COPA AMÉRICA
Sin brillar, Brasil le ganó 1 a 0 a Perú y es el primer finalista de la Copa América
Gianluca Lapadula, el delantero más peligroso de Perú, juega en el Benevento, que descendió a la serie B del fútbol italiano. André Carrillo, el mejor jugador, expulsado en el cruce de Cuartos, en un equipo árabe. Ricardo Gareca supo extraer el máximo beneficio de estos recursos y rompió el improductivo halo de nostalgia por los tiempos gloriosos del fútbol peruano. La victoria por penales ante Paraguay fue asimilada como la obtención de una Copa aparte para Perú, que no empezó bien las Eliminatorias. Al fin de cuentas se trataba de un duelo singular: las dos selecciones superan a Bolivia y Venezuela, pero se encuentran algo por debajo de Colombia y Chile.
De antemano, la presencia de Brasil en el horizonte, indicaba que Perú volvería a toparse con sus limitaciones. Ya en primera ronda había perdido 4 a 0, por no hablar de la Copa América pasada. Con la ausencia de Gabriel Jesús, pero con un plantel repleto de cracks a veces subestimados sólo porque ya no están Cafú o Ronaldinho, a Brasil parece no importarle la sospecha, no siempre comprobada en los hechos, de que el torneo es algo así como un cumpleaños que le organizó la Conmebol. Más allá del pase de Néstor Pitana, casi siempre da la sensación de que Brasil va a ganar; eso no significa que no existan fallos cuestionables. Otro plus del partido, para Argentina, era espiar a los hipotéticos rivales en caso de que se supere a Colombia.
Como reemplazo de Carrillo, Gareca ingresó un central, Alexander Callens, para formar una línea de cinco, algo inédito en su era, pero que la situación ameritaba. En Brasil, ingresó Everton por el expulsado Jesús, y también el exquisito Lucas Paquetá por Firmino. Durante los primeros quince minutos el cerrojo ideado por Gareca, donde a la línea de cinco se agregaban Yoshimar Yotún y Renato Tapia, como también Christian Cueva si hacía falta, controlaba los chispazos de Brasil, cuyos jugadores intercambiaban puestos y presionaban arriba, toda una constelación alrededor de Casemiro y Fred, esta vez en segundo plano. A los 18 minutos, en una doble atajada temeraria, Pedro Gallese evitó el gol a Neymar y Richarlison. Perú alternaba lapsos en los que no podía salir del fondo y otros en los que tenía la pelota pero sólo para que no la tuviese Brasil. El cerrojo comenzaba a flaquear.
Fue Neymar, a los 35 minutos, quien asistió a Lucas Paquetá para el 1 a 0. Antes, le hizo un caño a Callens, justamente el jugador que había entrado para reforzar la defensa. La ausencia de Carrillo era tan evidente como el esfuerzo de Perú por no perder el hilo del partido. Aunque amenazó con el segundo gol, Brasil no inclinó la cancha y el primer tiempo se perdió en medio de jugadas bruscas, especialmente un choque entre Paquetá y Miguel Trauco.
Hubo algunos fallos confusos del árbitro chileno Roberto Tobar, por ejemplo un saque de meta para Brasil que era córner para Perú (la pelota pegó en el codo de Thiago Silva: también pudo ser penal) o una jugada peligrosa, adentro del área, tras una mala salida de Gallese, que desembocó en un misterioso saque desde la mitad de la cancha para Brasil. Más allá de las suspicacias de esta Copa específica, el VAR convirtió a los árbitros en personas que escuchan voces en público.
Para el segundo tiempo Gareca hizo dos cambios, uno de ellos fue un gran acierto: sacar al central Christian Ramos, e ingresar a Raziel García, un mediocampista por izquierda. Esa disposición más ofensiva se vio reflejada a los 3 minutos, cuando Lapadula dominó en el área y obligó a Ederson al córner. A los 6 y los 7, con dos tiros del recién ingresado Raziel García, se volvieron a prender las alarmas. Hacia los 10 minutos Perú era un equipo renovado, gracias a que Cueva y Sergio Peña Flores encontraron más espacios. El que más se destacaba, sin embargo, era Raziel García, del Cienciano, que a los 15 probó de nuevo desde afuera del área.
Los de Tite, un poco al estilo de la Selección Argentina, se quedaron sin energías en el comienzo del segundo tiempo. A los 30 minutos Perú avanzaba en el campo y Brasil, plantado atrás, esperaba de contra, con una variedad de jugadas automatizadas para salir del fondo que no siempre terminaban en llegadas claras. Pero Neymar, Richarlison y Paquetá podían desnivelar en cualquier momento con aquello denominado “transiciones rápidas”, antes conocido como “salir rápido de contra”. En Perú ya estaba Santiago Ormeño, un doble 9 al lado de Lapadula, pero el equipo se quedó sin ideas. Éder Militao, Vinícius Júnior y Fabinho intentaron darle un poco de aire a un Brasil que ladró más de lo que mordió.
Perú no pudo convertir la mejoría en el empate. Su actuación, de todos modos, le agregó un poco de competitividad a un partido que, a priori, no se pronosticaba complicado para Brasil. Antes hubo más cambios de Gareca, que no fueron tan fructíferos como los del inicio del segundo tiempo. También hubo rabonas y pisadas de Neymar para ponerle el moño a otra victoria en la que Brasil pareció dedicar parte del tiempo a calentar motores para la final, el próximo sábado en el Maracaná.
MZ/MGF
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