EL DEBATE SOBRE EL DERECHO A MORIR
Eutanasia: el senador Julio Cobos trabaja en un anteproyecto de ley
En febrero, unas semanas antes de la apertura legislativa, el senador nacional por Mendoza, Julio Cobos, reunió a su equipo de trabajo. En otro año marcado por el Coronavirus, entre todos armaron una lista de temas sensibles a la sociedad. Alguien mencionó que la eutanasia ya estaba permitida en Colombia, que España estaba por legalizarla y que en Nueva Zelanda la habían aprobado luego de un plebiscito. “Vimos que el tema estaba avanzando en otros países y decidimos estudiarlo para estar preparados cuando sea el momento”, dice a elDiarioAR el senador Cobos. Pero había, hay, otro motivo, más personal.
En noviembre de 2011, último tramo de su vicepresidencia, Cobos asistía a la larga despedida de su madre. A los 77 años, Alicia Asunción Navarro de Cobos había sido diagnosticada con Alzheimer. Tiempo después, a esa enfermedad degenerativa se le sumó otra, Parkinson. “Mi mamá se fue consumiendo. Sus últimos días fueron muy tristes, para ella y para toda la familia. Estaba totalmente aislada, sin conocimiento de la realidad ni de su historia. Conectada a un respirador y alimentada de manera artificial. De ella quedaba un tercio del físico que había tenido. No podía ser mi vieja, no quería que sufriera más”, sigue Cobos. Su madre falleció diez años después del primer diagnóstico, a los 87 años.
Mi mamá se fue consumiendo. De ella quedaba un tercio del físico que había tenido. No podía ser mi vieja, no quería que sufriera más.
El senador y su familia entraron en el espiral habitual para el entorno que acompaña el tramo final de la vida de una persona que sufre una enfermedad irreversible: ellos preguntaban a los médicos qué podían hacer, los médicos ofrecían opciones para sostenerla con vida. Con el tiempo había menos alternativas. Cuando no hubo más, hubo que esperar el desenlace natural.
La eutanasia es una práctica médica que consiste en provocar la muerte de un paciente a su requerimiento por ser portador de una enfermedad terminal o que provoca un sufrimiento incontrolable, a través de la administración de una medicación o un tóxico en dosis letales. La muerte asistida es un procedimiento que acompaña un médico, pero es la persona que lo ha decidido quien se administra el tóxico. Es un tema controvertido que cruza cuestiones morales y religiosas, entre otras. Hay cautela en Cobos y en el equipo que trabaja en el anteproyecto de ley para legalizar la eutanasia. La idea es lograr una propuesta lo más “ajustada” posible, es decir, que garantice el derecho pero que además deje en claro que la práctica sea “controlada y regulada”.
Anteayer, el diario mendocino Los Andes publicó una entrevista a Daniel Ostropolsky, 71 años, abogado, ex subsecretario de Recaudación y Control en el Ministerio de Hacienda durante el gobierno de Santiago Felipe Llaver y director del Banco Nación durante la presidencia de Fernando de la Rúa. Padece Esclerosis Lateral Amiotrófica, ELA, y pide que le permitan decidir sobre el final de su vida. “Suena absurdo que un animal pueda ser sacrificado cuando está sufriendo (...). La constitución consagra a la libertad como uno de los bienes más preciados y no puede ser coartada, le moleste a quien le moleste”, dijo en la entrevista. Remarca en la nota que cuenta su historia para “instalar un debate demorado”.
En la Argentina, desde 2012 la ley permite que un paciente con una enfermedad terminal e irreversible pida que le retiren el soporte de hidratación y alimentación. Y desde 2015, una modificación del Código Civil habilita a las personas a formular directivas anticipadas: puede consentir o rechazar determinados tratamientos médicos, preventivos o paliativos, y decisiones relativas a su salud. Las directivas deberán ser aceptadas por el médico a cargo. Por otro lado, el acceso a los cuidados paliativos no es suficiente: sólo el 14% de las personas que lo necesitan acceden a este servicio.
Con el de Cobos, hay tres anteproyectos en instancia de revisión. Uno lo trabaja la diputada del Frente de Todos que representa a Córdoba, Gabriela Estévez. El otro es el de Brenda Austin, también diputada nacional por Córdoba, del Radicalismo. Ambas se inspiraron en la historia de Alfonso Oliva, un joven diagnosticado con ELA que, hasta que pudo, pidió por una ley de eutanasia.
VDM
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