El Evita cruzó a CFK: “Les molesta la organización popular porque es más fácil ser patrón que dirigente”
Cuando aún las palabras de Cristina Kirchner contra los planes sociales y el Movimiento Evita generaban ruido mediático, la organización que conduce Emilio Pérsico aprovechó su habitual reunión de los martes por la mañana para procesar internamente las críticas de la vice y acordar una respuesta unificada.
En una misma mesa que compartieron sus principales referentes, varios de ellos con cargos públicos, como Pérsico –secretario de Economía Social en el ministerio de Desarrollo Social–, Fernando “Chino” Navarro –secretario de Relaciones Parlamentarias en la Casa Rosada–, Leo Grosso –diputado nacional– y Mariel Fernández –intendenta de Moreno y segunda de Máximo Kirchner en el PJ bonaerense–, el consenso fue no personalizar el cruce en Cristina, e intentar llevar el debate hacia la economía popular.
En el Evita entienden que esa es la discusión de fondo: qué hacer con el universo de casi 10 millones de personas que trabajan en la informalidad, que solo es atendido por las organizaciones sociales, debido a la ausencia e inoperancia del Estado, junto a la indiferencia del mercado.
“No quiero personalizar porque equivocamos el debate”, salió a plantarse Navarro durante la tarde en una radio, y trató de contestarle a Cristina elípticamente: “Hay dirigentes a los que les molesta la organización popular porque es más fácil ser patrón que dirigente”.
En el mismo sentido se expresó Grosso, que en diálogo con elDiarioAR profundizó: “Sería falso personalizar en Cristina porque es parte de un problema más general. Nos dolieron sus críticas porque la queremos y somos parte del mismo espacio político, pero más allá de eso hay una cosa más estructural que tiene que ver con la falta de entendimiento y de mirada objetiva: que el capitalismo no genera trabajo formal, produce más bienes que antes, con menos gente por el salto tecnológico y el nivel de concentración”.
Nos dolieron sus críticas porque la queremos y somos parte del mismo espacio político, pero más allá de eso hay una cosa más estructural que tiene que ver con la falta de entendimiento y de mirada objetiva
El Evita es uno de los motores de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que desde el 2011 se organizó con otras agrupaciones peronistas –como Somos-Barrios de Pie, de Daniel Menéndez– para nuclear al mundo de la informalidad laboral. Pero ayer quedó en el centro de la polémica por los dichos de Cristina contra los planes sociales, que acusó a las organizaciones sociales de “tercerizarlos”.
En su área dentro del ministerio de Desarrollo Social, Pérsico maneja el programa Potenciar Trabajo, que tiene 1,2 millones de beneficiarios que cobran 16.500 pesos (la mitad del salario básico) a cambio de cuatro horas de trabajo en cooperativas, muchas del Evita, pero otras también de organizaciones piqueteras de la izquierda –como el Polo Obrero–, los municipios y hasta los gobernadores en distintos puntos del país.
“Hablar de trabajo y economía popular no es a través de los planes. La economía popular es mucho más vasta”, apuntó Grosso, que entendió que es “una discusión larguísima”, incluso dentro del oficialismo. “Acá no es solo Cristina, Kulfas tampoco estaba de acuerdo con la economía popular. La mirada desarrollista del capitalismo clásico en el peronismo es muy fuerte. Y esa mirada no contempla la economía popular. No la ve, y eso es parte del problema que estamos atravesando ahora”, señaló el diputado nacional.
Pese al debate a cielo abierto, y con posturas que parecen irreconciliables, el Evita no se plantea romper el Frente de Todos, aunque ya está buscando instalar jugadores propios para dar la pelea en el 2023: además de instalar a Fernández en Moreno y a Grosso en San Martín, busca disputar La Matanza con la legisladora bonaerense Patricia Cubría, pareja de Pérsico y muy crítica de Cristina Kirchner.
“Queremos ser parte de la solución”, planteó Navarro en radio Con Vos. Y sostuvo que con estas “peleas” internas los que se benefician son el expresidente Mauricio Macri y el diputado libertario Javier Milei. “Macri en términos electorales y Javier Milei en términos del desprecio de gran parte de la sociedad con la política”, detalló.
CC
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