Cristina delega la táctica en una mesa K y los gobernadores tironean por la fórmula
Un dato, pura matemática electoral, obsesiona a Cristina Fernández de Kirchner: que 20 años después de la irrupción de Néstor Kirchner con 22,3% de votos en abril de 2003, el kirchnerismo vuelva a valer veintipico puntos en las urnas. Excepto la vice, que está fuera de la boleta y tomó distancia de la fábrica electoral, ningún candidato presidencial del dispositivo K llega a los 20. El ensayo más activo de esos días, Eduardo “Wado” De Pedro, ronda -en un promedio de las principales encuestas- los 10 puntos. No es un dato menor que muchas consultoras no tengan, siquiera, datos sobre el ministro, cuyo nivel de conocimiento oscila entre el 60 y el 80%.
La doble numerología -el 20 y algo del universo K, y los 10 de “Wado”- son los fantasmas que obligan a Máximo Kirchner a querer apagar cualquier foco de primarias en el Frente de Todos (FdT). La advertencia de listas en autónomas en cada tramo para los candidatos presidenciales y el planteo, mitad broma mitad en serio que le hizo a Victoria Tolosa Paz de subir el piso de las internas a 40%, escenifican el pánico a las PASO. La variable del candidato único permite espantar ambos peligros: que el FDT se arrime a los 30 puntos y eso vaya a una sola boleta encabezada por un postulante K. Así y todo, los límites que explicitó el diputado se leyeron, sobre todo, como un mensaje a los intendentes para que ninguno saque los pies del plato y se le ocurra, por caso, recibir en su municipio a Scioli.
Axel Kicillof, que quiere a De Pedro arriba, hizo su aporte a esa urgencia al archivar el plan de desdoblamiento de la elección bonaerense. Ya no está la amenaza de un candidato yunke que hunda la boleta bonaerense ni, dicen en La Plata, el riesgo de una interna sanguinaria entre Daniel Scioli y Sergio Massa. Pero, sobre todo, el gobernador lo hace por una razón: observa que la competitividad de “Wado” depende de que todo el peronismo sostenga su boleta presidencial, que sin la tracción de abajo hacia arriba del ministro del Interior flaquea.
¿Puede, a 20 años de sacudir la galaxia política, el kirchnerismo ir una elección sin alguien que exprese su visión del mundo? Si los postulantes del FdT fuesen Massa o Scioli, la matriz pura de la identidad K estaría ausente de la conversación electoral
Un deja vu: en 2003, Kirchner necesitó del apoyo de Eduardo Duhalde y del aparato del peronismo del conurbano para quedar segundo, ahora “Wado” necesita de Cristina y de los territorios para ser la oferta más competitiva del frentodismo o para ganar una potencial, y discutida, primaria. Ese volver al principio puede ser visto con elegancia o como un fracaso. La primera lectura, optimista u optimizada, se puede entrever en los dichos de Federico Otermin, presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, un insaurraldista que tiene terminales con Máximo y diálogo con Kicillof: “Hay que mirar el 2003 para construir el 2043 y Wado es ideal para eso”.
Los anabólicos que Kirchner y Kicillof le inyectan a la postulación de “Wado” son de los pocos puntos donde coinciden las miradas y los intereses del diputado y del gobernador. Kicillof porque quiere desactivar toda hipótesis que lo lance al ring nacional, Máximo porque milita el mandamiento de que la elección está perdida y, para perder, es preferible hacerlo con uno propio. Eso de “dejar testimonio” y aquello de garantizar todas las bancas posibles.
Vacíos
¿Puede, a 20 años de sacudir la galaxia política, el kirchnerismo ir una elección sin alguien que exprese su visión del mundo? Si los postulantes del FdT fuesen Sergio Massa o Daniel Scioli, la matriz pura de la identidad K estaría ausente de la conversación electoral. Que no haya una oferta propia, sería una derrota antes de la derrota. Perder cuando todavía no comenzó el partido. Del mismo modo sería dramático jugar y no clasificar, es decir, que el candidato de Cristina pierda en las PASO.
Eso parece, sino imposible, improbable, pero las cláusulas gatillo que exhibe Kirchner -listas autónomas y piso del 40%, disposición que podría judicializarse- se traducen como la admisión de la fragilidad electoral de De Pedro. Existe, es cierto, una razón política potente: si el kirchnerismo es el músculo del peronismo bonaerense, es razonable que use esa fuerza para fortalecer a su candidato. En el camporismo exponen otro argumento: una PASO no suma votos pero genera caos en los cierres y los armados. “Después tenés una victoria aplastante, y los que pierden se enojan”, detallan.
Los datos de ARESCO, consultora que suele marcar el pulso interno del peronismo, sirven como indicio: en un duelo mano a mano, medidos por nombres individuales, De Pedro está empatado con Scioli pero cuando aparece el anexo “Wado como candidato de Cristina”, el ministro se despega y queda arriba con cierto margen. El otro plus sería que todo el dispositivo del peronismo institucional -gobernadores e intendentes- lo empujen hacia arriba. Si De Pedro es portador exclusivo de las boletas territoriales, la interna está resuelta de antemano.
En el búnker de Bullrich ven el repunte de De Pedro, que la exministra de Seguridad derrota a Horacio Rodríguez Larreta y se perfila con chances de ganar en primera vuelta, sin necesidad de balotaje
En otra trinchera, la de Patricia Bullrich, esta semana se analizó un informe que estos días terminó la consultora Marketing y Estadística, de Sebastián Lopes Perera, que temporalmente capturó los días de mayor exposición de De Pedro. Esa encuesta muestra a “Wado” con unos 18 puntos, muy arriba de los demás postulantes peronistas -Massa, Scioli, Grabois-, donde ninguno supera los 6 puntos. El dato novedoso es que la aparición del ministro parece haber sido útil para ordenar, al punto que le permitió al FdT crecer globalmente cuatro puntos.
El kirchnerismo se apura si festeja la encuesta que analizó Bullrich. El lado B del escenario que proyecta el sondeo de Lópes Perera es JxC está cerca de los 40, la exministra de Seguridad derrota a Horacio Rodríguez Larreta y se perfila con chances de ganar en primera vuelta, sin necesidad de balotaje. ¿Razones?: Javier Milei se amesetó y empezó a caer, y empieza a ubicarse en lo que parece un número más razonable, por abajo de los 20 puntos.
En los búnkeres de Cristina y Máximo ojean un estudio, también hecho en estos días -post acto del 25 de mayo y raid de instalación de De Pedro- que expone al ministro como el mejor posicionado de la oferta del FdT: ronda los 13 puntos contra Massa que tiene 9 y Scioli que suma 8. Un mes atrás, “Wado” estaba abajo de ambos y los escenarios sin Cristina candidata reflejaban que el voto a la vice se diversificaba. Ahora eso ya no ocurre: De Pedro toma una gran porción del voto de CFK aunque, proyectado, se ubica a los 20 puntos con lo que está lejos de retener los más de 30 que captura el FdT. Ese margen puede hacer que, al final, se entienda la conveniencia de una PASO acotada, solo limitada a presidente.
Un deja vu: en 2003, Kirchner necesitó del apoyo de Duhalde y del aparato del PJ del conurbano para quedar segundo, ahora "Wado" necesita de Cristina y de los territorios para ser la oferta más competitiva del FdT o ganar una PASO
Todos en el barro
El libertario empieza a ser víctimas de su impericia política. Anunció al excomisario Guillermo Britos como su candidato a gobernador pero éste dijo que todavía no hacía aceptado la oferta y la aparición de otras figuras, como Diana Mondino o Carlos Rodríguez, empiezan a diversificar la vocería del fenómeno Milei. Al margen de la sospecha de que Rodríguez y Roque Fernández aparecen como comisarios para previsibilidad al Círculo Rojo, en la escena pública desperfilan al libertario y lo dañan. A Milei le pasa lo que a todos los dirigentes y candidatos: cuando deben empezar a explicarse y aclarar, terminan embarrados.
En otro lodo está el FdT donde el fenómeno más interesante es la distancia de Cristina. Ya se contó acá, el domingo pasado, el objetivo de De Pedro y Máximo de ir sumando voluntades para convertirse, por decantación, en el candidato único o, al menos, en el candidato mayoritario. La intención es no tener que pedirle a Cristina que intervenga para arreglar lo que ellos no pueden arreglar. La excursión por China entre Massa y Máximo es parte de una mesa virtual que comparten el ministro, el diputado, Kicillof y De Pedro, que debe lograr ordenar el caos frentodista.
“Cristina no se va a poner a ver quien es el quinto candidato en una lista”, apuntan en el entorno de la vice para explicitar que no está en sus pretensiones tener que intervenir en el ordenamiento. La foto de Plaza de Mayo, con esos cuatro dirigentes parados a su lado, muestra al cuarteto que debe encargarse de la cuestión operativa de las listas y los candidatos. Los que, por caso, deben establecer una conversación con e dueto Scioli-Tolosa Paz para negociar una síntesis o, caso contrario, acordar las pautas para una PASO.
El exgobernador y la ministra se mueven con la certeza de que Cristina no les pedirá que se bajen. Especulan con que, además, eso sería demasiado costo. A 20 años de la nacionalización del kirchnerismo, la vice arma el escenario para que sus herederos -entre los que pone a Massa- se hagan cargo de administrar el proceso. Un ensayo similar fracasó antes: su hijo fue el encargado de dos vínculos hipersensibles, con Alberto Fernández y con Massa, oficio que dinamitó cuando renunció a la jefatura del bloque de Diputados.
Al regreso de China, Massa, Máximo, De Pedro y Kicillof acelerarán la estrategia. Una opción es habilitar una PASO solo con Scioli. En el mundo Wado dan a entender que la opción Massa está descartada. Citan un dato: la cumbre que el ministro del Interior tuvo con la Corriente Sindical Peronista, donde están Luis Barrionuevo y Carlos Acuña, este último integrante del Frente Renovador massista. El wadismo computa que tuvo el apoyo de intendentes del PJ bonaerense y la semana que pasó juntó a todo el sindicalismo, salvo Los Gordos e Independientes de la CGT.
Cerca del ministro no son tan enfáticos. “La postura de los analistas pasó de hablar de Massa como el candidato a hablar de Wado. Se apuran”, afirma, misterioso, un entornista de Massa que puso a Rubén Eslaiman a armar el congreso del FR que será el sábado 10, en el DirecTV Arena de Tortuguitas.
En Economía comparten un informe de Hugo Haime, que se cerró hace 5 días, y muestra a Massa triplicando en intención de voto a De Pedro: 18 a 6. La proyección se vuelve más interesante en otro plano: en un escenario de PASO, Massa logra 29 puntos y Wado 24, número que lo deja tercero detrás de JxC y Milei. Sobre el ministro del Interior hay un planteo extra: es visto con poco rodaje y músculo político como para entrar en una elección donde tendría como rivales a dos candidatos de alta intensidad como Milei y Bullrich.
La voz interior
El fallo de la Corte Suprema que sacó de carrera a Sergio Uñac en San Juan, que Cristina entiende como parte de un plan para “destruir al peronismo”, apuró una cumbre de gobernadores que originalmente se pautó para el 12 de junio y será, si no hay cambios de último momento, este miércoles a las 12:30 en el CFI. Se atribuye a Gildo Insfrán, que quedó a tiro de fallo cortesano, impulsar el adelantamiento de esa cumbre. Una picardía para evitar que si es post triunfo del PJ en Tucumán -algo que se verificará, o no, el domingo- Juan Manzur lo quiera usar como show propio.
Lo curioso es que Manzur está poco activo en el chat de gobernadores peronistas que funciona como registro del nerviosismo de cada dirigente. Uñac, por caso, es uno de los que más agitó la cumbre de mandatarios y ese movimiento aparece atado a las versiones que lo quieren subir a una candidatura nacional. Incluso se lo menciona como potencial vice de Scioli. Pero el sanjuanino tiene otra urgencia: retener la provincia. La misma necesidad se le atribuye a Alberto Rodríguez Saá -en San Luis donde se vota el domingo propio- que aparece y desaparece de las conversaciones, entre zigzageos y cambios de humor. Un día poético, al otro puteador.
Manzur, Uñac y Rodríguez Saá, tres gobernadores sin destino local, pueden aparecer en la discusión nacional al menos para integrar fórmulas. El cuarto de ese menú es Jorge “Coqui” Capitanich, que el miércoles recibió en Chaco a “Wado” De Pedro pero contra lo que se suponía no hubo ninguna tenida política entre ambos. El chaqueño, como los demás, presiona para que en la conversación del FDT nacional se escuche el planteo de los gobernadores, haya consultas y aparezca, al menos como hipótesis, la incorporación de un dirigente o dirigenta del interior en la fórmula. Hay, hasta acá, un solo candidato no ambeño: Agustín Rossi.
Lo de Claudia Ledesma, senadora por Santiago del Estero y pareja del gobernador Gerardo Zamora, es una opción muy visitada. La primera dificultad es que no hay forma de que uno gobernador (o delegado de un gobernador) exprese a la mayoría porque, se sabe, hay grupos y tensiones internas en un club demasiado heterogéneo. En el grupo de WhatsApp apareció, además, la idea de presentar una fórmula de los gobernadores.
“Wado se equivoca si cree que de ahí va a salir un respaldo a su candidatura”, confió un mandatario. Acierta, si, que el ministro está en busca de respaldos de los jefes provinciales con los que tiene una relación de larga data. “Hay que ver si hay síntesis o PASO”, expuso otro mandatario y planteo que cada jefe territorial hará el armado que crea conveniente en su provincia y que el formato de primarias o no, no afectará demasiado. Lo que sí suena en las provincias fue un aviso sobre baja concurrencia. Un gobernador midió que solo 60% de los electores dicen que irán a votar en las primarias, lo cual instaló la discusión sobre la necesidad de un despliegue adicional para que concurran pero, a su vez, la duda sobre cuándo conviene hacerlo.
PI
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