Complicada por Milei, Bullrich apuntaló su candidatura con la victoria radical en Mendoza
Alfredo Cornejo volvió al poder en Mendoza y le ofrendó su triunfo a Patricia Bullrich, que buscó adherir a su candidatura presidencial de Juntos por el Cambio la tercera victoria provincial al hilo del radicalismo, luego del batacazo del domingo anterior en Chaco y de hace dos semanas en Santa Fe. Los de este domingo fueron los últimos comicios locales antes del 22 de octubre, cita de la primera vuelta presidencial.
“Se sumó una provincia más al cambio que está en marcha en Argentina”, dijo la postulante opositora, subida al escenario con el flamante gobernador electo. Repitió latiguillos y promesas de campaña en los ejes de economía, educación y seguridad. Cornejo -por su parte- fue mucho más explícito en su discurso: “Necesitamos a Patricia Bullrich presidenta del país”, suplicó.
Cornejo superó ampliamente al resto de sus contrincantes, principalmente a Omar de Marchi, actual diputado del PRO quien rompió el frente cambiemita –luego incluso, de ser armador federal de Horacio Rodríguez Larreta– para lanzarse a una aventura personal en la que trabó una alianza subterránea con Javier Milei. Aunque le permitió sumar unos puntos a los cosechados en las PASO provinciales –Ramiro Marra se paseó por la provincia el lunes pasado, sin darle un apoyo explícito–, no le alcanzó.
Con el 73% de los votos escrutados, la foto de los resultados daba a Cornejo sumando 39,97%, con De Marchi a diez puntos de diferencia: sacaba el 29,44%. Muy golpeado quedó el peronismo mendocino: bajo la candidatura de Omar Parisi sumaba 14.87%.
Cornejo vuelve a administrar su pago chico luego del interregno de cuatro años de Rodolfo Suárez, un delfín a quien ubicó como su sucesor ante la imposibilidad constitucional de ir por la reelección. Ahora, habrá enroque de cargos: Suárez será el reemplazante de Cornejo en la banca que deja libre en el Senado, donde tiene mandato por dos años más.
Bullrich, a la pesca de los votos mendocinos
El esfuerzo de Bullrich en su aparición en Mendoza tiene más que ver con la pobre performance suya en las PASO nacionales que con la victoria de Cornejo. Es que JxC hizo una mala elección en agosto: no llegó a los 29 puntos, frente a un 44% que recogió el libertario. Ese resultado fue toda una sorpresa, ya que en las primarias locales de junio, el frente cambiemita –que tuvo a Cornejo disputando contra Luis Petri, ahora vice de Bullrich– le había sacado mayor diferencia a De Marchi: 42 a 20 por ciento.
La sangría es más reveladora en votos. Entre la PASO provincial y la nacional, la marca cambiemita perdió 127 mil sufragios. En junio, Cornejo-Petri sumaron 420 mil votos y De Marchi juntó 200 mil. En las presidenciales, se dio vuelta la taba: Milei capturó 466 mil y Bullrich-Larreta, 290 mil. Este domingo, con el corte en 73% de las mesas escrutadas, Cornejo recogía unos 275 mil votos y De Marchi, cerca de 203 mil. Evidentemente, el efecto Milei complica –y mucho– a Bullrich. Y Mendoza es una provincia clave: representa el 4,22% del padrón nacional.
Bullrich aprovechó, entonces, la victoria de Cornejo para autoconvencerse de que puede entrar al balotaje. Su larga perorata en el búnker del gobernador electo reveló también lo que a priori aparece en las encuestas: que está detrás de Milei y de Sergio Massa, quedando afuera de la segunda vuelta. “En estas elecciones nacionales la ciudadanía va a elegir un cambio contundente. Frente al caos, vamos a un país ordenado. La Argentina necesita orden económico”, planteó Bullrich.
Entonces enumeró algunas ideas-fuerzas que desglosó como promesas de campaña: “Vamos a entrarle fuerte a la inflación”; “terminar con la locura de cerrar exportaciones”; “hacer un acuerdo fiscal e institucional con todas las provincias”; “dejar de perder un día más de clase”; “pelear fuerte contra la inseguridad y el narcotráfico”.
Ante el enorme desafío de retener los votos radicales mendocinos para Bullrich, Cornejo prometió “acompañar a Patricia a todos los lugares que sea posible”. Sin mencionarlo, el mandatario electo sí hizo alusión a la alerta que les genera Milei a JxC: “Elegido el gobierno provincial, queremos pedir un cambio seguro, un cambio sostenido de la Argentina. Para que no estemos en vaivenes, subidas y bandas, con peligros de vuelta al populismo en muy poco tiempo”, dijo. “La argentina tiene que cambiar, pero con un proyecto sostenido en el tiempo, que tenga apoyo legislativo y de gobernadores”, abundó. “Acá hay un equipo para gobernar la Argentina. No solo con bronca vamos a sacar adelante al país”, propagandeó en otro pasaje.
Las frases de Cornejo verbalizaron la racha inédita de victorias locales que lleva JxC, pero que no logró capitalizar a nivel nacional. Con Mendoza retenida, y luego de los batacazos en Chaco y Santa Fe en los últimos 21 días, la oposición ya se aseguró gobernar siete provincias desde el 10 de diciembre –contando además las novedades de San Juan y San Luis, y la hegemonía en Jujuy y Corrientes–. En los planteos cambiemitas dan por descontada la continuidad del PRO en la Capital Federal, con Jorge Macri, y esperan dar otra sorpresa en Entre Ríos, con la candidatura de Rogelio Frigerio. El favoritismo de Axel Kicillof para ser reelecto en Buenos Aires les complica sumar la décima estrella.
En ese esfuerzo de nacionalizar la victoria de este domingo es que no solo fue Bullrich la que viajó hasta Mendoza. Por el búnker de Cambia Mendoza también aparecieron otros cambiemitas como José Luis Espert o Rodrigo de Loredo, pero el que también subió al escenario fue el gobernador correntino, Gustavo Valdés.
Fue una señal política de unidad para suturar la herida que había abierto el propio mandatario norteño horas antes, al mostrarse con Massa en un acto en Salta, donde el ministro-candidato prometió “un gobierno de unidad nacional”. “Fue algo institucional”, lo justificó ante elDiarioAR un confidente de la candidata, a quien acompañó en la provincia cuyana. Con Massa también había estado el jujeño Gerardo Morales, que si bien es radical no viajó a Mendoza y que este lunes tiene en agenda recibir a Bullrich arriba de su caravana en motorhome.
MC
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