Revelan reuniones y mensajes inéditos y un “plan de huida” antes de la asunción de Macri en la acusación contra CFK
El fiscal Diego Luciani expuso este lunes mensajes de texto y de Whatsapp extraídos del teléfono del exsecretario de Obras Públicas José Francisco López que acreditarían reuniones y comunicaciones entre la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el empresario Lázaro Báez días después de que el gobierno kirchnerista perdiera las elecciones presidenciales de 2015 y en torno a un presunto “plan de huida” para “limpiar todo” lo relacionado a la adjudicación de obras viales en la provincia de Santa Cruz.
Los mensajes nunca habían salido a la luz. Forman parte de las comunicaciones extraídas del teléfono celular de López en “la causa de los bolsos”, en la que se lo condenó por enriquecimiento ilícito.
La principal expectativa en torno al alegato del fiscal Luciani giraba en torno a la vicepresidente y el rol e importancia que el representante del Ministerio Público Fiscal le adjudicaría en la presunta asociación ilícita por la cual es juzgada. Este delito implica penas de hasta diez años de prisión. Fernández de Kirchner fue señalada como una de las jefas de esa asociación.
Los acusados en el caso Vialidad siempre han negado las imputaciones. Fernández de Kirchner sostuvo que se trata de “una causa fraguada” y ante la consulta de elDiarioAR a su abogado Carlos Beraldi respecto a los mensaje exhibidos este lunes en el juicio, el letrado respondió que la defensa esperará que finalice el alegato de la fiscalía antes de pronunciarse.
El fiscal resaltó también el nombramiento de distintos empleados de las empresas de Báez en la Dirección de Vialidad Nacional, como el caso de Carlos Joaquín Alonso, exdirectivo y accionista de empresas de Báez designado en 2011 directamente por Fernández de Kirchner como Subadministrador General de la Dirección Nacional de Vialidad.
Sobre los mensajes extraídos del teléfono celular de López, Luciani resaltó que del análisis de la fiscalía surgió que “se dieron solamente con Austral Construcciones” y no con otras empresas.
Cuando el gobierno de Fernández de Kirchner perdió las elecciones presidenciales de 2015, Báez comenzó “la huída” y el abandono de las obras, afirmó Luciani. “La huída fue digitada por la entonces presidenta” y consistió en “un plan limpieza”, que incluyó el despido de unos 1.500 trabajadores de Austral Construcciones y una segunda constructora de Báez, Kank y Costilla, y requirió la intermediación de la cartera de Trabajo de la provincia de Santa Cruz y de la Dirección de Vialidad Nacional.
“El 23 de noviembre de 2015, el entonces secretario de Obras Públicas de la Nación, José Francisco López, coordina una reunión de urgencia con Julio Mendoza, presidente de Austral Construcciones y quedan en reunirse el jueves de esa semana”, explicó Luciani al exponer los mensajes.
“Nos preguntamos, cuando vimos esto, por qué motivo, dos días después de perder las elecciones, el secretario de Obras Públicas le pide una reunión al presidente de Austral Construcciones”, agregó el fiscal.
“Te cambio lugar y hora”, dice uno de los mensajes de Whatsapp de López a Mendoza. “Te espero a las 16 hs. en Diagonal Norte 725, Hotel Continental. 9° piso”, dice otro mensaje de López a Mendoza el 26 de noviembre de 2015.
“Si una reunión entre el secretario de Obras Públicas y el presidente de Austral Construcciones ya es atípica y totalmente inusual, más atípico es el lugar donde se produjo el encuentro porque no fue en la secretaría de Obras Públicas, no fue en el ministerio de Planificación, no fue en alguna oficina pública donde iba a quedar registro, sino en un hotel, lo que demuestra la opacidad absoluta de esa gestión” y de “la clandestinidad de esta sombría reunión”, aseguró Luciani.
“Luego de la reunión con Julio Mendoza, José Francisco López coordina una reunión para el día siguiente con la doctora Cristina Fernández. No es casual esta reunión justo después de reunirse con Mendoza”, afirmó Luciani al exponer transcripción de los mensajes de texto entre el exfuncionario y el ex secretario privado de la entonces mandataria, Mariano Cabral.
Cabral le confirmó a López que Cristina lo recibiría en Olivos a las 11.30 de la mañana del 27 de noviembre.
Un minuto y medio después, según los mensajes expuestos, López volvió a escribirle al presidente de Austral Construcciones por Whatsapp. “Mañana la veo 11.30 hs. Esperame”. La respuesta de Mendoza fue: “Ok. Hacerle fuerza el negro” (sic).
La reunión entre Cristina y López se concretó, según consta en los mensajes. Ese mismo día, después de la reunión en Olivos, López se comunicó con la nuera de Fernández de Kirchner, Rocío García, entonces pareja de Máximo Kirchner. “Hola, me pidió Cristina que lo vea a Maxi hoy”, le escribió López en un mensaje de texto. García le respondió que le avisaría al hijo de la entonces presidenta.
Al día siguiente a la reunión en Olivos, López, Mendoza y Nelson Periotti -titular de Vialidad Nacional durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner- coordinan viajar a Río Gallegos, según un intercambio de mensajes que quedaron registrados en el teléfono de López.
“Debía ejecutarse el plan a más tardar el lunes 30 de noviembre de 2015”, afirmó Luciani en base a esas mismas comunicaciones. El “plan” era la salida de las empresas de Báez de Santa Cruz y el despido de empleados, aseguró el fiscal.
El 28 de noviembre de 2015, López le escribió a Mendoza: “Lunes necesitaría ver nómina de personal con valores de quincena, liquidación final y Fondo Desempleo”. El presidente de Austral Construcciones le respondió: “¿Qué sos, el auditor?”. López amplía: “Lunes a primera hora. Para (que) la Sra. Nva (vea) y tome decisiones”.
“Limpiar todo”, fue la siguiente orden de López al presidente de Austral Construcciones el mismo 28 de noviembre. “Nunca más retomar las obras”; “sólo que no hay que dar sensación de fuga”, agregó el entonces funcionario. “El lunes o martes limpiamos a todos”, le respondió Mendoza. “Ahora es final. Neutralización. Despido. Pago. Después acomodamos lo que quieran”, agregó.
“Esto es exactamente lo que pasó porque primero abandonaron las rutas, no le pagaron a los empleados, los despidieron pero después se pagó, se siguió el plan, señores jueces”, aseguró el fiscal. Luciani explicó que Vialidad, ya a cargo de Javier Iguacel, durante el gobierno de Mauricio Macri, pagó certificados de obra vencidos a las empresas de López para que éstas saldaran sus deudas con los trabajadores que protestaban en Santa Cruz por los despidos.
Para Luciani, no hay dudas “de la connivencia entre Lázaro Báez y la entonces presidenta de la Nación”. El lunes 30 de noviembre de 2015, Mendoza le escribió a López: “La señora llega a la tarde (a Río Gallegos) y L (se sobreentiende, Lázaro) se junta con ella”.
El 1° de diciembre de 2015, el propio Báez escribió desde su teléfono a López: “José, atendeme un minuto. Lázaro. Gracias.” y agrega: “Es para coordinar con lo que me dijo la señora. Gracias”.
Ese mismo día, Carlos Joaquín Alonso, exdirectivo y accionista de empresas de Báez designado en 2011 directamente por Fernández de Kirchner como Subadministrador General de la Dirección Nacional de Vialidad envió a la constructora de Báez una nota comunicando que el organismo no pagará los certificados de obra “debido al agotamiento de las partidas presupuestarias anuales” y que debían ser aprobadas por el ministerio de Economía a través de partidas extraordinarias.
Luciani sostuvo que esa nota fue remitida como parte del plan de limpieza coordinada desde el Ejecutivo. Luego expuso una serie de mensajes y cruces de llamados previos a la acreditación de esos fondos que debía aprobar Economía.
Sin embargo, “para esa fecha no existían certificados de obra pendientes (para las empresas de Báez) e incluso se habían abonado por adelantado”. El objetivo de esa nota, dijo Luciani, fue darle “un justificativo para abandonar las obras que hasta ese momento estaba obligada a cumplir” cuando concluía el mandato presidencial de Fernández de Kirchner.
ED/MG
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