal. “Mejor para nosotros porque vamos a ir directamente a las comisiones”, comentó con sorna un diputado federal.

Cierta desprolijidad también envolvía a la cita que estaba prevista para hoy con los radicales. “No tenemos la redacción inicial para ver aún. Esperamos esta presentación”, le dijo a elDiarioAR un operador parlamentario de la UCR. Por cuestiones personales no irá la segunda del bloque Karina Banfi, una de las especialistas de los radicales en temas de seguridad. Ni siquiera los libertarios conocen la letra chica de las iniciativas.

Banfi fue de las voces cantantes entre los opositores aliados sobre el capítulo de Seguridad ya durante el debate por la ley Bases original. Llegó a exigirle personalmente a Bullrich que cambie la redacción que apuntaba contra los organizadores de piquetes. La ministra busca equipararlos al delito de asociación ilícita y según Banfi eso atenta contra el derecho a huelga, amparado por la Constitución y tratados internacionales. 

El paquete de leyes que impulsa Bullrich es un revival del articulado de la ley ómnibus, que incorporaba la delegación de facultades en materia de seguridad. La derrota parlamentaria del Gobierno fue un golpazo para el plan de mano dura de la ministra. Pero el agravamiento de la situación en Rosario le dio argumentos para reflotar sus iniciativas. “Vamos a ver quiénes se animan a oponerse o reclamar cosas ahora con lo que está pasando en Rosario”, chicaneó un diputado amarillo muy cercano a Bullrich. Ayer causó conmoción la nota amenazante que le dejaron a la familia del jugador Ángel Di María.

El legislador confidente de la ministra también consideró que las críticas públicas de Villarruel podrían envalentonar a los opositores dialoguistas. “El ruido que metió Villarruel puede influir en algunos”, apuntó. Hasta Petri mencionó el incidente en las reuniones de ayer, supo elDiarioAR. Transmitió a sus interlocutores que la idea del Gobierno es “trabajar en conjunto” y ratificó que la intención es que la reforma de la ley de Seguridad Interior va a estar “en el marco de las normas”.

La vice cuestionó la intención de que los militares vuelvan a realizar tareas de seguridad interior –para el caso de Rosario, sería patrullaje y control territorial con el argumento de que hay una crisis de “narcoterrorismo”–. Villarruel planteó que eso perjudicaría a las FFAA porque la responsabilidad de cualquier “exceso” recaería sobre los militares y no sobre las jefaturas políticas. “Creí que eso había quedado claro en los 70”, dijo la titular del Senado en la entrevista que dio a TN. Bullrich le salió al cruce al día siguiente. “Estoy dispuesta a debatir”, contestó en una radio.

La posición de minoría que tiene el oficialismo en Diputados los obliga a negociar cambios si quieren aprobar leyes. Incluso con el PRO están lejos de la mayoría mínima de 129 votos para abrir cualquier votación en el recinto. En busca de tender esos puentes con HCF y la UCR es que entregaron sillas importantes en las comisiones a los aliados. La de Defensa la preside Ricardo López Murphy. En Seguridad Interior está el amarillo Alejandro Bongiovanni.

Después están los guiños que pueden hacerse a las fuerzas más chicas, pero con votos jugosos para el oficialismo. No por nada ayer presentó un proyecto propio Carolina Píparo sobre reiterancia. La ex candidata de Milei en Buenos Aires hizo una jugada solitaria con el que fue su caballito de batalla en la última campaña. 

“No sabemos cuál será la estrategia, pero se supone que los proyectos entrarán por separado para facilitar las negociaciones”, dijo a elDiarioAR un diputado libertario que vio ayer a Bullrich. Igualmente las discusiones están en fase primitiva. Bullrich espera que los proyectos de seguridad se formalicen en el Congreso recién después del feriado extra largo de Semana Santa y el 2 de abril. Es probable que el miércoles 3 se reúna la comisión de Seguridad Interior, ya con la reforma de las leyes que quiere la ministra como prioridad. 

MC/JJD

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