El blog de la redacción de elDiarioAR
En busca del pez dorado
“Conseguí la dirección. Mañana puedo ir a la casa y ver si está y me quiere atender, porque no tiene teléfono”, escribió este lunes una periodista del diario en el grupo que tenemos en Telegram. Hacía horas que buscaba la forma de contactar a una persona clave en las noticias de esos días.
El martes tomó un remis hasta una localidad del conurbano bonaerense, llegó hasta la casa en cuestión y tocó timbre. Lo atendió una familiar que, muy a la defensiva, casi le cerró la puerta en la cara. Ella le entregó un sobre con sus notas impresas (sí, imprimió las notas de nuestro portal digital) y le dijo que, de todas maneras, esperaría 10 minutos en la vereda. Cuando estaba por irse se volvió a abrir la puerta: el hombre que buscaba. Tuvo un intercambio informal. Tal vez la llame para darle la nota, tal vez no.
Ya lo contó mi compañera Mariana García en este espacio el domingo pasado: para encontrar a Chicho Milei, el tío del Presidente que a los 63 años pedalea para una app, otra periodista del diario, Victoria De Masi, hizo guardia durante días en una plaza. Y esta semana, Facundo Lo Duca y Belén Grosso se pasaron dos días completos recorriendo La Matanza para encontrar testimonios y reconstruir de primera mano la historia de las víctimas de la balacera en la tosquera de González Catán (¿Eran usurpadores? ¿qué hay para contar más allá de los cuerpos ensangrentados de los videos?). El primer día volvieron con las manos casi vacías; el segundo insistieron y encontraron lo que buscaban. Nos salió realmente caro: la movilidad y las horas de espera en el territorio, incluso las fotos, son un lujo en las redacciones de hoy, donde los periodistas podemos resolver buena parte de nuestra tarea con un celular y conexión a internet. Pero no es solo la plata, también hay que querer. Estar dispuesto a ir, ver, esperar, poner la cara.
“Las ideas son como peces”, escribe David Lynch en Atrapa el pez dorado, un ensayo del cineasta estadounidense sobre su propio universo creativo. “Si quieres pescar pececitos puedes permanecer en aguas poco profundas. Pero si quieres pescar un gran pez dorado tienes que adentrarte en aguas más profundas”. En un momento en que el periodismo invita a pasar la red apenas más allá de la rompiente (hay que sacar mucho y rápido; por algo las noticias que engañan para lograr un clic se las acusa de bait: carnada en inglés) en elDiarioAR hacemos un esfuerzo por tirar al menos algunas líneas mar adentro, capturar un pez dorado en las aguas revueltas de la noticia urgente.
Los pedidos de información pública son, también, un intento de pescar datos sumergidos. De algunos de ellos se nutre el panorama de Sebastián Lacunza, que suma detalles sobre la gestación del DNU y la ley ómnibus que busca resetear el andamiaje legal de la Argentina y tiene chances de conseguir media sanción en los próximos días. Mauricio Caminos reconstruye la negociación frenética de las últimas semanas y Pablo Ibañez se mete en la intimidad de la convivencia entre los nuevos bloques de poder.
Alejandro Rebossio explica por qué los plazos fijos rinden menos y qué pasa con la cotización de los distintos dólares e Ivo Cortazzo ofrece una guía sobre las cuasimonedas, que vuelven a circular en la Argentina.
Hay mucho más en elDiarioAR este fin de semana: notas periodísticas, columnas de opinión y ensayos. Emilia Delfino perfila a uno de los personajes que integra la supuesta “célula terrorista” detectada por la ministra Bullrich –el sirio-colombiano que llegó al país para abrir un club de tenis de mesa en Buenos Aires y terminó 15 días preso– y Agustina Larrea entrevista a Cristian Alarcón. Cultor del “periodismo performático”, estrena en Argentina una performance armada alrededor de una experiencia autobiográfica: cuando tenía seis años, fue sometido a una supuesta “terapia de reconversión” que implicó la aplicación de inyecciones de testosterona durante meses.
Tamara Tenembaum vuelve sobre algunos de los temas que más le gusta pensar –esos que muy posiblemente nos acercaron por primera vez a ella como lectores y lectoras– y Juan José Becerra desnuda la comedia que tan bien prolifera en este país al indagar en las lecturas del Presidente.
Si te gusta lo que hacemos, si nos leés habitualmente y te importa que este diario exista, te pido que te sumes y nos apoyes. Hasta el domingo que viene.
DTC
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