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Opinión
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La rosca no es sólo entre políticos: también con empresarios, entre recaudación de campaña y planes para una economía sorprendente

La cúpula de la Asociación Empresaria Argentina (AEA).

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No sólo arde la rosca entre políticos para establecer frentes electorales, acordar las reglas internas de las primarias y definir quiénes serán los precandidatos. Los aspirantes a la presidencia y sus equipos económicos vienen de reunión en reunión con dueños y ejecutivos de grandes empresas y PyMEs. En general, los hombres de negocios no se juegan 100% por una candidatura determinada, esperan a que primero se definan las PASO el 13 de agosto para después aportar a la campaña con miras a las elecciones generales del 22 de octubre. La mayoría pondrá entonces huevos en diversas canastas, como de costumbre.

Muchos de los propietarios de las principales compañías prefieren a Horacio Rodríguez Larreta, que aprovecha el aparato publicitario de la ciudad de Buenos Aires para hacer proselitismo, como también hace Gerardo Morales con el de Jujuy. Lo ven con más vocación de acuerdos políticos para emprender las reformas pro mercado que le piden. Pero otros dueños y algunos CEO que dirigen empresas ajenas, que no ponen en juego el activo propio, se entusiasman con el discurso más extremo de Patricia Bullrich o Javier Milei. Por su amistad con Mauricio Macri, más de un unicornio escoge a su ex ministra de Seguridad. El establishment sabe también que con Sergio Massa puede hacer negocios, incluso hay unos pocos que lo tienen como favorito, pero temen que finalmente no sea él el ungido por Cristina Fernández de Kirchner sino Axel Kicillof o Eduardo de Pedro, alias “Wado”.

“Hay permanentes almuerzos o encuentros con los posibles equipos de gestión, quieren escuchar nuestra voz porque no logran armar una propuesta definida”, cuenta uno de los 20 argentinos más ricos de la Argentina. En nombre de Larreta se presentan Hernán Lacunza, Martín Redrado o el ex banquero Gabriel Martino. En el de Bullrich, Luciano Laspina, Dante Sica y otro ex CEO de banco internacional, Enrique Cristofani. Carlos Melconian está entre bambalinas. Con Milei aparecen Roque Fernández y Carlos Rodríguez, que desconfían del plan de dolarización de su jefe político. El que elabora un programa concreto para abandonar el peso es Emilio Ocampo, con el apoyo de un centenar de empresarios, entre ellos, Gonzalo Tanoira, presidente de la citrícola San Miguel, donde es socio junto con Carlos Miguens Bemberg y los Otero Monsegur. La iniciativa de Ocampo ya convenció a Milei, pero busca interesar a precandidatos y economistas de otros partidos. La mayoría de los que lo avalan son exportadores. Uno de ellos explica su motivación: “Estamos cansados de que nos metan la mano en el bolsillo con el dólar oficial, porque no podemos competir contra productores de otros países. Así que vemos que la única manera de competir es cobrando los mismos dólares que cobran nuestros competidores de otros lados. Porque los políticos argentinos no pueden manejar una moneda sin chocarla”. Eduardo Eurnekian, ex patrón de Milei, sigue apoyándolo. También lo respaldan el empresario hotelero Sebastián Braun y el presidente del Banco de Valores, Juan Nápoli, que incluso será su candidato a senador por la provincia de Buenos Aires.

“Todavía no han salido los valijeros de manera masiva a buscar plata, por ahora no la necesitan, pero después de las PASO habrá que empapelarlos”, continúa el empresario del top 20. Sin el aparato porteño como Larreta, Bullrich está siendo investigada por la Inspección General de Justicia (IGJ) porque su fundación, el Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad (IEES), habría financiado la campaña, pese a que la ley lo prohíbe. Consultores de empresarios comentan que su jefa de recaudación, María Oneto, pedía $ 3,5 millones a aquellos empresarios sin renombre que querían conocerla y que por eso Macri le sugirió cambiarla por el abogado Javier Medin, ex dirigente suyo en Boca Juniors. “Falso, un disparate, Oneto es impecable”, desmiente una vocera de Bullrich. Ejecutivos de grandes empresas que estuvieron con ella y con Milei también niegan haber abonado. El diputado libertario que dona su sueldo sí ha admitido alguna vez que cobra de US$ 5.000 a 10.000 por charlas como economista.

¿Y en el oficialismo? Personeros autodenominados Fernando, Walter y Pablo piden a empresarios pymes que les lleven bolsos con efectivo en estacionamientos descubiertos de shoppings con la promesa de conseguirles las autorizaciones del SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina). ¿Cuentapropistas? En el diario La Nación, Carlos Pagni mencionó a Pablo Bilbao a cargo de “funciones especiales en la gestión” de la Secretaría de Comercio. Desde el extranjero, Bilbao, que fue jefe de gabinete del Ministerio de Gobierno porteño hasta 2021, responde a elDiarioAR: “No cumplo ningún rol en la Secretaría de Comercio”.

Al empresario del top 20 consultado nunca le reclamaron ningún pago por compras externas, pero está preocupado porque en las últimas dos semanas se han ralentizado las SIRA: “Hoy, los empresarios le prestamos más atención a cómo se reman las dificultades económicas que a las elecciones de octubre. Hoy lo que mas preocupa es si no entramos en una desaceleración de la actividad”. Reconoce que hasta abril inclusive la industria creció, pese a la sequía que no soló afecta al campo sino a diversas fábricas de alimentos y proveedoras del sector. “Mucha gente ha utilizado los bienes económicos como bienes de resguardo patrimonial, se fue stockeando, comprando todo lo que podía, el ahorro desapareció. La preocupación es si vamos a poder mantener en los próximo meses el ritmo de producción de esos bienes. Llamás al Gobierno porque tenés el barco contra culata en el muelle, pero no tenés aprobada la SIRA y, entonces, el capitán te bloquea el barco. En el Gobierno te dicen que no hay dólares, obtenés la SIRA, pero si tiene fecha de pago a 360 días, ningún proveedor te lo acepta”, relata.

Un futuro mejor

Pero más allá de la coyuntura, en grandes grupos nacionales se ilusionan con que el futuro será mejor para la Argentina por el potencial en el campo, la minería y la energía. Las multinacionales automotrices se entusiasman también con sus plantas, aunque por ahora de autos eléctricos sólo hablan los pequeños fabricantes locales del Tito y el Volt. Uno de los banqueros más poderosos del país sostiene que los activos argentinos, tanto acciones y bonos como empresas, están demasiado baratos y consideran que es momento de invertir.

Sin embargo, aún los mercados no reaccionan con contundencia. Los títulos públicos con valor nominal de US$ 100 subieron del piso de 20 a 24, pero deberían valer 35 o 40. El banquero considera que hay que esperar al resultado de las PASO para ver un alza de las cotizaciones y la condiciona a que la mayoría de la población elija entre Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, es decir, opciones pro mercado. No obstante, reconoce la paradoja de que un candidato market friendly como Milei termina siendo el espanto de muchos inversores porque si obtiene un buen desempeño y su plan de dolarización cobra potencial de materialización, entonces muchos de ellos huirán del peso a la moneda norteamericana, con la consiguiente devaluación en el mercado paralelo y su impacto inflacionario. Incluso en un banco extranjero temen que el Gobierno se debilite aún más si Unión por la Patria queda tercera en las primarias y que el aspirante de La Libertad Avanza carezca de estructura política para gobernar en caso de vencer.

Al menos, por ahora moderan sus perspectivas de contracción económica por la seca ante el sorprendente ascenso industrial y del consumo. Otro consultor de empresas se preocupa de las peleas internas en el oficialismo y Juntos por el Cambio y advierte que los votos de Larreta y Bullrich podrían no sumarse en octubre y fugarse hacia otros postulantes, a pesar de que sus equipos económicos comulgan el mismo credo de ajuste y reformas, sólo separados por el ritmo de liberación del cepo y de rebajas impositivas. El consultor celebra que Milei esté tocando techo en las encuestas, pero igual se inquieta por sus propuestas y su falta de armado dirigencial.

Por ahora, Massa ha conseguido controlar el dólar paralelo tras el salto de principios de abril a fuerza de perder reservas del Banco Central, de elevadas tasas de interés y de endeudarse cubriendo a los inversores de disparadas del tipo del cambio y la inflación. La duda de economistas opositores es si podrá aguantar después de las primarias y hasta los comicios de octubre. Por eso, el equipo económico, desde Leonardo Madcur hasta Gabriel Rubinstein, renegocia desesperado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con la idea de que el ministro vuele a rubricarlo la semana próxima a Washington. Pero son tratativas que marchan demasiado lentas. Massa quiere que le adelanten giros para fortalecer las reservas, pero el organismo pide “ajuste y ajuste”, según reconocen los negociadores.

Mientras tanto, Fernando Morra, ex viceministro de Economía del ahora sciolista Martín Guzmán, respondió implícitamente a Cristina Fernández de Kirchner en su reproche de que el acuerdo de 2022 con el Fondo era inflacionario. En el informe de mayo de su nueva consultora, Suramericana, en coautoría con Maximiliano Ramírez y Ramiro Tosi, señalô: “El acuerdo implicaba el desarrollo de un conjunto de medidas que favorecían el objetivo de reducir la inflación, principalmente a través del fortalecimiento de las reservas y una reducción progresiva del déficit fiscal, al tiempo que se buscaba coordinar las expectativas en torno a las metas del programa. La credibilidad general del programa podría haberse fortalecido con una aprobación en el Congreso que demostrase compromiso político con su implementación, lo que finalmente no se consiguió”.

Publicado un par de semanas antes de que se conociera que la inflación mensual había bajado levemente del 8,4% en abril al 7,8% en mayo, Suramericana concluyô: “Establecer condiciones para un proceso de desinflación en lo que queda del año es muy poco probable, pero reducir la inflación en la Argentina es un resultado posible. En el contexto de la implementación de políticas de estabilización, partiendo de una nominalidad alta, el Estado tiene el rol adicional de contribuir al anclaje de expectativas vía la determinación de políticas de precios e ingresos que influyan en la administración del conflicto distributivo. La política monetaria debería acompañar ese proceso definiendo su tasa de política con el objetivo de apuntar a una tasa de interés real de referencia que sea positiva y sostenible, pero definiendo la misma en relación a la expectativa de inflación que se busca construir en el contexto del programa macroeconómico y no en relación a la tasa de inflación pasada. Éste será el principal desafío económico de la próxima administración”.

Al menos el futuro gobierno heredará el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner. El martes próximo comenzará a llenarse para que el gas de Vaca Muerta llegue el 9 de julio a Salliqueló, provincia de Buenos Aires. Recién entonces habrá un gran acto de inauguración en el que quizás se vean las caras Alberto Fernández, Cristina Kirchner, los sectores desunidos en la Unión por la Patria. Propios y extraños valoran que el tubo se haya construido en tiempo récord y permita pasar del déficit comercial energético en 2022 al equilibrio en 2023 y al superávit en 2024, a fuerza de ahorrar importaciones y elevar exportaciones.

El próximo paso consistirá en la reversión de los gasoductos que abastecen de gas al norte argentino, desde los declinantes yacimientos del noroeste y Bolivia. La idea es abastecer esa región con fluido que venga desde Vaca Muerta por el tubo Kirchner. Para esta obra hay financiamiento asegurado de la Corporación Andina de Fomento (CAF). En cambio, aún no está definido quién pagará el segundo tramo del nuevo gasoducto, el que irá de Salliqueló a San Jerónimoa, Santa Fe. Los asesores energéticos de Larreta, Nicolás Gadano, y de Bullrich, Emilio Apud, saben que el tubo que dejará este gobierno constituye un buen legado. Lo que les preocupa es el atraso que en diciembre acumularán los precios de las naftas y el gasoil y de las tarifas de gas y electricidad no sólo para la clase media sino también para la baja. Se esperan entonces tarifazos, aunque lo más determinante será el impacto de la devaluación prometida en sus planes económicos.

AR

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