Guatemala quiere una presidenta: las dos únicas mujeres candidatas superan a sus 21 rivales varones
El 27 de marzo se inició la campaña proselitista en Guatemala para las elecciones presidenciales. No fue fácil. Este lanzamiento había estado precedido por una larga, polémica, arbitraria y discrecional primera fase de postulación e inscripción de candidaturas todos los cargos de elección popular.
La segunda fase del proceso electoral que se inició oficialmente en los últimos días hábiles de marzo tiene el declarado propósito de seducir el voto de casi diez millones de votantes que acudirán a las urnas el 25 de junio para elegir al sucesor de Alejandro Giammattei entre 21 candidatos y 2 candidatas definidas por 30 partidos políticos. Además del nuevo Ejecutivo de la República, Guatemala votará también las 160 bancas del Congreso Nacional, las 20 bancas de la representación guatemalteca en el Parlamento Centroamericano, y las autoridades de los 340 municipios de los 22 departamentos del país:29 partidos están calificados para presentar candidatos.
La prolíferante oferta electoral, en la que no han sido habilitados el binomio presidencial del izquierdista Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP) encabezado por la lideresa indígena Thelma Cabrera, ni el de Roberto Anzú por el partido de derecha Podemos, refleja de manera simétrica la atomización del electorado cuya confianza en las elecciones y en la institucionalidad en su conjunto es baja, acrecentado por los mecanismos establecidos para impugnaciones y exclusiones de candidaturas que han generado incertidumbre, tensiones, el aumento del descontento de la ciudadanía y en cierta manera posibilitado las transgresiones de los propios candidatos a la normativa electoral. “Todas las misiones de observación nacionales e internacionales concluyen que el TSE no cumplió con las expectativas debido a su comportamiento errático al bloquear candidaturas”, declaró Manfredo Marroquín fundador de la organización civil Acción Ciudadana comprometida con la participación de la ciudadanía consciente y la transparencia de la gestión pública desde hace 20 años.
A la popular lideresa indígena Thelma Cabrera le fue negada la inscripción de su candidatura para las presidenciales guatemaltecas del 25 de junio.
Tres mujeres, una excluida
La protesta de miles de indígenas y campesinos guatemaltecos que bloquearon carreteras en varios puntos del país para que la justicia permita la candidatura de la única fórmula presidencial que postulaba a una mujer indígena, Thelma Cabrera no tuvo éxito. Sin embargo, Zury Ríos, hija del ex dictador genocida Efraín Ríos Montt (1982-1983), candidata de la coalición conservadora Valor , consiguió la habilitación que le había sido negada en 2019, esa vez de acuerdo al artículo 186 de la Constitución que establece que no podrán ser candidatos ni ocupar el cargo de presidente o vicepresidente “el caudillo ni los jefes de un golpe de Estado, revolución armada o movimiento similar, que haya alterado el orden ni sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad”.
Ríos viajó al departamento de Jutiapa y luego visitó la Zona 6, uno de las 25 zonas del sistema de espiral contrario a las agujas del reloj en que se divide la ciudad capital de Guatemala. Durante su recorrido, una simpatizante pistola en mano injurió a Sandra Torres candidata de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) quien compite por tercera vez a la presidencia del país, y disparó varias veces al suelo.
La inmediata respuesta que por redes sociales difundió Ríos dio a conocer su decisión de identificar a la agresora, separarla de sus colaboradores y “aplicarle todo el peso de la ley, apegado a su código de ética”. Sin embargo, no desaprovechó la oportunidad para cuestionar las aptitudes de Torres, ex primera dama durante el mandato del ex presidente Álvaro Colom (2008-2012) como futura Presidenta, una fuerte agresión verbal.
El episodio que no sería más que una anécdota de ‘riña entre mujeres’ , que son justamente las que encabezan el voto favorable según las encuestas, cobra otro sentido si llegara a ser el primero de una espiral de violencia ante la cual el Tribunal Supremo Electoral (TSE) se ha limitado a difundir un llamado a la tolerancia y condenó los hechos para no tirar por la borda el reciente Acuerdo Nacional en función de “una campaña ética, pacífica y con valores democráticos”.
La campaña en marcha: regalos, juegos y fuegos artificiales
Marroquín ha vaticinado que “en las condiciones actuales la campaña electoral puede desarrollarse con abundantes recursos provenientes de la corrupción y el narcotráfico que van a propiciar un juego sucio y que seguramente serán solapadas por el TSE si son cometidas por agrupaciones que forman parte de la alianza que gobierna el país. Al final vamos a ver un proceso sin legitimidad a los ojos de la población y la comunidad internacional”. La advertencia parece cumplirse porque contradiciendo la expectativa de una campaña con debates y ofrecimientos electorales responsables que atiendan las preocupaciones de la población sobre seguridad, generación de empleo digno y acceso a servicios básicos, se ha podido comprobar que cada fin de semana, algunos de los candidatos recurren a los regalos o prebendas que la Ley Electoral del país prohíbe de manera explícita: “otorgar u ofrecer prebendas, regalos o cualquier otra retribución que implique clientelismo con fines electorales”.
El sábado 15 de abril, la candidata Torres de UNE visitó una vecindad en la Zona 18 de la ciudad capital; con su patada inicial inauguró un torneo de futbol y regaló ‘playeras’ –así se dicen a las remeras de maga corta en Guatemala- bicicletas y televisores a los cientos de asistentes. Entre sus promesas, resaltó restaurar la bolsa solidaria, la entrega a familias un pago anual de Q2 mil para la compra de útiles; la eliminación del IVA a productos de canasta básica y medicinas y archivar la iniciativa de ley 6165, que busca colocar impuestos al comercio informal. “Hace cuatro años yo no me equivoqué. El pueblo se equivocó, porque si me hubiera apoyado, otra situación sería para los guatemaltecos y las guatemaltecas”, dijo Torres en su discurso.
El candidato Hugo Peña del reciente partido Comunidad Elefante, participó en una carrera de 7 kilómetros organizada por esa organización política en la que se entregaron cheques como premio a los ganadores, por cantidades que ascendieron a Q1,500.
El presidenciable Edmond Mulet del partido Cabal, opositor al oficialismo visitó la ciudad de Chimaltenango (‘murallas de escudo’ en náhuatl) donde luego de un mitin político bailó con simpatizantes de su partido y regaló ‘picheles’, nombre de los vasos de plástico en Guatemala.
Sin repartir regalos, el candidato Rudio Lecsan del centroderechista Partido Humanista, realizó una caminata con banderas en la Zona 1, donde visitó el Mercado Central y dialogó con vendedores. En el interior de la república, Bernardo Arévalo del partido socialdemócrata Movimiento Semilla visitó el Departamento de San Marcos, donde encabezó un recorrido con banderas en diferentes municipios y participó de entrevistas en radios locales. El candidato Manuel Villacorta del partido centroizquierdista Voluntad, Oportunidad y Solidaridad (VOS) participó de varias actividades en diferentes departamentos, finalizando en la ciudad de Chimaltenango con un espectáculo de juegos pirotécnicos.
Otros candidatos a diferentes cargos públicos
Neto Bran, alcalde de la Municipalidad de Mixco del Departamento de Guatemala por el Partido Popular Guatemalteco (PPG) en uno de sus distintos recorridos pidiendo el voto para su reelección, fue disfrazado como un personaje de los comics, el superhéroe Iron Man y regaló comida rápida a niños de Mixco. En el Municipio de Santa Catarina Pinula, Sebastian Siero del Partido Unionista de derecha recorrió su municipio y regaló autos de juguete a los niños a la vez compartió documentos con su plan de gobierno municipal.
¿Una voz en el desierto?
El candidato a diputado por el izquierdista Movimiento Político Winaq, el economista Víctor Robledo asume la campaña de su partido con el propósito de “despertar conciencias para el resultado del voto”. En un Transmetro (el transporte más popular entre los guatemaltecos), Robledo explica casi en solitario a las personas que no viene a regalar huacales, ni láminas de techo. Afirma que solo viene “a pedir que despertemos, este país no puede continuar así, si no lo hacemos por nosotros, hagámoslo por nuestros hijos”.
“No puede ser que nuestros niños no tengan jabón para lavarse las manos en las escuelas públicas, no puede ser que lleguen a la escuela no por estudiar, sino por un miserable vaso de atol y una galleta”, cuestiona a los transeúntes. “Hoy estoy tratando de decirle a nuestro pueblo, a nuestros hermanos, que cambiemos este país, y solo lo vamos a hacer si reaccionamos, dejemos de votar por los mismos de siempre”, es su convocatoria y la de Winaq, por el momento una de las pocas agrupaciones que se asume como de izquierda de cara a las urnas.
AGB
0