Juan Grabois, en un debate del Polo Obrero: “Soy amigo de Cristina; la quiero mucho a pesar de la pavada que dijo el otro día”
“¿Por qué carajo voy a ir? ¿Para qué carajo estoy yo acá?”. Cruzado de piernas sobre una silla de estilo señorial, Juan Grabois comenzó con preguntas existencialistas su intervención en un debate organizado por el Polo Obrero (PO) sobre la historia de los piquetes en el país. Dirigente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), aliado al Gobierno y muy cercano a Cristina Kirchner, sabía que estaba en un lugar que podía serle hostil: el auditorio del Aula Magna de la Facultad de Medicina estaba copado con banderas de la fuerza de choque del trotskista Partido Obrero.
Pero lejos de esquivar la discusión, Grabois se metió de lleno. Justo en la semana en que la vicepresidenta cuestionó con severidad a las organizaciones sociales, principalmente al manejo de los planes sociales que hace el Movimiento Evita, lanzó a la tribuna: “Soy amigo del Papa y soy amigo de Cristina; la quiero mucho a pesar de la pavada que dijo el otro día”.
Al lado del abogado y titular del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) se acomodaron los anfitriones, Eduardo “Chiquito” Belliboni y Néstor Pitrola –dirigentes del PO–, y también Orlando Agüero, del Frente Popular Darío Santillán (FPDS). Aunque la excusa que los encontró fue la presentación de la tercera edición del libro Una historia del movimiento piquetero, de Luis Oviedo, rápidamente las intervenciones giraron en torno a las críticas de Cristina Kirchner sobre los planes sociales y las diferencias programáticas que existen entre las organizaciones más ligadas al kirchnerismo y las históricamente opositoras. No faltaron chicanas y bromas de alto contenido político.
“El señor estaba en un ministerio de mi gobierno. ¿Cómo puede ser, querido?”, le espetó entre risas Grabois a Belliboni, cuando se sumó al debate ya comenzado: llegaba de una reunión con el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, junto a las demás organizaciones que integran la Unidad Piquetera. El reclamo por la mejora en los planes sociales y la amenaza a un nuevo plan de lucha y protestas por ahora quedó en “cuarto intermedio”.
Tu gobierno es una porquería
“Tu gobierno es una porquería”, le contestó “Chiquito” cuando tomó el micrófono, aunque al instante le agradeció su participación: “Admiro la honestidad de Juan y de venir acá, aunque tiene un punto de vista diametralmente opuesto al nuestro”. Era la segunda vez que Grabois y Belliboni se mostraban juntos públicamente, luego de que el dirigente de la UTEP se acercó al extenso acampe que la Unidad Piquetera llevó adelante en la avenida 9 de Julio entre marzo y abril pasado. “Yo le dije a él que me parecía extraordinario que venga, pero más extraordinario sería que luchemos contra el gobierno ajustador. Y ahí me dijo: ‘no te voy a acompañar’”, recordó el dirigente del PO.
“Acá hay gente que acompaña a los pobres, y con eso me basta”, planteó Grabois para justificar su presencia en la Facultad de Medicina, y manifestó una defensa cerrada a Belliboni, quien en los últimos días fue acusado judicialmente porque el PO reconoció que le retiene un 2% a sus beneficiarios del programa Potenciar Trabaja –que cobran por mes $ 16.500 por cuatro horas de trabajo diario– para las actividades de la organización, emulando a los sindicatos.
“Dicen que te quedas con plata de los pobres, es mentira. Eso es una desmoralización muy grande”, dijo Grabois. Y elípticamente refiriéndose a los dichos Cristina, apuntó: “Este es un buen momento para debatir, porque cuando se revuelve el avispero se abren disputas, y de eso se puede salir mejor o peor. Y nosotros tenemos que tratar de que los sectores populares salgan mejor parados de este debate”.
Diferencias programáticas
Durante las casi dos horas que duró el debate organizado por el PO, los cruces fueron descarnados y a viva voz. Hubo dos bloques de intervenciones, donde cada expositor habló durante unos cinco minutos en cada ronda. Belliboni cruzó a Grabois por su militancia en la economía popular, que busca englobar a los aproximadamente diez millones de trabajadores informales que hay en la Argentina, dotándolos de un sindicato propio y últimamente exigiendo al Gobierno la creación de un ministerio ad hoc dentro del gabinete.
“Los compañeros que plantean el tema de la economía popular se adaptan a la crisis capitalista”, lanzó “Chiquito”. “Yo le dije a Juan que meta a los cartoneros en el gremio de los papeleros y que luego gane el sindicato. Él me contestó que es difícil –continuó subiendo el tono de su voz–. ¡Y sí que es difícil, pero ese es el camino! El otro camino es la precarización laboral. Tenemos que pelear por la mejora de los convenios colectivos”.
Y luego le apuntó a la vicepresidenta: “Cristina no cambió de posición. El problema no es la interna. Cristina vio en este movimiento popular un enorme peligro para el control de las masas”, aseguró. Y cuando Belliboni, ya pasado de su tiempo de alocución, acusó a la ex mandataria de reprimir a Hebe de Bonafini en Santa Cruz cuando Néstor Kirchner era gobernador, Grabois lo corrió con una chicana: “Te doy el 2 por ciento del tiempo”.
Para mí cualquier persona que trabaja es un trabajador ocupado, precarizado y sin derecho
“Hoy usan la cooptación de un sector del movimiento de desocupados”, se despachó a su turno Pitrola contra las agrupaciones oficialistas nucleadas en la UTEP, que además de MTE y el Evita de Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, también integrada por Somos-Barrios de Pie, de Daniel Menéndez, y la Corriente Clasista Combativa, de Juan Carlos Alderete. “Esta idea de la economía popular es funcional a la descarga de la crisis mundial capitalista sobre los pueblos de todo el mundo”, continuó Pitrola, y cerró: “Este peronismo no da laburo”.
Luego fue el momento de Agüero, que advirtió que la crisis del oficialismo podría llevar a un nuevo gobierno macrista. Llegado el caso, marcó la necesidad de que se amplié la unidad piquetera y llamó a “reventar” el Puente Pueyrredón el domingo próximo, en el aniversario de los 20 años de la represión que mató a los militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. “Estamos a un año de las elecciones y ahí hay todo un avance de estigmatización del movimiento popular movilizado, que tiene clara intencionalidad político electoral desde los sectores de poder”, aseguró el referente del FPDS. “Este tipo de debates son importantísimos porque, mirando al 2024, todo el movimiento popular nos va a tener que encontrar juntos al frente de un plan de lucha que gane las calles”, exigió.
Entonces fue el segundo turno de Grabois, que apenas tomó el micrófono buscó interpelar al público. “¿Acá hay compañeros que cobran el Potenciar? ¿Y quienes trabajan en un merendero?”, preguntó mientras algunas personas del público levantaban la mano. “Las compañeras trabajan. Entonces el PO va a tener que resolver su política ideológica”, lanzó. “Pero son trabajadoras precarizadas”, le contestó alguien del auditorio. “Muy bien, pero sin aguinaldo, ni vacaciones, ni convenio colectivo. Pero son trabajadoras ocupadas”, le devolvió Grabois.
Hoy usan la cooptación de un sector del movimiento de desocupados
“Para mí cualquier persona que trabaja es un trabajador ocupado, precarizado y sin derecho. Nuestra diferencia es de táctica: hay que dotar de derechos a esos compañeros. Y la diferencia de organizar a los cartoneros en los Papeleros, o a los vendedores ambulantes en Comercio, también es una diferencia de táctica”, expresó.
Y se animó a cuestionar los métodos de protesta de la Unidad Piquetera, parafraseando a Fidel Castro y pidiendo su apoyo a la iniciativa de un salario básico universal, propuesta que tiene el apoyo del kirchnerismo pero que es rechazada por el ministro Martín Guzmán por su costo fiscal: “Si a mí me convocan a luchar ‘patria o muerte’ por un ingreso universal equivalente a la canasta básica, que es 1 punto del PBI, ‘patria o muerte’ estoy. Pero en serio. No después negociar 40 mil o 50 mil cupos nomás. Eso también es una cooptación del sistema. Porque después Zabaleta te dice que solo hay cinco mil y listo”.
“Nosotros estamos dispuestos a luchar por cualquier cosa”, le respondió Belliboni, último en hablar. “Pero no estamos dispuestos a lo de la UTEP, que pactó con Macri el acuerdo de los planes sociales solo para sus organizaciones”, acusó el dirigente del PO a Grabois. “Nos quedamos más solos que la Virgen María”, le dijo, recordando que durante los últimos años del segundo mandato cristinista el trotskismo armó un triunvirato piquetero junto a Barrios de Pie y a la CCC, pero que se disolvió en el macrismo cuando éstos últimos se aliaron con el Evita para armar Los Cayetanos, génesis de la UTEP. “Yo sé que Juan es cristiano y ha tenido la valentía de venir acá, donde vemos una cruz y salimos corriendo –dijo al final Belliboni sobre Grabois–. Pero la única iglesia que para nosotros ilumina es la que está prendida fuego”.
CC
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