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Las causas están prescriptas

Villarruel: “Todos los montoneros tienen que estar presos respondiendo por ensangrentar nuestra nación”

Victoria Villarruel, este martes en el Senado.

Mauricio Caminos

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En un acto organizado por su cuenta en el Senado, casi sin presencia de funcionarios del Poder Ejecutivo, Victoria Villarruel le lanzó un reclamo a la Justicia vinculado con su causa política personal: la reapertura de los expedientes que involucran a grupos guerrilleros por haber cometido secuestros y/o asesinatos durante los 70. La propuesta es temearia porque esos delitos no son considerados delitos de lesa humanidad.

“Todos los montoneros tienen que estar presos respondiendo por ensangrentar nuestra nación”, lanzó desafiante la vicepresidenta en un evento que armó para conmemorar el Día Internacional de las Víctimas del Terrorismo. “Los asesinos, en las cárceles”, planteó.

Villarruel fue ama y señora del acto: no sólo protagonizó el discurso de cierre y ocupó la butaca principal de la primera fila, sino que la transmisión en directo por la señal de Senado TV la ponchó en reiteradas oportunidades durante todas las intervenciones antes de sus palabras. La vice se rodeó de un significativo grupo de personas para instalar su presentación bajo el latiguillo negacionista del terrorismo de Estado que pregona la teoría de los Dos Demonios y que el Gobierno ya hizo propia.

“La memoria completa”, apuntaló Villarruel, que acusó directamente a Néstor y Cristina Kirchner por sus políticas de reapertura de las causas contra los militares: “El kirchnerismo construyó una oscuridad pestilente sobre la década más dolorosa de nuestra historia. Hace más de cuatro décadas grupos terroristas lastimaron a miles de argentinos: peronistas, radicales, personas apoliticas, civiles, gente pudiente y muy humilde. Grupos terroristas los usaron de excusa para la disolución nacional y trataron de que flameara un trapo rojo ajeno a nuestras costumbres y tradiciones”.

El acto fue organizado por Claudia Rucci, en lo formal directora del Observatorio de Derechos Humanos del Senado, pero más conocida por ser hija del sindicalista asesinado por Montoneros, José Rucci, en 1973. Algo más que una misma mirada sobre la historia conecta a Villarruel con Rucci: Ariel Lijo, candidato de Javier Milei a la Corte Suprema.

El juez determinó en 2012 que el asesinato del entonces secretario de la CGT no fue un delito de lesa humanidad y, por lo tanto, no puede quedar sujeto a la cláusula de imprescriptibilidad. Ese es uno de los motivos por los cuales Villarruel es una de las más firmes opositoras a la designación de Lijo como juez supremo. “Que la verdad no sea otra cosa que la verdad”, reclamó este martes Rucci en su discurso en el Senado.

Con el acto de este martes Villarruel tocó varios puntos sensibles para la Casa Rosada. Primero habrá qué ver cómo reacciona el kirchnerismo a semejante afrenta de sus banderas, porque Unión por la Patria es el bloque que tiene la llave para que avance el pliego de Lijo en el Senado. En las últimas horas hubo hasta una mini interna entre Cristina Kirchner y el jefe de la bancada, José Mayans, por considerar a la vice como “peronista”.

Pero también Villarruel se lanzó a encabezar el acto el mismo día en que los libertarios en Diputados estaban por expulsar del bloque a Lourdes Arrieta, una de las “arrepentidas” por haber visitado a Alfredo Astiz y otros represores en la cárcel de Ezeiza. Finalmente renunció. Hay una cobertura oficial sobre los organizadores de ese encuentro como Beltrán Benedit y Guillermo Montenegro (ex mano derecha de la titular del Senado). Pero hay en el ala más mileísta, como Lilia Lemoine, que acusa a la vice de haber alentado ese viaje a la cárcel.

Ante de su discurso, Villarruel le dio voz a la organizacióni Víctimas de Terrorismo de los años 70. Habló Gloria Paulik, hija del sargento Juan Paulik, quien murió en el atentado de Montoneros en la Superintendencia de Seguridad Federal. Entre el público estuvo además Juan Bautista “Tata” Yofre, actual director de la Escuela Nacional de Inteligencia de la nueva SIDE, órgano que lideró entre 1989-1990. También se la vio a la exdiputada antiabortista Cynthia Hotton.

“Reabriremos todas las causas de víctimas del terrorismo para que sea la Justicia la que haga lo que debió hacer hace más de 20 años”, dijo Villarruel, aunque no está claro de qué manera se podrían avanzar su propuesta: están prescritas porque no son de lesa humanidad.

El impedimento que tiene la avanzada de Villarruel fue ratificada ante elDiarioAR por reconocidos juristas. El constitucionalista Andrés Gil Domínguez afirmó que esos expedientes, más allá del tenor de los delitos, no pueden abrirse cuarenta años después: “Están prescriptas las causas porque no son de lesa humanidad”, señaló. Es la diferencia clave sobre los actos cometidos por los militares durante los setenta en manos del aparato del Estado.

Villarruel en su exposición buscó dar vuelta la carga de la prueba. No habló del gobierno militar de facto, sino que sólo se referió al Estado cuando fue administrado por los Kirchner. “Desde el Estado se vanagloriaban los crímenes atroces del terrorismo”, dijo al criticar las políticas de reapertura de esas causas. La vice aseguró que “quisieron silenciar una batalla desigual contra la maldad humana”.

“De qué derechos humanos pueden hablar aquellos que las violaron para que los terroristas se conviertan en los adalides morales de nuestra historia”, agregó en su discurso y reformuló a su modo la consigna de Memoria, Verdad y Justicia que levantan los organismos de derechos humanos: “Justicia, verdad y reparación para las víctimas del terrorismo”, afirmó.

MC/JJD

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