Podría faltar yerba mate y café por factores climáticos, incendios y reducción de importaciones
Si bien todos la atención está puesta sobre el gas y los combustibles líquidos, estos no son los únicos productos que podrían escasear este año en la Argentina. Por motivos diferentes, no está garantizado el abastecimiento de dos infusiones centrales para el día de los argentinos y argentinas: la yerba mate y café.
Corrientes es una de las dos provincias argentinas que cultiva yerba mate en el país –la otra es Misiones, principal productora– y este verano el 10% de su superficie fue arrasada por incendios. “La producción de yerba mate estuvo afectada por la sequía y por los incendios, sobre todo en la zona de Corrientes. Hoy estamos hablando de un 60% de pérdida en volúmenes totales”, explicó a elDiarioAR Nelson Dalcomo, representante del segmento de Producción dentro del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
La situación ya se refleja en las estadísticas oficiales del Instituto. Entre enero y febrero 2022 se procesaron 30,4 millones de kilos de yerba, cuando para el mismo período de 2021 habían sido 47,3 millones y en 2020, 61,3 millones. Para Dalcomo, el stock alcanza para 11 meses, es decir que no es suficiente para cubrir el consumo hasta la próxima cosecha.
En 2021 se cosecharon 882 millones de kilos de hoja verde, volumen que se reduce a un tercio una vez que la hoja es procesada y envasada. Del total, 283 millones de kilos (cerca del 90%) fueron destinados al consumo interno, mientras que 35 millones de kilos (alrededor del 10%) fueron exportados a otros países.
Argentina es el principal exportador del mundo de yerba mate y sus mayores envíos tienen destino en Siria, donde toman mate de una manera similar que en la Argentina, solo que con una bombilla más corta, en vasos de vidrio y de manera individual. Aunque viene creciendo en los últimos años, el volumen de producto destinado a la exportación todavía es acotado, por eso se estima que incluso si se cerrara la exportación de yerba no alcanzaría para cubrir el faltante interno. “Nosotros creemos que no hay stock suficiente para aguantar”, sintetizó Dacomo.
Además de la Argentina, también producen yerba Brasil y Paraguay. Por eso una opción sobre la mesa es abrir la importación proveniente de esos países. Según dijo el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, en diálogo con el programa Ahora dicen de Futurock, “va a haber que importar 20% de la yerba que consumimos internamente”. Más allá de alterar los gustos, ese movimiento implicaría que el país destine divisas a un producto que, en condiciones normales, las genera.
En junio de 2021 el INYM emitió una resolución en la que le prohibió a todos los productores, sin importar su tamaño, incorporar más de cinco hectáreas por año de nuevas plantaciones, con el objetivo de evitar que el “exceso” de producción futuro rompa el equilibrio productivo, económico y social de la cadena. Esto porque el aumento de la demanda en el mundo y la mejora de los precios había generado interés de parte de grandes inversores que amenazaban con alterar un mercado conformado por pequeños productores. Más del 70% de los cerca de 10.000 productores argentinos tiene menos de 10 hectáreas.
El caso del café es distinto, porque todo lo que se consume es importado. Algunas empresas compran ya el producto molido y otros, los granos enteros, que tuestan y procesan en el país. En 2021 el precio del café escaló 100% por problemas climáticos en los países productores, tocando el precio más alto de la última década.
Por una resolución emitida por el Banco Central a principios de marzo con el objetivo de cuidar las reservas internacionales, las empresas solo puede importar este año 5% más de lo que importaron en 2021 (se considera la facturación y no el volumen de productos) o 70% de lo que importó durante el mismo mes de 2020, lo que resulte menor.
Esto resulta en dos problemas para las empresas importadoras de café. Por un lado, por la suba del precio internacional, el cupo de divisas de años anteriores se agotará con menos cantidad de producto. Por otro, el nivel de comparación contra los últimos dos años es bajo, dado que la mayor parte de la fabricación local tiene como destino los bares y restaurantes y este segmento recuperó la actividad prepandemia recién en la segunda mitad de 2021.
“Si el Banco Central no aumenta el cupo para que las empresas puedan importar la materia prima podría llegar a haber desabastecimiento”, anticipan en una gran firma del sector, que prevé que el stock puede alcanzar para hasta seis meses.
Por ahora, la situación de estrés en ambos productos no se vio plenamente reflejada en los precios, que de todos modos muestran subas por encima del promedio general. De acuerdo con los datos oficiales de inflación correspondientes a febrero, el café molido se encareció 5% y la yerba mate, 6,2%.
DT
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