Volvió el debate sobre la meritocracia: Migoya, dueño de Globant, la defendió y Dora Barrancos la criticó
En el encuentro anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), que comenzó hoy y finaliza mañana, el plato fuerte fue el debate sobre meritocracia que protagonizaron el cofundador y CEO de una de las dos empresas más valiosas de la Argentina, Globant, Martín Migoya, y la socióloga e historiadora feminista Dora Barrancos. El debate sobre el mérito, que se extiende por todo el mundo, se había puesto de moda por estas pampas en el gobierno de Mauricio Macri. Ahora que falta sólo un año y un mes para las primarias presidenciales, la ACDE quiso volver a ponerlo en el tapete. Se trata de una asociación que preside Gonzalo Tanoira, vicepresidente de la citrícola San Miguel y director de la bodega Peñaflor, y que está auspiciada por la siderúrgica india ArcelorMittal, Telecom (de los mismo dueños del grupo Clarín), Pan American Energy (PAE, que gestionan los Bulgheroni), CGC (la petrolera de Eduardo Eurnekian), la química norteamericana Dupont, la Fundación La Nación (del diario de los Saguier) y el Banco Galicia (de los Escasany, Ayerza y Braun).
En una exposición en la que demostró su erudición citando gran cantidad de académicos y sus libros, Barrancos advirtió que “no basta la igualdad de oportunidades”. “Vamos a predicarla, pero no basta porque en sus resultados aparece nuevamente la desigualdad. La desigualdad generada por un sistema meritocrático. La desigualdad de los resultados hace imposible la igualdad de oportunidades”, alegó la también ex funcionaria del Conicet. Puso como ejemplo lo que sucede en ese organismo supuestamente meritocrático, donde el 56% de las investigadoras son mujeres, pero sólo un 25% llega a cargos jerárquicos. “¿Hay meritocracia? Hay un patrocinio patriarcal”, señaló la dificultad de las investigadoras de mantener su producción científicas cuando tienen hijos.
Después llegó el turno de Migoya, que con falsa o auténtica humildad citaba libros de hombres de negocios. El empresario, que mudó su residencia fiscal a Uruguay durante el gobierno de Alberto Fernández, venía de exponer hace una semanas en la Asociación Empresaria Argentina (AEA) con polémicas declaraciones: que mudó su residencia fiscal a Uruguay en el gobierno de Alberto Fernández, reclamó en tiempos en que se discute el impuesto a la renta inesperada: “Dejen el arco quieto por un rato. Si no saben qué hacer, no nos empecinamos con que ahora hay que redistribuir esto. Dejen las cosas como están”. Este martes también arrancó con los botines de punta: “Está bueno discutir sobre ley de gravedad, pero la ley de gravedad es la ley de gravedad”.
El dueño de Globant sostuvo que el mérito está en el corazón de su empresa: “Es parte de nuestra religión”, citó en el encuentro de empresarios cristianos. “Mal expuesto por ciertas autoridades del país puede ser una catástrofe para el país”, agregó sin citar directamente a Alberto Fernández, que ha criticado la meritocracia reivindicada por Macri. “¿Qué tenemos que hacer como líderes para gente que no lo entiende mal?”, se preguntó. Contó que en su empresa dejaron de evaluar a los 26.000 empleados que tiene por su “talento” y empezaron a juzgarlos por su “esfuerzo”
De todos modos, Migoya aclaró: “El mérito es una condición necesaria pero no suficiente, como pasa con el capitalismo, que es necesario pero no suficiente, ya nadie lo discute al capitalismo, como quedó demostrado este fin de semana”. Fue la única alusión a la crisis política y económica que agravó Martín Guzmán con su renuncia y su reemplazo por Silvina Batakis, que prometió también apuntar al equilibrio fiscal. “El mérito es necesario para tener éxito, pero es más meritorio es el que más se esfuerza. Sin mérito más oportunidades no hay forma de progresar. ¿Cómo entrenamos a nuestros jóvenes para tener oportunidades? ¿Cómo hacemos para que se queden y no se vayan? Porque se nos están yendo y nos estamos quedando solos. Estoy enojado con lo que pasa en la Argentina, que está contra el sentido común”.
En un clima de debate cordial, después habló Barrancos otra vez. “Se pone en el mismo estándar lo que no tiene el mismo estándar. Hay que mirar la situación existencial, mirar el esfuerzo que se hizo”, dijo la científica.
AR
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