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UNIDAD DE INVESTIGACIÓN

Cristina Dorador, bióloga chilena: “Lamentablemente, nosotros tenemos experiencia sobre destrucción y extinción de salares”

Dorador es doctora en Ciencias Naturales e integró la Convención Constitucional de Chile en representación de la Región de Antofagasta.
18 de noviembre de 2024 00:00 h

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“Sabemos lo que les pasa a los salares cuando se les saca el agua: disminuye su biodiversidad al disminuir las lagunas y pueden secarse completamente. Es un daño impresionante”, afirma Cristina Dorador, bióloga chilena y una de las científicas que más ha estudiado los salares. Es también doctora en Ciencias Naturales e integró la Convención Constitucional de Chile en representación de la Región de Antofagasta. Dorador sabe que la experiencia chilena es otro escenario que Argentina podría repetir en el futuro. 

En una entrevista con elDiarioAR y Mongabay, la científica se remonta a los inicios para explicar la importancia de estos sistemas de vida llamados salares. “Los salares son ecosistemas acuáticos, que en el pasado fueron grandes lagos, grandes paleolagos, que con el tiempo se fueron evaporando, secando y también separando entre sí”, explica Dorador.

“Estos legados de antiguos lagos son fundamentales para el lugar donde están porque estamos hablando de una zona que es bastante árida”, dice Dorador. “Son los reservorios de agua de los Andes”, agrega. “Además, concentran la mayor biodiversidad de la zona, tanto del Altiplano como de la Puna. Por lo tanto, son fundamentales para el funcionamiento del ecosistema, pero también para los ciclos biogeoquímicos: estos salares están produciendo gases, pero también están concentrando otro tipo de elementos en reservorios, como CO2, metano y otro tipo de Gases de Efecto Invernadero (GEI)”, sostiene la bióloga. 

Con promesas de trabajo y provisión de servicios básicos, Tecpetrol, la petrolera de la multinacional ítalo-argentina Techint, logró ingresar a la zona más conflictiva para la minería de litio: la cuenca de Salinas Grandes y la Laguna de Guayatayoc, en la Puna jujeña, como informa elDiarioAR junto a Mongabay en esta investigación conjunta. 

Allí, la compañía logró el acuerdo parcial de la comunidad indígena de Rinconadillas, dividida por la posibilidad de que la petrolera explore y encuentre litio en la porción de la laguna que forma parte de su territorio. La preocupación con respecto al uso del agua y a las consecuencias en el medio ambiente divide a la comunidad jujeña.

Tecpetrol sostiene que de encontrar litio en la laguna aplicará un sistema más moderno de extracción de litio, que evita las cuestionadas piletas de evaporación, principal método de extracción de este mineral en la zona, que implica el uso de mayor cantidad de agua. 

Los salares tienen implicancias en el clima local y en la vida de las personas que habitan en la zona, asegura Dorador. La científica precisa que a diferencia de otros lugares del mundo donde el litio se encuentra en roca, en el norte de Chile, el sur de Bolivia y el norte de Argentina, zona conocida como “el Triángulo del litio”, este mineral se encuentra en los salares. “Se trata de un mineral que está concentrado en un ecosistema acuático. Por ello se habla de una minería del agua”, asegura. 

Básicamente, para obtener este mineral, hay que sacarlo del agua. “El litio se encuentra contenido en salmueras: agua con alta concentración de sal, que están generalmente en las partes más profundas de los salares. Por lo tanto, hay que bombearla hacia la superficie”, detalla Dorador. La forma más común de extracción es a través de pozas o piletas de evaporación, que muchas veces se hace en la superficie de los salares mismos. Estas piletas llegan a ser tan grandes que se alcanzan a ver desde el espacio, explica la experta. “Luego, se saca esa costra salina, se deposita una cubierta de un plástico de alta densidad y se pone esta salmuera que ha sido bombeada a la espera de que empiece a precipitar la sal”. Eso hace que al evaporar el agua aparezca la sal y se cosechen distintas sales. Así, hasta obtener una salmuera concentrada en litio. 

Este proceso, explica Dorador, altera el paisaje y genera un impacto significativo en las fuentes hídricas. “Hay un uso del agua que puede ser muy disruptivo y ocasionar cambios importantes en el ecosistema”, asegura la bióloga, que ha seguido de cerca el impacto ambiental de la minería de litio en algunos de los salares más importantes de Chile.

“Lamentablemente, nosotros tenemos experiencia sobre destrucción y extinción de salares”, dice Dorador desde Chile. “Hay casos emblemáticos de desecación de salares para esta industria como es el Salar de Punta Negra, el Salar de Lagunillas, la afectación en el Salar de Llamarada y otros. De hecho han habido juicios ambientales al respecto de parte del Consejo de Defensa del Estado, que ha denominado que estos sistemas han sido afectados de forma irreversible, irreparable”.

Las consecuencias de los nuevos sistemas, como los que Tecpetrol dice que aplicará, aún están por verse.

ED

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