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Hoy en la Cámara baja

En medio del paro universitario, tensión en Diputados por una “guerra de sesiones” con eje en la educación

Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, enfrenta este miércoles el desafío de abrir otra vez el recinto para sesionar.

Mauricio Caminos

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Diputados definirá este miércoles la “guerra” de sesiones pedidas por el oficialismo y parte de la oposición, donde hay distintos proyectos educativos como eje, en medio del paro universitario de 72 horas por el reclamo de mejoras salariales. El PRO como socio principal de La Libertad Avanza citó a los legisladores para las 11 con la intención de retomar la frustrada sesión del miércoles pasado sobre una serie de reformas en seguridad y tratados internacionales, con el agregado de que se vote la declaración de la esencialidad educativa. El conflicto político está en que también la UCR pidió para hoy —más tarde, a las 16— una sesión para votar el financiamiento de las casas de altos estudios, afectadas por la motosierra de Javier Milei.

Al cierre de esta nota no había aún acuerdo entre el oficialismo y los radicales para unificar posturas en una sola sesión. La incertidumbre entonces es si esta vez Martín Menem tendrá quórum para abrir el recinto. Otro fracaso en siete días sería un problema para el titular de la Cámara baja. En la bancada de la UCR advirtieron que podrían no bajar al hemiciclo en esa primera convocatoria, pero se mostraron más optimistas en la segunda, teniendo en cuenta que en mayo pasado el arco opositor juntó 138 apoyos para obligar que el financiamiento universitario se discuta en las comisiones. Otros voceros son más pesimistas: no creen que el kirchnerismo se preste al juego de los opositores dialoguistas el mismo día en que está en agenda la declaración de Cristina Fernández de Kirchner en la causa por el intento de asesinato que sufrió hace dos años. En ese caso ambas sesiones fracasarán.

La espada del oficialismo para salvar la sesión es el diputado del PRO Alejandro Finocchiario, el referente educativo amarillo: ayer estuvo toda la jornada juntando los votos, reconocieron tanto en su bloque como en LLA. “Esto es minuto a minuto”, llegó a decirle el legislador a quienes le consultaba cómo venía el poroteo. “En teoría tenemos los votos. Los radicales bajarían si acompañamos su sesión, pero no sabemos Pichetto”, planteó un diputado libertario.

El oficialismo no quiere sufrir otro duro revés como el del miércoles pasado por el faltazo del espacio de Miguel Pichetto. Así se frustraron sus intenciones de avanzar con dos proyectos sobre seguridad que llevan la firma de Patricia Bullrich —la reforma del Banco de Datos Genéticos y un “blanqueo” de armas— y ciertos tratados clave con otros países. Además se esperaba que se discuta un repudio a la visita de los seis diputados libertarios a Alfredo Astiz y otros represores condenados por delitos de lesa humanidad en el penal de Ezeiza. 

Todo eso quedó en suspenso hasta la jornada de hoy. Para generar un atractivo a los demás espacios aliados, como la UCR, Encuentro Federal, Innovación Federal, la Coalición Cívica y algunos bloques provinciales, fue que Finocchiaro agregó al temario el proyecto de establecimiento de la educación obligatoria como “servicio estratégico esencial”. Es un tema que ya se había incorporado en el Pacto de Mayo que Milei firmó con gran parte de los gobernadores en Tucumán. 

En ese temario no hay ningún punto sobre el escándalo de la visita a los genocidas en la cárcel, pero sí una expresión de repudio al “fraude electoral venezolano perpetrado por el gobierno de Nicolás Maduro”. Tampoco hay referencia al caso de violencia de género que involucra a Alberto Fernández. Sin embargo, si la sesión finalmente arranca, se estima que estos temas se llevarán gran parte del tiempo en las llamadas cuestiones de privilegio.

“Estimamos que están los votos. Es el PRO el que está buscando el quórum”, recogió este medio en el despacho de Menem, una frase que revela el cambio de estrategia que optó el riojano para no quedar pegado a un posible fracaso como el miércoles pasado. Sin embargo, el pedido de la sesión lleva las firmas de libertarios como Gabriel Bornoroni y Santiago Santurio. 

Juntos, el PRO y LLA suman 75 bancas, muy lejos de los 129 necesarios para abrir la votación. Sí o sí dependen al menos de la UCR y los federales de Pichetto. ¿Qué harán esos espacios? Es la gran duda. Hasta ayer hubo frenéticas negociaciones para que la sesión oficialista absorba el temario de la pedida por el radicalismo, principalmente conversaron entre Rodrigo de Loredo y Menem.

“El oficialismo está centrado en que solo sus temas son importantes, pero tiene que saber que acá la oposición tiene voz. Así no voy a dar quórum”, planteó una voz opositora autorizada en la materia educativa. “No quiere el oficialismo tratar el tema de las universidades”, aseguró uno de los operadores de la UCR, que tiene 34 bancas. Al plantazo radical se plegaría los legisladores de Pichetto, que ya le mostró su poder de fuego a los libertarios con la ausencia de sus 16 diputados siete días atrás.

Si efectivamente la sesión oficialista se cae, a las 16 el recinto tendría que volver a abrirse para discutir los proyectos sobre el financiamiento universitario. Hay cuatro dictámenes firmados, sobre todo dos del radicalismo junto con Pichetto y de Unión por la Patria para garantizar el presupuesto a las casas de altos estudios. 

En ese escenario entra a jugar otro elemento complejo: ¿qué hará el kirchnerismo? “Ellos no quieren sesionar porque declara Cristina”, planteó un conocedor de los pasillos de Diputados, en alusión a la presencia de la exvicepresidenta de Alberto Fernández en Comodoro Py, en la causa por el intento de homicidio en su contra. La declaración arranca a las 9.30 y la exmandataria irá acompañada por dirigentes políticos y sociales, tras lo cual se reunirá en el Instituto Patria con referentes de organizaciones.

Otra fuente se mostró más optimista: “Ya sesionamos antes por universidades y vieron los bloques que participaron. El problema está más bien en que la primera sesión se coma a la segunda”.

La preocupación que soltó ese vocero tiene que ver con que si finalmente el PRO y LLA abren su votación, está previsto que la sesión dure unas 20 horas; o sea que terminaría el jueves, día en que el espacio de Pichetto pidió a su vez otra sesión para votar el rechazo al DNU que le otorgó $100.000 millones a la SIDE en gastos reservados. Para esa discusión sí habría un acuerdo opositor para voltear el decreto firmado por Milei.

MC/JJD

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