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Los movimientos en la oposición

Entre besos, la Corte y los empresarios más poderosos, Bullrich y Larreta definen una interna en la que sobran candidatos

Larreta y su beso a Bullrich, en el lanzamiento de la campaña de Luis Juez como candidato a gobernador en Córdoba, el miércoles pasado.
14 de mayo de 2023 00:01 h

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Patricia Bullrich sabía de antemano que la Corte Suprema de Justicia iba a dar una definición sobre las elecciones en Tucumán y San Juan. Tenía esa información cuando el martes se subió al escenario que montó AmCham, la cámara de empresas argentinas en Estados Unidos, apenas minutos después de que ahí mismo expusiera más temprano el presidente del máximo tribunal, Horacio Rosatti. 

La precandidata presidencial del PRO sabía el qué, pero no el cuándo. Según confiaron en su entorno, desconocía el detalle de que prácticamente en el mismo momento en que ella respondía la entrevista de Alejandro Fantino ante el auditorio de intereses norteamericanos, el tridente mayoritario de la Corte tomaba la decisión político-judicial de voltear las aspiraciones de Juan Manzur y Sergio Uñac. 

“Les frenamos las re-reelecciones a Manzur y Uñac”, tuiteó Bullrich, luego de salir del hotel Alvear Icon y a la espera en Aeroparque para viajar a Córdoba. El vuelo de Aerolíneas Argentinas se demoró una hora, pero no tardaron en llegarle las críticas desde el kirchnerismo, que leyó en ese pronombre “les” la conspiración judicial perfecta: que Rosatti juega en tándem con el PRO y Juntos por el Cambio. 

A la ex ministra le resbalan las acusaciones. Es más, trata de aprovecharlas a su favor. “Mostrar que ejerce el poder es muy bueno. Que digan que Patricia tiene comprada a la Corte es muy bueno. La gente quiere un caudillo, alguien que ponga orden”, entendieron en su entorno. En el acto de lanzamiento de Luis Juez junto a Horacio Rodríguez Larreta esa tarde-noche del martes, el público cordobés coreó “Patricia presidenta”, según destacaron las crónicas del día.

La mesa judicial de Bullrich

En el ámbito judicial, Bullrich cuenta, principalmente, con una mesa chica conformada por Pablo Nocetti –ex jefe de gabinete cuando ella fue titular de Seguridad– y Guillermo Soares Gache –quien ofició como subsecretario de Articulación con los Poderes Judiciales y los Ministerios Públicos en la misma cartera–. Alguien a quien además escucha es al abogado Alejandro Fargosi, ex consejero en la Magistratura. 

También es de su confianza el diputado Pablo Tonelli, referente del PRO en la comisión de Juicio Político que investiga al titular de la Corte y el resto de los cortesanos, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. Muy crítico de la avanzada kirchnerista, el legislador dejó hace tiempo de asistir a las audiencias en el anexo de la Cámara baja.

Justo en el marco del jury, la visita de Rosatti al hotel de Puerto Madero llamó la atención por la presencia de su secretario, Silvio Robles. El supremo parecía estar enviando un mensaje político: paseó cual sombra a uno de los focos de las acusaciones en su contra por los chats con Marcelo D’Alessandro. 

Las conversaciones filtradas mostraron que el ahora ex ministro de Justicia y Seguridad de Larreta se enteró en exclusiva cuándo la Corte iba a fallar sobre la coparticipación a favor de la Ciudad de Buenos Aires. “Parece que somos videntes”, bromeó una voz amarilla al final de la semana.

Es muy probable que la reunión del PRO del lunes pasado haya sido la última mientras siga la indefinición sobre la interna en provincia de Buenos Aires y CABA, el verdadero nudo gordiano de su interna.

El beso de Larreta

Menos estridente en los comentarios públicos, Larreta llama la atención por movimientos poco coreográficos, pero muy visibles. Quiso ensayar la supuesta tregua interna con un beso a Bullrich en pleno acto en Córdoba. “El beso de Judas”, lo calificó un halcón que rodea a la postulante. La cara de sorpresa Bullrich lo dijo todo.

Son choques de estilos muy opuestos. En el armado de Larreta defienden la estrategia del alcalde de alejarse de la discusión política y armar “un espacio amplio”. Entienden que es la única manera de gobernar el país después del 10 de diciembre, por el ajuste que habrá que aplicarse, y por la presión social que ya amenazan desde los movimientos sociales kirchneristas y de izquierda.

Por eso la alianza con el sector de la UCR que responde a Gerardo Morales y Martín Lousteau, y la Coalición Cívica de Elisa Carrió. “Horacio no vende que es puro PRO, porque vas a necesitar acordar con todos, menos con el kirchnerismo, claro. ¿Cómo sacas los piquetes de la noche a la mañana? ¿cómo levantás el cepo en un día?”, apuntó un funcionario larretista.

Incluso hay coqueteos con el cordobés Juan Schiaretti, que no parece repuntar en las encuestas: según sondeos locales, apenas llegaría a los 3 puntos. El gobernador habló de armar “un frente de frentes” con JxC para derrotar definitivamente al kirchnerismo. El salto del larretista Javier Pretto al peronismo dio para lecturas sugestivas. Un enviado de Bullrich a la capital mediterránea se reunió con operadores del schiarettismo esta semana.

En ese marco nacional, es muy probable que la reunión del PRO del lunes pasado haya sido la última mientras siga la indefinición sobre la interna en provincia de Buenos Aires y CABA, el verdadero nudo gordiano de su interna. Hay quienes entienden en el mundillo amarillo que esos encuentros generan tal expectativa que, sin ninguna solución, terminan desgastando más la marca política. “Seamos sinceros, estamos peleados. Todos los vasos comunicantes están rotos, no hay coordinación ni nada”, afirmó un influyente operador sobre la realidad entre ambas trincheras. 

El color de la disputa lo puso el naranja de Fanta, luego de la extraña encuesta callejera de América 24: todos los que respondieron por Larreta tenían en sus manos botellas de la famosa gaseosa.

El dilema para el partido fundado por Mauricio Macri es que no sabe cómo resolver esas candidaturas. En el plano porteño, Larreta quiere que la definición entre Fernán Quirós y Jorge Macri sea por encuestas, pero los halcones –que los hay de los dos lados– esperan que se determine en una mesa chica. Los tableros de Ciudad y Provincia están interrelacionados. “Ojalá se reúnan para definir todo junto, porque cómo definas Buenos Aires determinará lo que negocies para CABA”, deseó un conocedor de la rosca en el círculo de Larreta. 

La “V” de Buenos Aires

En el plano bonaerense, Bullrich aún tiene que elegir entre los que coquetean a su alrededor, Néstor Grindetti, Javier Iguacel, Joaquín de la Torre y –aunque es un vidalista– Cristian Ritondo. El elegido será el retador de Diego Santilli, favorito según las encuestas. 

Un factor externo impredecible es si Axel Kicillof desdobla las elecciones generales o no. El gobernador puede tomar esa decisión luego del cierre de listas –el 24 de junio–, por lo que al PRO no le queda otra que especular con la moneda en el aire. Desde La Plata dejaron trascender que fueron los jefes comunales del radicalismo los que le hicieron ese pedido al mandatario provincial. Temen que los complique en su pago chico la pelea macro Larreta-Bullrich.

Esta semana el jefe de Gobierno ya concedió la base del formato de la “V”: en las intendencias donde gobierna JxC no habría PASO. El debate está en los niveles superiores. A la UCR, que tiene hegemonía en los municipios opositores, también le convendría una unificación de candidatura provincial. ¿Qué hará Santilli?

“Al Pelado se le cae el dique de contención y en cualquier momento nos va a querer entregar a Santilli”, comentó un bullrichista vaticinando una crisis en las encuestas de Larreta. La misma fuente le bajó el pulgar a Ritondo y adelantó que su candidato será “un halcón y con estructura”. Cerca de la ex ministra hay una cuña por los tiempos: mientras unos piden que se defina en los próximos quince días “para empezar ya con la campaña”, otros quieren estirar el calendario lo más posible “para negociar mejor”.

El círculo rojo

Ante semejante clima de disputa, el pedido de “unidad” que planteó Macri en la reunión del lunes en Palermo se tradujo durante la semana en la posibilidad de que Larreta y Bullrich unifiquen la candidatura presidencial. En ambas veredas amarillas solo se recogió rechazo ante esa versión. “Yo no quiero ser el candidato de Mauricio”, se quejó un halcón de paladar negro. “No se van a bajar”, dijeron en Uspallata.

Pero el trascendido incluyó al círculo rojo. “Le dije a Horacio que se baje”, aseguró un empresario de los que participó en el exclusivo foro Llao Llao semanas atrás, según supo elDiarioAR

El jefe de Gobierno ratificó su candidatura justamente el miércoles ante la Asociación Empresaria Argentina (AEA), el selecto grupo que integran Héctor Magnetto, Luis Pagani, Paolo Rocca, Eduardo Elsztain, Charlie Blaquier, Federico Braun, Alejandro Bulgheroni, entre otros. 

“Ya no importa el nombre propio. Lo que tenga que pasar, tendrá que pasar”, comentó una fuente que orbita alrededor de uno de los hombres más ricos del país. Para el empresario, el escenario electoral está definido en una tendencia market-friendly. Léase entre líneas: un ajuste. Bullrich fue invitada para rendir examen ante AEA el miércoles 14 de junio a las 18.30. Ya aceptó el convite, pero aún no confirmó si podía en esa fecha.

MC

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