Kicillof-CGT, el “pacto de defensa” para el voto a voto en el Senado
Resistir, con lo poco que les queda. Con el avance del paquete de leyes del gobierno nacional, el peronismo se aferra a una nueva alianza entre el gobernador Axel Kicillof y la CGT para intentar bloquear en el Senado las principales reformas de Javier Milei.
Después del golpe que significó para la oposición más dura la victoria de la Casa Rosada en la Cámara de Diputados, ahora intentarán un delicado pacto de defensa, la contracara del acuerdo de Mayo del Presidente en Córdoba que tendrá un faltazo asegurado. Con invitación o sin ella, Kicillof no irá. La decisión ya está tomada.
Convencido de que el Gobierno no le responderá un solo reclamo de los que ya presentó, tanto ante en la Justicia como en el Ministerio de Economía, el gobernador apuesta a la presión que puedan ejercer los gremios para bloquear la ley. Desde ese lugar ambos sectores pusieron en marcha esta semana una alianza para recolectar apoyos políticos para una votación que será clave. Kicillof y los líderes sindicales marcharon juntos y se unieron el 1° de Mayo para hacer una demostración de fuerzas: hacia adentro de la interna del PJ, que nunca puede faltar sobre todo después del intento de Cristina Kirchner de ordenarlos, y hacia afuera, ante el crucial debate que se viene.
“Hay que hacer un trabajo político fino. Si estamos juntos es más fácil”, apuntan cerca del gobernador, y cuentan que sigue manteniendo conversaciones con el resto de sus colegas.
Pero aquellos intensos cruces de mensajes de whatsapp que se consolidaron con los brutales recortes a los fondos provinciales de los primeros días de gobierno de Milei se fueron espaciando y, a juzgar por los votos que obtuvo el proyecto de ley Bases en Diputados, los mandatarios que antes estaban en pie de guerra ahora bajaron las armas. Mensajes no leídos.
En principio, en la división de roles, a Kicillof le toca seguir insistiendo frente a los gobernadores. Apunta a los mandatarios de Córdoba, Martín Llaryora, y de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, con quienes dialoga sobre algunos puntos decisivos. La coincidencia podrían buscarla en el apartado del Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI), que habilita a los mega proyectos de inversión la importación sin aranceles de insumos, altamente perjudicial para las tres principales provincias industriales. “Se abre una chance ahí”, reflejan.
El problema es que por la composición actual del Senado, es poco lo que tanto Llaryora como Pullaro pueden hacer. Son dos gobernadores que no tienen ascendencia en sus representantes en la Cámara alta. ¿Alguien se imagina a la senadora Carolina Losada votando algún pedido del gobernador después de la durísima interna que protagonizaron? Distinto es el caso de la senadora Alejandra Vigo, representante del cordobecismo, cuyo voto es clave en la discusión que viene. Por caso, el diputado schiarettista Carlos Gutiérrez votó a favor en la mayoría de los capítulos, incluido el RIGI. El que se mostró más alejado al Gobierno, con reiteradas abstenciones, fue el diputado Juan Brugge, pero de perfil partidario propio.
Otro costado en el que trabaja el peronismo es en el rechazo al regreso del impuesto a las Ganancias, que tiene en los gobernadores patagónicos una posibilidad de resistencia. Con bastantes asteriscos. La senadora Lucila Crexell, de relación con el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, pero no orgánica, está a favor del impuesto. Sería un voto menos al rechazo. Los que sí darían vuelta el regreso de Ganancias son los dos senadores por Santa Cruz, José María Carambia y Natalia Gadano. En Diputados, los santacruceños que responden al gobernador Claudio Vidal votaron en contra junto con Ana Clara Romero (Pro Chubut) y Jorge Avila (HCF Chubut). De las dos senadoras por esa provincia sólo Edith Terenzi responde al gobernador Ignacio Torres. En los representantes de Río Negro tampoco parece lineal el rechazo. Solo una senadora, Mónica Silva, vota según los deseos del gobernador Alberto Weretilneck. Finito, pero parece suficiente para el rechazo, salvo que al peronismo se le escapen los propios del Norte.
Bajar Ganancias sería solo un premio consuelo. No es la prioridad. De hecho, esos contactos los hacen los gremios. “Llama Pereyra”, dicen los legisladores, en referencia a Guillermo Pereyra, el poderoso líder del sindicato petrolero, que aunque esté corrido del gremio por problemas de salud es el que habla con los gobernadores.
El plan A del interbloque de Unión por la Patria en el Senado es rechazar la ley en la votación en general, hoy el camino más difícil. Sobre todo porque ya hubo contactos de los representantes de La Libertad Avanza con algunos patagónicos. “Sin tu voto se caen las facultades delegadas”, clamó uno de los representantes libertarios en un contacto de fin de semana para testear.
La otra gran pregunta es qué hará Martín Lousteau. Sobre todo en la votación de ese capítulo, el más institucional, que contiene las emergencias y las facultades para que el Ejecutivo pueda disolver organismos públicos. A su lado dicen que todavía no lo decidió. Otra incógnita es el senador radical por Tierra del Fuego, Pablo Blanco. A último momento se incorporó en el texto en Diputados una revisión al régimen de incentivos de la provincia. Los dos votaron en contra del DNU.
Los más buscados por estas horas son los senadores Carlos Espínola (Corrientes) y Edgardo Kueider (Entre Ríos), dos peronistas no kirchneristas, los que se fueron del bloque K. Kueider preside la comisión de Asuntos Constitucionales y ya avisó que no cuenten con su voto para un trámite exprés. “Camau” Espínola viene repitiendo que no dará marcha atrás con su decisión de apoyar la eliminación de Ganancias, que votó el año pasado.
En Unión por la Patria confían en que los 33 senadores propios se mantendrán encolumnados más allá de la presión que ejercerá, sin dudas, el Gobierno. En la mira están los santiagueños. Por ahora el gobernador Gerardo Zamora se mantuvo adentro. Sergio Uñac, de San Juan, es otro de los apuntados por la Casa Rosada. En Diputados, los peronistas sanjuaninos se sumaron a los catamarqueños para apoyar el RIGI. El zoom que se hizo esta semana, modalidad virtual que los peronistas no disfrutan, se transformará en un cara a cara esta semana.
El camino parece complicado para la CGT. No se vislumbra un panorama de rechazo generalizado a la reforma laboral light que se aprobó a instancias de un proyecto de Miguel Pichetto. Héctor Daer, uno de los líderes sindicales, tiene trato directo con Lousteau. Ya se reunieron. Volverán a contactarse. En Diputados votó en contra todo el radicalismo de Facundo Manes, que no es lo mismo que el senador por la Ciudad.
Otro capítulo difícil de bloquear para el peronismo es el de privatizaciones. Hasta los diputados santacruceños votaron a favor después de que Río Turbio entrara bajo el régimen mixto con mayoría estatal.
El capítulo previsional, que elimina la última moratoria, podría traer sorpresas para la Casa Rosada. Fue una de las votaciones con menos adhesiones, apenas 125 en Diputados, y votó en contra, por ejemplo, Danya Tavela, del radicalismo sector Lousteau.
Más allá del poroteo, desde la provincia de Buenos Aires y la CGT convocarán a movilizar al Congreso para el día en el que se trate el paquete de leyes en el Senado. Esa propuesta se habló en la reunión que mantuvo Kicillof con los líderes sindicales, el miércoles pasado en la sede de Azopardo. El peronismo se guarda para el momento final su apuesta a la calle.
MV/DTC
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