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¿Pueden las empresas de petróleo y gas reducir sus emisiones en Vaca Muerta?

Trabajadores de la petrolera estatal argentina YPF pasan frente a tanques de agua utilizados en la fracturación hidráulica en la cuenca de Vaca Muerta, provincia de Neuquén. El venteo, las fugas de metano y el uso de combustible son las principales fuentes de emisiones identificadas por la empresa en el yacimiento

Laura Hevia

Dialogue Earth —

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La reducción de gases de efecto invernadero presenta un desafío para la industria hidrocarburífera en Argentina.

Vaca Muerta, la vasta formación geológica del oeste de la provincia de Neuquén que alberga los mayores yacimientos de petróleo y gas no convencional conocidos fuera de Norteamérica, es una promesa económica para muchos, pero plantea preocupaciones climáticas para otros. Aunque algunas de las empresas que trabajan en la extracción de estos yacimientos están avanzando en sus propios planes de descarbonización, Argentina aún no cuenta con la legislación necesaria para regular el cumplimiento de esas metas.

Si bien se despliegan estrategias que impactan en la reducción de emisiones, los objetivos son diferentes y dispares: desde proyectos para incorporar energías renovables en la extracción de petróleo y gas hasta iniciativas que buscan compensar las emisiones con reforestación y recuperación de bosques degradados en Argentina.

Sin embargo, los esfuerzos de las empresas petroleras y de gas por hacer frente a sus emisiones siguen siendo polémicos, y algunos cuestionan su capacidad para embarcarse en un proceso de descarbonización real mientras siguen produciendo combustibles que generan aún más emisiones. También se han planteado dudas sobre la falta de directrices gubernamentales que puedan regular y dirigir sus acciones.

Lagunas en la regulación de emisiones

En 2023 la Secretaría de Energía de la Nación dictó la Resolución 970 que crea el “Programa Nacional de Medición y Reducción de las Emisiones Fugitivas Derivadas de las Actividades de Exploración y Producción de Hidrocarburos”. El mismo planteó como objetivos la medición de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) junto con la presentación por parte de las operadoras en el país de un plan a cinco años para su reducción y/o captación mediante acciones concretas.

En Neuquén hubo avances similares. En 2022 la provincia inició un plan para que las petroleras presenten sus emisiones y así crear un registro propio. Sin embargo, aún no fue implementado.

Fuentes de la Subsecretaría de Hidrocarburos de Neuquén que pidieron no ser identificadas indicaron que “no hay nada sistematizado”. “Se solicitó a las operadoras que informen sus emisiones, lo hicieron a través de sus reportes de sustentabilidad, pero se recibió información muy heterogénea porque cada una mide de formas diferentes”.

En el medio, reconocen, el cambio de gestión del gobierno provincial paralizó las intenciones de continuar con este proyecto. Sostienen que fue afectado por el cambio de las estructuras estatales ya que “no sabemos si lo va a trabajar la subsecretaría de Ambiente o la de Hidrocarburos”, dijo la fuente consultada.

Además, aseguran que las petroleras grandes trabajan en reducir las emisiones, especialmente las que están en Vaca Muerta, pero que algunas más pequeñas “no tienen planes ni piensan tenerlos”.

La fuente de Neuquén agregó que hay dos proyectos en estudio que permitirán avanzar en este tema: un decreto de emisiones fugitivas y una ley provincial de cambio climático, que abarcaría a todas las actividades productivas.

Compromisos globales

Durante la cumbre climática COP28 de 2023, más de 50 empresas petroleras firmaron la Carta de Descarbonización del Petróleo y el Gas (OGDC), comprometiéndose a lograr un “impacto a gran escala” y a acelerar la acción climática dentro de la industria. En aquel momento, los firmantes producían más del 40% del petróleo mundial, y entre ellos se encontraban varias empresas que, según informes, estaban implicadas en Vaca Muerta: las multinacionales TotalEnergies, Shell, BP ExxonMobil y Equinor, la estatal brasileña Petrobras y la argentina YPF.

Entre los objetivos, la carta plantea poner fin a la quema rutinaria de combustibles fósiles para 2030, alcanzar emisiones de metano cercanas a cero, lograr las mejores prácticas de la industria en la reducción de emisiones, invertir en el sistema energético del futuro como energías renovables, aumentar la transparencia, y acelerar la descarbonización en las operaciones.

En consonancia, la Agencia Internacional de Energía (AIE) publicó en diciembre de 2023 un documento sobre el papel de la industria del petróleo y el gas en la transición energética donde recomendaba que las productoras de hidrocarburos deberían destinar la mitad de sus inversiones a energías limpias de aquí a 2030 para alcanzar los objetivos de la OGDC y ajustarse al Acuerdo de París sobre cambio climático. Pero el informe también señala lo significativo que sería este cambio: en 2022, la industria del petróleo y el gas habría destinado tan solo el 2,5% (20.000 millones de dólares) de sus inversiones en energías limpias.

La estrategia de Shell en primer plano

La petrolera británico-holandesa Shell, con intereses en el yacimiento de Vaca Muerta, ratificó su compromiso de “convertirse en un negocio energético de emisiones netas cero para 2050”, de acuerdo con el Acuerdo de París. 

Según documentos de la empresa compartidos con Dialogue Earth, Shell ha dado prioridad a la “medición precisa y confiable” de sus emisiones de metano, el gas de efecto invernadero liberado durante la extracción y el uso de combustibles fósiles que tiene un potencial de calentamiento del planeta a corto plazo 80 veces superior al del dióxido de carbono. Shell afirma que cumple las normas establecidas por The Oil & Gas Methane Partnership 2.0, que es la única referencia mundial existente en el sector.

Fuentes de Shell dijeron a Dialogue Earth que las operaciones argentinas lograron una reducción del 60% en la intensidad de carbono ―la cantidad de CO2 requerida por unidad de energía producida― en 2023, en relación con sus valores de 2019. Un portavoz de la empresa afirmó el año pasado que la intensidad de metano también se había reducido en un 72% en ese período, aunque este tipo de informes suelen estar plagados de datos y mediciones inadecuadas, y no se ha llevado a cabo ninguna verificación independiente de estas cifras.

Shell se comprometió a una reducción al 20% de emisiones para 2030. En 2021 un tribunal en Países Bajos había condenado a la empresa a reducir un 45% sus emisiones a 10 años por considerarla responsable del cambio climático por emisiones asociadas a sus clientes y proveedores. Recientemente, la compañía modificó sus objetivos globales por una nueva meta de entre 15% y 20%, alegando la fuerte demanda de gas y la incertidumbre en torno a la transición energética en un contexto de preocupación por los costos y el suministro.

En relación a sus operaciones locales, el presidente de Shell Argentina, Ricardo Rodríguez, afirmó que “hemos asegurado medir y certificar nuestra huella de carbono. Es un proceso que lleva tiempo y se hace por niveles, pero lo estamos haciendo”.

Shell Argentina afirma que está electrificando sus operaciones utilizando energías renovables. Por ejemplo, en marzo firmó un acuerdo con la empresa de energía Genneia, que suministrará energía eólica y solar a sus operaciones en Vaca Muerta durante siete años.

En Vaca Muerta, la empresa informa que ha sustituido la energía de gas por energía renovable en sus bloques de pozos Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Coirón Amargo Sur Oeste. Para ello ha tenido que modernizar las redes eléctricas existentes, construir una subestación eléctrica y tender 60 kilómetros de líneas de alta tensión. Se estima que esto reducirá las emisiones de las operaciones en una media de 20.000 toneladas equivalentes de dióxido de carbono al año durante todo el ciclo de vida de estos bloques.

Por otro lado, aseguran que investigan opciones para electrificar la perforación en el bloque Bajo de Añelo. Esto permitirá reducir las emisiones asociadas a la combustión por diésel.

Resultados mixtos para YPF

La empresa energética argentina controlada por el estado YPF identificó como sus principales fuentes de emisiones el venteo, las fugas de metano y la combustión por el uso de combustibles fósiles en sus operaciones en Vaca Muerta. Entre las soluciones propuestas figuran la disminución de la práctica de venteo, un plan de reparación y renovación de sus equipos y la transición a fuentes de energía renovables para sus operaciones.

“Hemos logrado superar el objetivo de reducir más del 12% las emisiones de carbono en Vaca Muerta y en la producción de no convencionales en general”, sostuvo Silvina Oberti, gerenta de Sostenibilidad y Transiciones Energéticas de YPF durante el evento Argentina Energy Summit en mayo. Al mismo tiempo, enfatizó en que esto será importante para darle más competitividad a sus productos, ya que con una menor huella de carbono podrían “llegar a los mercados externos”.

Según la información brindada a través de su Reporte de Sustentabilidad, 2022 fue el quinto año consecutivo en que YPF logró bajar la intensidad de las emisiones directas. Además, en el reporte la empresa afirma que para 2027 esperan reducir en al menos el 30% la intensidad de sus emisiones y a la mitad la práctica de quema o venteo (flaring). Para ese año también proyecta una reducción de emisiones de metano del 10%, llegando al 30% para 2030 cuando esperan haber eliminado el venteo de sus operaciones.

La empresa cree que los progresos actuales le permitirán superar sus objetivos para 2030. También espera reducir su huella de carbono global mediante la captura de carbono y la participación en proyectos de hidrógeno.

El bloque La Amarga Chica, operado conjuntamente con la empresa malaya Petronas, es la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero de YPF entre sus intereses en Vaca Muerta. La empresa argentina afirma que realizó una reducción de la quema que implicó una baja de 260.000 toneladas de dióxido de carbono equivalente por año de sus emisiones.

“Desde 2020 la petrolera gestiona la evaluación, detección y medición de emisiones de metano y venteos con diferentes tipos de tecnologías, como imágenes satelitales y aéreas para fortalecer las actividades que se realizan en terreno con cámaras portátiles de detección”, aseguran en el reporte.

Si bien la compañía afirmó que trabaja junto a sus distintas subsidiarias ―YTec, YPF Litio e YPF Luz― para reducir las emisiones en el upstream [exploración, descubrimiento y producción del petróleo y el gas], en el sector de refinación detectó un aumento del 5% de sus emisiones directas en 2022. Si se tiene en cuenta que el procesamiento de crudo fue mayor en 2023, esta cifra puede haberse incrementado, aunque aún no se tienen datos al respecto.

Vista ramifica sus estrategias de compensación

La empresa Vista Oil & Gas, con presencia en Argentina y México, apunta a proyectos de compensación de carbono junto a estrategias que le permitan disminuir sus emisiones en la producción de no convencionales en Vaca Muerta a través del uso de energías renovables. El venteo y la expansión fueron, según sus estudios, sus principales fuentes de emisiones de metano.

“Vamos a la descarbonización como un concepto de evolución: el mundo demanda energía accesible y confiable y allí Vaca Muerta tiene una oportunidad”, dijo el director de operaciones de Vista, Matías Weissel, en un evento a principios de este año. Luego aseguró que el objetivo es que las operaciones en Vaca Muerta sean netas cero en 2026, algo “completamente alcanzable” al tiempo que se triplica la producción. Esto requeriría una reducción del 75% en su intensidad de emisiones en comparación con el nivel de 2020, según un informe de sostenibilidad de la empresa.

“Nuestra estrategia se basa en proyectos completos de recuperación de vapor [la inyección de vapor, un método para aumentar la producción de los pozos], la electrificación de nuestras instalaciones, el uso de renovables y la compensación”, agregó Weissel.

Para esto, creó una firma subsidiaria ―Aike― encargada de llevar adelante su portfolio de soluciones basadas en la naturaleza, lo que, aseguran, “constituye un hito significativo hacia el logro de nuestra ambición de ser carbono neutrales en 2026”.

Bajo este esquema, Vista inició varias acciones de compensación que incluyen forestación mixta, conservación forestal, y el apoyo a proyectos de ganadería y agricultura regenerativas. El primer proyecto incluyó la forestación de 2.200 hectáreas en la provincia de Corrientes, en el noroeste de Argentina, y la compra de 4.900 hectáreas en Salta, en el norte del país, para un proyecto de conservación. El objetivo es evitar las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques en una provincia que registró unas de las tasas de deforestación más altas de Argentina en 2023.

Vista informa que también ha firmado acuerdos para apoyar prácticas ganaderas sostenibles en 4.000 hectáreas en la provincia de Santa Fe y en 1.500 hectáreas en Salta.

Por otra parte, Vista firmó a principios de año un acuerdo con el gobierno de Neuquén para estudiar si es posible capturar emisiones de carbono mediante plantaciones de pinos en Huinganco, al norte de la provincia.

Sin embargo, estos sistemas de compensación, sobre todo los que afectan a la silvicultura, son objeto de debates y controversias constantes, con varios escándalos que ponen en duda la veracidad y la durabilidad de sus reducciones de emisiones, en las que las empresas confían cada vez más para sus informes sobre emisiones de carbono.

Camila Mercure, responsable de política climática de la ONG argentina Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), manifestó a Dialogue Earth su preocupación por la eficacia de las compensaciones. “Hay que dar prioridad a las medidas que tiendan a evitar o reducir las emisiones, pero no a las medidas de compensación, ya que no se está atajando el problema en la fuente, es decir, en el origen”, afirmó.

Pluspetrol y el minado de criptmonedas

A diferencia de Shell y Vista, la empresa latinoamericana Pluspetrol no tiene metas de reducción presentadas en su plan de sustentabilidad y sus autoridades creen que el país debe establecer sus propios objetivos, diferentes a los mundiales. Por el contrario, sus informes indican que en los últimos años sus emisiones aumentaron.

Adrián Vila, gerente general de Pluspetrol, afirmó en un evento este año que “la transición energética es una oportunidad, pero en la parte de líquidos [petróleo] nos tenemos que apurar”, sugiriendo que las empresas deben apresurarse a producir más, algo que estudios han advertido en contra, si se quieren cumplir los objetivos del Acuerdo de París. “La agenda ha ido mutando y creo que los objetivos tienen que ser realistas. Argentina tiene muchos recursos y hay que definir cuál será la ventana en la que se hará [la transición] en relación a otros países”, agregó.

Paralelamente, la firma encabeza un proyecto que le permite reducir el gas de venteo y utilizarlo en el minado de criptomonedas. La iniciativa comenzó en 2023, es llevada adelante por la firma argentina Unblock y convierte al país en el segundo en utilizar este método después de Estados Unidos. También es replicada en Vaca Muerta por las empresas Tecpetrol y Pampa Energía.

La actividad permite a la compañía reducir sus emisiones desde sus instalaciones en el área Loma Jarillosa Este. El proceso ―que consume mucha energía― consiste en utilizar el gas que iría a venteo para alimentar generadores de electricidad. Esos mismos generadores electrifican los módulos computacionales que permiten hacer el minado de criptomonedas. El impacto de la mitigación del venteo aún no fue publicado por la empresa.

En 2021, las emisiones totales registradas por Pluspetrol en Argentina fueron de 25,01 kg de CO2 equivalente por millón de barriles de petróleo, según sus informes de sostenibilidad. En 2022, esta cifra fue de 25,22 kg. En 2021, las emisiones de metano representaron el 13,65% de sus emisiones totales de gases de efecto invernadero, manteniéndose relativamente constantes al año siguiente, con un 13,97%.

Hay una lógica en la industria de competir y ver quién vende el último barril, así que todo el mundo intenta reducir su huella de carbono para ser el último en venderlo

Enrique Maurtua Konstantinidis consultor sobre cambio climático

En este sentido, el informe Global Flaring and Venting Regulations del Banco Mundial da cuenta de que entre 2012 y 2022 las emisiones por venteo aumentaron en Argentina un 83%, lo que ubica al país en el puesto 20 de los países con mayor emisiones por flaring.

Durante ese período, según datos del gobierno, Loma La Campana de YPF representó la mayor proporción de eventos de quema (12%). Le siguen La Calera de Pluspetrol, El Portón de YPF, y Loma La Lata y San Roque de Total Austral. Cada una registró más del 5% de eventos de quema.

En toda la actividad hidrocarburífera nacional no hay un registro oficial de las emisiones generadas. La información con la que se cuenta es la generada por las operadoras que publican mediciones anuales, aunque solo algunas lo hacen.

El hecho de que la supervisión de este seguimiento y de los esfuerzos por reducir las emisiones recaiga en las empresas es una fuente de frustración para algunos observadores, que consideran que estas medidas siguen sin abordar los problemas más importantes. “Las formas en que las petroleras abordan su propia huella operativa son interesantes, pero no resuelven el problema, porque no cambian el hecho de que se van a quemar combustibles que generan emisiones”, dijo a Dialogue Earth Enrique Maurtua Konstantinidis, consultor sobre cambio climático.

Maurtua Konstantinidis también cuestiona los motivos de la industria, que mira hacia el futuro: “Hay una lógica en la industria de competir y ver quién vende el último barril, así que todo el mundo intenta reducir su huella de carbono para ser el último en venderlo”.

Este artículo fue realizado en el marco de una beca sobre net zero de Earth Journalism Network (EJN), Banco de Bosques, Claves21 y Periodistas por el Planeta.

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