Con la mitad de los estudiantes de tercer grado sin comprensión lectora, lanzan una campaña por la alfabetización
Alfabetizar a la población. Esa era la misión que comenzó Sarmiento allá por 1860, hace poco más de un siglo y medio. Convencido de la educación como un pilar para el desarrollo de la nación argentina y de sus ciudadanos, se abocó a la construcción de escuelas y promovió la sanción de la Ley 1420 de Educación que establecía la obligatoriedad de la instrucción primaria y sentó las bases para la construcción de una enseñanza de calidad.
Hoy, la Argentina desteje el entramado que inició el padre del aula hace cientos de años, al igual que Penélope deshace su tejido por las noches a la espera de Ulises. El desempeño nacional en las evaluaciones de nivel educativo en lugar de mejorar, retrocede como aquel tejido hasta alcanzar los resultados actuales que revelan que el 46% de los chicos de tercer grado no comprende lo que lee.
A pesar de esta cifra, que es incluso 15 puntos porcentuales más elevada entre los estudiantes de menor nivel socioeconómico, la educación continúa relegada en una agenda pública en la que la inseguridad y los problemas macroeconómicos ocupan posiciones protagónicas. Este es el desafío que asumen, hoy, más de un centenar de organizaciones de la sociedad civil con el lanzamiento de la campaña nacional #NoEntiendenLoQueLeen, que busca reestablecer la prioridad de la educación en el debate.
“Que logremos una Argentina en la que todos nuestros chicos y chicas puedan entender lo que lean en la escuela, en su casa, en la vida. Esa es nuestra misión”, expresa el video institucional que inaugura la campaña encabezada por el Observatorio de Argentinos por la Educación en conjunto con otras agrupaciones. Entre muchas otras, se destacan la Asociación Conciencia, ACDE el grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), Enseñá por Argentina, Junior Achievement y Fundación Leer.
La iniciativa busca generar conciencia y visibilizar las dificultades de lectocomprensión que enfrentan los estudiantes argentinos y movilizar a la sociedad vía redes sociales, en un contexto en el que sus principales preocupaciones, según datos de la Asociación Civil Espacios Políticos, giran en torno a la inflación, la corrupción y la inseguridad.
Llegar a fin de mes debería ser tan importante como llegar al final de la secundaria con niveles, al menos satisfactorios, de Lengua y Matemática. Y el trabajo para lograr esa meta comienza en el nivel primario. Según un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, basado en los resultados de las pruebas regionales ERCE de 2019, sólo 1 de cada 10 alumnos de tercer grado locales exhibe el desempeño más alto en lectura, mientras que en otros países de Latinoamérica como Brasil y Perú, la cantidad asciende a 3 de cada 10.
Esta no es la única dimensión en la que Argentina se encuentra por debajo del promedio regional y otros países latinoamericanos con ingresos similares. De acuerdo con el Observatorio de Argentinos por la Educación, existe una correlación positiva entre los resultados de aprendizaje y el nivel de riqueza. El desempeño de Argentina en las evaluaciones (689 puntos), sin embargo, es sensiblemente más bajo que el de otros estados con PBI per cápita similar: Brasil (748), Cuba (730) y México (713). Incluso países con menor nivel de riqueza como Perú, Colombia, Ecuador y El Salvador obtuvieron mejores resultados en las pruebas ERCE 2019.
En dicha edición de las pruebas, Argentina presentó uno de los mayores retrocesos con una caída del 2% en su desempeño a comparación de 2013, sólo superada por Guatemala con una variación negativa del 3,2%. Además, desde 2006, el país viene destejiendo sus propios logros, lo que lo ha llevado a perder posiciones entre los 13 países que participaron en las tres ediciones realizadas desde entonces: en aquel año, se encontraba en el quinto lugar, mientras que en 2013 descendió al séptimo lugar y, en 2019, al octavo.
“Es notable que un país como la Argentina, que se construyó como sociedad moderna a partir de su oferta educativa, descrea hoy del valor de este factor y relegue al analfabetismo a parte de su población”, destacó Guillermina Tiramonti, especialista en educación y coautora del informe que recopiló estos datos.
Aunque las pruebas revelan los resultados del período pre pandemia, en el período de cuarentena Argentina continuó emulando el comportamiento de Penélope. La escolarización en casa y la ruptura del vínculo cercano entre los docentes y los alumnos impulsó aprendizajes deficientes y problemas educativos, en especial entre quienes estaban comenzando la primaria.
En diálogo con elDiarioAR, Tiramonti había manifestado la dificultad que trae aparejado enseñarle a leer y escribir a un chico por primera vez: requiere de recursos culturales y metodológicos que muchos padres carecen, además de horas de dedicación que, en muchos casos, son escasas dadas las extensas jornadas laborales. Aunque algunos padres y madres aceptaron el desafío, sin el indispensable acompañamiento docente, es difícil creer que los resultados hayan mejorado.
Es necesario, en este contexto, que la educación se convierta en una prioridad en la agenda pública. Recuperar los aprendizajes perdidos y mejorar el nivel de los aprendizajes de los estudiantes locales es posible. Tal como Penélope, destejía por la noche y volvía a avanzar a la mañana siguiente, Argentina puede ofrecer una mejor enseñanza a sus alumnos y cumplir con un derecho tan básico como la educación.
Otros países de América Latina lo lograron, lo cual para Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos, deja una luz encendida al final del camino. “Es esperanzador analizar la situación de países de la región que, con menor o semejante rango de PBI, alcanzan iguales o mejores resultados”, expresó. Lo que necesita Argentina para lograr las mejoras sustantivas que exhibieron otras naciones como Brasil son políticas de alfabetización y atención de los dirigentes políticos y la sociedad en su conjunto.
Hoy, acompañar la campaña ─compartiendo la consigna #NoEntiendenLoQueLeen en redes sociales─ es el primer paso para tomar la agujas y empezar a tejer una educación mejor, digna de la misión que el padre de la Educación nos legó. Es la responsabilidad que tenemos como sociedad hija de las aulas que comenzó Sarmiento hace más de un siglo y medio.
ACM
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