Morón, mesa testigo de las elecciones presidenciales: una economía activa, pero en desaceleración
Eran larguísimas las colas de pasajeros para tomar los colectivos este viernes a media tarde en la plaza La Roche, frente a la estación ferroviaria Morón. En la esquina, en un puesto ambulante predominaban las remeras rosas, no por el boom de Barbie, sino por el del Inter Miami de Lionel Messi. Otros vendían medias, ajos y cebollas, sahumerios o garrapiñadas. Por el centro de Morón no se ven locales vacíos, como había hace dos años, cuando este cronista lo visitó antes de las primarias legislativas, a poco de salir de la segunda ola de Covid-19. Pero tanto el comercio legal como la venta callejera notan una desaceleración de la actividad en los últimos meses, entre la elevada inflación, la falta de crédito y el salto del dólar blue, que ya cotiza a $605.
No es antojadizo volver a Morón, conmovido este jueves por el asesinato de un médico para robarle el auto. Este partido bonaerense es la mesa testigo de las elecciones presidenciales. Quien gobierna Morón gobierna la Nación. Aquí triunfaron los radicales con Raúl Alfonsín, los peronistas con Carlos Menem, la Alianza con Fernando de la Rúa, el kirchnerismo con los Kirchner, el PRO con Mauricio Macri y ahora está de vuelta el oficialismo. En 2021, las elecciones legislativas aquí terminaron 43% Juntos por el Cambio, 33% Frente de Todos (la nueva Unión por la Patria). A nivel nacional, JxC hace dos años se impuso 41% a 33%.
“Hace tres meses que las ventas están en caída por el tema económico”, cuenta Karina, de 50 años, que tiene un kiosco de diarios, pero vende sobre todo libros y coleccionables de autos. “Supongo que será por la suba de precios y los pocos ingresos que tiene la gente para gastar. Tiene otras prioridades, esto es un lujo”, cuenta en una transitada calle, Nuestra Señora del Buen Viaje, a una cuadra y media de la plaza San Martín, la principal, frente a la municipalidad y la catedral. Karina no quiere contar a quién votará este domingo.
El economista Juan Manuel Telechea, director del Instituto Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala, publicó en Cenital un cuadro sobre la situación económica argentina previa a las primarias presidenciales de 2011, 2015, 2019 y 2023. En términos reales (ajustados por inflación), nunca en estos años estuvieron peor el salario privado ni el mínimo, las jubilaciones y la asignación universal por hijo (AUH). Pero la actividad económica no sólo supera a la que dejó Mauricio Macri sino a la que había cuando fue reelecta Cristina Fernández de Kirchner. La tasa de empleo nunca fue mayor y la de desempleo, jamás menor que ahora frente a aquellos años de los anteriores tres comicios presidenciales.
El indicador de consumo de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) mostró en el primer semestre un alza del 2,4% respecto al mismo periodo del año pasado, pero en junio sufrió su primera caída de 2023, un 2% (está 1% arriba del mismo mes de 2019). En Morón, en la primera mitad del año se iniciaron 365 habilitaciones de comercio, frente a 290 de la última parte de 2022.
“El problema no es la venta, que está un mes más y otro un poco menos, sino la presión impositiva, la competencia de los negocios no habilitados y los bancos usureros, que antes tenían el Ahora 12 sin interés y ahora cobran un montón”, cuenta José, de 67 años, cuya familia mantiene un local de ropa desde hace 71. “La gente no quiere tomar tanto interés y está saturada con tantas cuotas que va pagando”, explica antes de meterse a hablar de política. “La inseguridad esta semana tapó el problema económico del dólar a más de 600 pesos. No me gusta ningún candidato. Es un problema votar. Muchos van a hacer voto castigo. Por ahí yo también. Puede ser que vote a (Juan) Grabois para asustar a (Sergio) Massa, pero en octubre vote a Massa, o puede ser que vote a (Javier) Milei para asustar a Juntos por el Cambio. El problema no es este gobierno sino todos”, concluye
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En las paredes y postes de calles de Morón hay mucho cartel de “Massa 2023” –como se ve también por la Salta de su aliado Gustavo Sáenz– y gigantografías del intendente Lucas Ghi. Nada de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, que empapeló provincias como Jujuy –de su candidato a vicepresidente, Gerardo Morales– o Córdoba –de quien iba a ser su aliado pero ahora es un rival, Juan Schiaretti–. En la esquina de la plaza moronense La Roche, enfrente al McDonald''s, a alguien se le ocurrió pegar fotos de Bullrich y Larreta con De la Rúa, cuando eran funcionarios de él, y pusieron dentro de octógonos negros las leyendas “Alto en ajuste”, “Exceso en desempleo” y “Alto en aumento de gas”, en memoria de lo ocurrido en los gobiernos de la Alianza y de Cambiemos. En algunos palos pegaron afiches que dicen “Milei” y llevan la foto y el nombre de su candidato a intendente, Ariel Diwan, de saco a cuadros, camisa negra abierta y cadena dorada.
En la plaza San Martín, pocos niños dan vueltas a la calesita, pero la encargada de controlar los boletos y ofrecer la sortija, Melody, de 23 años, sostiene que después de las vacaciones de invierno repuntó la joven clientela. “El año pasado venía más gente, pero quizá era el efecto de la salida de la pandemia”, cuenta Melody, que arrancó este empleo justamente en 2022. “Mi salario se va actualizando, no tanto como la inflación, pero hace poco me lo subieron y va aguantando”, describe. Este domingo votará a Massa: “Porque soy de familia peronista y yo soy peronista. Me gustan las ideas”, comenta. ¿Cuáles?, repregunta este cronista. “Los salarios”, responde. “No tuvimos buenos años por la pandemia, pero con Cristina estuvimos mejor. No me gusta mucho Massa, pero están juntos”, analiza la joven de jogging negro, mientras se distrae de la calesita que sigue girando con una melodía más agradable que la electrónica que suena en un cercano local de Frávega.
A pocos metros de allí, una promotora de una tarjeta de crédito de una cadena comercial busca clientes entre los moronenses que descansan en los bancos de la plaza. “Se consiguen clientes, pero no tanto”, cuenta esta chica de 21 años, que lleva uno trabajando en este empleo. “A la gente le cuesta querer endeudarse, no quiere meterse en más créditos por cómo está el país”, describe. Al menos está conforme con su salario: “Está bastante bien, no me pega la inflación”. ¿A quién votará? “Ni idea”, responde.
Al lado de la intendencia, sobre la vereda de la calle Belgrano, una feria ambulante municipal de artesanías. “Las ventas están aflojaron un montón, como 40%, desde hace un mes, cuando subió el blue”, admite Leandro, de 36 años, que elabora y vende pequeñas macetas con plantas. “Hasta hace un mes veníamos bien. Es que sube el dólar y suben los alimentos. Nosotros lo sentimos. Nos sale una fortuna comer acá y terminamos comprando en una panchería o a otros vendedores ambulantes”, advierte. “Estoy con Massa... por ahora”, aclara y explica su voto: “Es que tengo el Potenciar Trabajo y, como contraprestación, soy acarreador de la feria. Sé que Milei va sacar este plan y Larreta también. Es como una obligación votar a Massa. Porque sin esa entrada no mantengo a mi hijo y a tres chicos más, sobrinos de mi mujer, que nos dieron en custodia”.
“Está bastante tranqui”, comenta Sergio, de 23 años. El ambiente huele a garrapiñada. Sergio se refiere al estado de las ventas del maní confitado que él elabora frente a la parada de colectivos de la plaza La Roche. Al menos está contento por el fútbol. Viste el jogging completo de Boca, dos días después de su victoria en la Libertadores. Pero vuelve a ponerse serio cuando habla de sus ingresos: “Este año la gente cuida mucho más la plata como para estar gastando en garrapiñadas. Por eso yo siempre ofrecí también alfajores y otras golosinas, no hay que quedarse con un solo objeto. Y también me subo a vender a los colectivos”. No tiene claro aún a quién votará: “Por lo que estoy escuchando estoy entre Bullrich y lo que es el Frente de Todos, ¿así se llama? Los otros candidatos no llegan a nadie. Tendría que informarme más para decidir”, finaliza Sergio, a unos metros de un mendigo y a otros más de varios senegaleses que venden ropa en las veredas.
Más allá, jóvenes reparten volantes que preguntan “¿Quiere jubilarse? Con o sin aportes, usted puede jubilarse” o que ofrecen un combo de hamburguesa, fritas y gaseosa por $1.290 en una cadena llamada Extremas. En frente, una extensa cola para el cajero automático del Banco Nación. Un viejo hippie humea con el palo santo que ofrece. Justo que en estas primarias, para algunos votantes, la disyuntiva se presenta entre vendedores de humo o prometedores de palo.
AR
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