Juntan firmas en defensa del programa de lectura “Identidades Bonaerenses” después de los ataques de Villarruel
Luego de las fuertes críticas hechas este jueves por la vicepresidenta Victoria Villarruel al plan de lectura “Identidades Bonaerenses” de la provincia de Buenos Aires, que abarca más de cien libros, comenzaron a juntarse firmas en apoyo al programa y “en defensa del derecho a leer”.
“Invitamos a todas las argentinas y todos los argentinos a leer los títulos que forman la colección para descubrir voces diversas, como son diversas las vidas y nuestras realidades. Porque es en esa tensión entre la similitud y la diferencia, en ese conocer lo desconocido y reconocer lo propio, donde anida la posibilidad de construcción de nuestra identidad”, señala el texto.
Villarruel se sumó a una polémica que ya había comenzado en las semanas previas después de que influencers libertarios citaran fragmentos de escenas de sexo explícito de algunos de los libros contenidos en el plan calificándolos como pornografía y apuntó contra el gobierno de Axel Kicillof
“Los bonaerenses no merecen la degradación e inmoralidad que Kicillof les ofrece. Existen límites que nunca deben pasarse. ¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos, saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas y respeten la inocencia de los niños!”, dijo en referencia a un fragmento del libro Cometierra, de Dolores Reyes, centrado en una adolescente que es capaz de esclarecer femicidios comiendo tierra de la tumba de las asesinadas.
Ese fue uno de los libros más criticados de la colección, que se distribuye en las bibliotecas de las escuelas secundarias de la provincia, junto con Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara, y Las primas, de Aurora Venturini, entre otros.
Más tarde, Villarruel participó del seminario “Género e Identidad: el problema de la sexualización infantil” y escribió: “¡No les vamos a permitir que perviertan el futuro de la Argentina! Uno mi voluntad a la de todos los que están luchando para que nuestros chicos sean respetados en su inocencia y pudor. ¡Con los chicos no!”.
“La colección Identidades Bonaerenses reúne un conjunto de libros de narrativa, poesía, novela gráfica, teatro, ensayo y comunicación de la ciencia que recuperan la pregunta por la identidad, el territorio y sus voces para poner en el centro de la escena la diversidad de voces, imágenes, temáticas, problemas, condiciones de vida, que atraviesan a la Provincia de Buenos Aires desde la perspectiva de quienes la narraron, la investigaron, la evocaron y la imaginaron”, señala el texto de apoyo al plan de lectura.
“Identidades Bonaerenses es una colección compleja, humana, que no niega las contradicciones ni las oscuridades y que refleja nuestras identidades desde una mirada no idealizada, intentando alejarnos de la representación estereotipada del ser bonaerense. De esta manera, nos permite vernos no solo en nuestras fortalezas y en nuestros motivos de regocijo y orgullo sino también en el reconocimiento de todo aquello que nos preocupa, nuestros problemas, lo que anhelamos cambiar”, añade.
En redes, se replicó la petición de apoyo y también hubo palabras de apoyo a las autoras. El escritor Julián López escribió en su perfil de Instagram: “Los libros son la democracia. Los libros son la República. Los libros son nuestra historia. Los ciudadanos tenemos que estar a la altura de la enorme tradición literaria de la Nación y a la altura de la defensa de nuestras instituciones. Fuera de toda disputa y de todo oscurantismo. Lectores y lectoras, escritoras y escritores somos la comunidad argentina”.
La escritora Paula Bombara, parte del equipo creador de la colección cuestionada, señaló junto a una foto de varios libros de la colección cuestionada: “Los más de 100 libros que la conforman están en las bibliotecas de colegios secundarios, profesorados y otras instituciones educativas de la provincia, bajo la responsable mediación de bibliotecarias, bibliotecarios y profes, a quienes se les ha ofrecido un curso de capacitación sobre la colección y los ejes que la atraviesan. Todas estas conversaciones son posibles porque vivimos en democracia. La violencia y la censura no llevan nunca a la libertad. La palabra que circula, la escucha y la observación, sí. La bibliodiversidad habla de inclusión, de dar voz a los y las que no tienen voz. Abrazo a @dolores.reyes.3 ante las amenazas que está recibiendo”.
Florencia Saintout, secretaria de Cultura de la Provincia de Buenos Aires, escribió en X: “Sra Vicepresidenta. El texto que usted publica como ”inmoralidad“ es de Dolores Reyes, escritora premiada internacionalmente. Usted debe dedicarse a gobernar por el bien común (incluye reconocer la buena literatura) No vamos a permitir censura a la cultura #LaCensuraNoEsCultura”.
El director de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, explicó: “Son libros para la Educación Secundaria y Superior. No son libros que llegan a los estudiantes, llegan a la biblioteca de la escuela. Pueden tener escenas de sexo, vocabulario soez, son libros que van muy explicados en la guía”.
“Tenemos 1.700.000 estudiantes en el nivel secundario y muchos no pueden comprar libros. Algunos sectores no comprenden la mirada que propone el arte y, de un libro de 170 páginas, sacan solo un fragmento”, lamentó en declaraciones radiales. “Los libros incluyen una guía detallada. Algunos llevan una inscripción que los dirige a chicos de 15 años en adelante y otros, con temáticas más complejas, van a la secundaria orientada”.
“Ofrecemos literatura de calidad con sugerencias específicas y acompañamiento docente. Los libros se destinan a la secundaria orientada. Es paradójico: a los 12 años pueden ir presos, pero a los 17 no pueden leer este libro”, añadió.
CRM
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