Texto incierto y la épica del “ave Fénix” de Santiago Caputo: la ley Bases vuelve a Diputados
“El Congreso está muerto, che. Yo fui recién y no había nadie”. Aún eran horas de sol el jueves pasado y un diputado clave del PRO –que está metido directamente en las conversaciones con el Gobierno sobre la nueva la ley Bases– graficaba en sus palabras el parate parlamentario de los últimos 15 días. Como contraste, en la Casa Rosada, Nicolás Posse y Guillermo Francos recibían a los gobernadores de Juntos por el Cambio para hacerse de un apoyo que no está sellado. Javier Milei buscó adrede que el feriado extra largo juegue a su favor y logró un silencio prudencial contra lo que considera un “nido de ratas”. Pero su autoimpuesto tiempo de gracia está a punto de finalizar: la Ómnibus bis llega esta semana a Diputados, aunque es un misterio qué alcance tendrá su texto definitivo.
En contraste con el frenético toma y daca con los aliados durante las sesiones extraordinarias que hicieron del despacho de Martín Menem un territorio okupa por los aliados, esta vez el jefe de Gabinete y el ministro del Interior parecieron buscar con tiempo una mayoría sustentable. Así, mucho antes de encontrarse con los mandatarios cambiemitas, hicieron circular en los WhatsApp de todos los gobernadores un borrador de la iniciativa. También recibieron en Balcarce 50 a los bloques del PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal.
De esas reuniones por separado, el cónclave que tuvieron las espadas de Milei con la fuerza de Miguel Pichetto fue quizás el más significativo porque de ese bloque depende el oficialismo –otra vez– para destrabar el quórum. Está descontado el acompañamiento de los 37 amarillos y de una veintena de radicales, pero es incierta la votación de los 22 de HCF, que abarca desde la Coalición Cívica a Ricardo López Murphy, de los cordobeses de Martín Llaryora a los “sin tierra” como Emilio Monzó y Nicolás Massot. La definición de los federales podría impactar además en los 8 miembros de Innovación Federal –el espacio de los gobernadores de Salta, Misiones y Río Negro– y en el resto de las fuerzas provinciales minoritarias.
Aunque parece lejana, esa reunión que ocurrió el 16 de marzo –hace casi un mes– dejó señales que aún perduran sobre la estrategia legislativa del oficialismo. De hecho, fuentes directas del encuentro aseguran que desde entonces no tuvieron más novedades sobre la ley. Una fuente directa contó que luego de la foto de rigor, Francos rompió el hielo con un comentario sobre el clima, lo que causó sorpresa entre los invitados: estaban Pichetto, Monzó y Massot, pero también Stolbizer y el cordobés Oscar Agost Carreño. Tras un momento de zozobra, el exjefe de los senadores del kirchnerismo y excandidato a vice de Mauricio Macri aprovechó su curtida experiencia y tomó las riendas de la reunión. Planteó, sin que le pregunten, qué cambios debería tener la nueva ley para no volver a fracasar como en febrero.
Caputo y el ave Fénix
A Pichetto lo escucharon Posse y Francos, pero sobre todo Santiago Caputo, ojos-oídos-boca de Milei en la negociación por la ley Bases bis. “Nene”, le dedicó el jefe de HCF en varias oportunidades. Y Monzó, que fue titular de Diputados durante el macrismo, le recomendó “dejar de gobernar por Twitter”. Le hizo notar que la Cámara Baja es “más pasional” y contrapuso que el Senado es “más racional”. Le aconsejó a Caputo que Milei evite cualquier reacción mediática o en redes sociales contra los diputados durante la votación.
Caputo admitió “estar aprendiendo”, según relató un testigo directo a elDiarioAR. Pero fiel a su rol de propagandista político, el asesor presidencial les adelantó a los federales que el Gobierno no perdería la oportunidad para hacer de la nueva ley Ómnibus otra épica libertaria. El Presidente en su momento buscó aprovechar la derrota parlamentaria para profundizar sus críticas a “la casta”.
La idea que tiene Caputo –recogió este medio de dos fuentes distintas– es mostrar que la iniciativa renace “de sus propias cenizas” en el plenario de comisiones de Legislación General, Asuntos Constitucionales, y Presupuesto y Hacienda. “A lo ave Fénix”, metaforeó un diputado. En esa lógica, en las próximas horas no ingresaría a mesa de entradas de la Cámara Baja un proyecto desde cero, sino que se desempolvaría aquel texto que en su momento el jefe del bloque oficialista, Oscar Zago, pidió en el recinto que “vuelva a comisiones” tras la seguidilla de derrotas en las votaciones en particular.
Con la épica del ave Fénix se le daría a la nueva Ómnibus un tratamiento exprés: mera discusión entre los legisladores, sin intervención de funcionarios, que ya desfilaron en las comisiones durante el verano. Con ese ritmo, se espera para dentro de dos semanas que vaya al recinto. El día ya está elegido: el 17 de abril. En caso de demora, apenas se atrasaría para los últimos días de abril. Así los libertarios, que ansían tener la media sanción de Diputados, creen que para mediados de mayo el Senado le estaría poniendo su broche final, justo para cumplir con el pomposo Pacto de Mayo del 25 de ese mes, en Córdoba, también un invento de la factoría Caputo.
Un texto en discusión
Más acotada que la original –se pasó de unos 600 artículos a menos de 300–, lo llamativo es que el corazón de la ley Bases bis sigue en disputa. Ya no se discute la delegación de superpoderes al Presidente, sino los puntos del capítulo fiscal, como Ganancias y el futuro de las cajas jubilatorias, que ni siquiera la reunión con los gobernadores de JxC logró destrabar, donde también estuvo pero no apareció públicamente Santiago Caputo. Además está en negociación la posibilidad de incluir en el articulado la reforma laboral para saltear el veto de la Justicia por el megaDNU 70.
“Ellos piden que les den la guita que les retuvieron de las cajas jubilatorias, además de que se suba el piso de Ganancias”, dijo el vocero de un gobernador del radicalismo que estuvo en la Rosada el jueves. Con los mandatarios hay asperezas sobre el futuro de las deudas previsionales y la armonización de las cajas jubilatorias por el recorte que hizo Milei vía DNU. Además, no hay acuerdo sobre cómo sería la restitución de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias –que llevaría un nuevo nombre– por las diferencias salariales entre las jurisdicciones.
También hay reparos cerca de Llaryora, en su momento verdugo de la primera ley Ómnibus y que esta vez no fue invitado a la Rosada, aunque mantiene diálogo abierto con Francos y hasta con la ministra Patricia Bullrich y la canciller Diana Mondino. “Esperaremos el borrador cuando entre a comisión y comience a tratarse”, adelantó un diputado que responde directamente al gobernador.
Pese a la cualidad fundacional que busca impregnar La Libertad Avanza, la nueva ley Bases que esta semana va camino a su segundo intento en el Congreso ya no despierta el mismo entusiasmo ni en aquellos que comparten los lineamientos filosóficos de los libertarios: “Yo creo que no tienen ley”, afirmó una voz en el PRO que estuvo cara a cara con Posse, Francos y Caputo. A tono con la escasa actividad del Parlamento, así como las pocas cartas que muestra el Gobierno, planteó: “De la ley Ómnibus no hay novedades. Ni borrador nuevo ni información. Nos enteraremos en la comisión”.
MC/DTC
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