PASO trágicas: el partido de López Obrador se parte en dos en la lucha por la sucesión presidencial
Las elecciones primarias en el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegaron a un resultado previsible: la designación de la ex jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum como candidata a la presidencia. Todas las encuestas así lo anticiparon y no hicieron sino confirmarlo en cada nuevo levantamiento de datos posterior.
Las oposiciones mediáticas y partidistas intentaron hacer ver la victoria de la precandidata como resultado de un previo 'dedazo' de AMLO. Como si el presidente que es hoy, en la tercera década del siglo XXI, el más popular en el mundo para su electorado, prolongara el sistema imperante en el siglo XX durante las siete décadas de incotestada sucesión del PRI (Partido Revolucionario Institucional) en el poder que culminó en el sexenio de Ernesto Zedillo. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en la designación opositora de Xóchitl Galvez- esta si lograda a base de presiones para defenestrar a sus competidores antes de la votación-, el proceso para diirmir la candidatura presidencial 2024 del oficialismo de MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) llegó a su conclusión sin extraviarse de las estipulaciones acordadas previamente.
Un ex canciller presidenciable y una precandidatura morenista que cuajó mal
Para Marcelo Ebrard, quién llegó al final de la primaria como sólido pero distante segundo, la última palabra está por escribirse. Anunció que impulsará un partido nuevo, Movimiento Progresista, y que él será candidato a la presidencia. Ebrard, que fungió como canciller hasta hace un par de meses, expresó distintas inconformidades mientras se realizaron las internas del Movimiento de Regeneración Nacional. Acusó a Claudia Sheinbaum de disponer del apoyo de brigadas de la Secretaría de Bienestar desplegadas para hacer campaña por ella. Igualmente censuró que el equipo de comunicación de la aspirante incentivó campaña negativa en contra de Ebrard e incluso de su familia, así como habría incurrido en difusión de encuestas falsas. Cualquier observador externo de la contienda entre Sheinbaum y Ebrard podrá confirmar que los gastos de campaña de ambos fueron cuestionados por dispendiosos así como ambas fuerzas usaron cuentas en redes sociales en el despliegue de campaña negativa.
Con estos antecedentes Ebrard no llegó feliz al día del recuento de la encuesta de preferencia electoral que concluía el proceso elegido en MORENA. A media jornada del 6 de septiembre, mientras las dirigencias del partido y delegaciones de las candidaturas hacían el escrutinio de las boletas de encuesta, Ebrard anticipó en conferencia de prensa que consideraba que el sondeo debía realizarse de nueva cuenta. Además denunció que su delegación fue impedida por la policía de acceder al escrutinio. La situación permitía ponderar que la relación entre Ebrard y Morena pendía de un hilo.
De la denuncia de Ebrard a la ruptura de MORENA
Marcelo Ebrard no se hizo presente al anuncio de los resultados de la encuesta de MORENA. Por lo mismo tampoco se plegó a las felicitaciones que los otros postulantes prodigaron a Sheinbaum. Al día siguiente, cuando AMLO entregó un simbólico bastón de mando a Sheinbaum encargándole la defensa de la Cuarta Transformación de la vida pública en México, Ebrard concluía una asamblea en el exclusivo Hotel Radisson en el sur de la ciudad. El día anterior Ebrard puso en conocimiento de la prensa y el público que presentó una impugnación a los resultados. Se mantiene firme en su postura de que la dirigencia debe atender y resolver sus observaciones. Pero la dirigencia y el máximo líder de MORENA siguieron adelante, eso sí, dirigiéndose publicamente a “su amigo Marcelo” y recordandole que el partido sigue siendo su casa.
Ebrard anunció el mismo día que después de las consideraciones de la asamblea nacional con sus simpatizantes, determinó impulsar un nuevo frente político, el Movimiento Progresista. Pero las iniciativas pueden no resultarle de fácil ejecución. El Instituto Nacional Electoral por norma solo puede registrar nuevos partidos en 2025, después de las elecciones de 2024. Al mismo tiempo los estatutos de MORENA establecen que se prohíben las corrientes internas dentro del partido. De persistir en la conformación del Movimiento Progresista, Ebrard sería sujeto a medidas disciplinarias dentro de MORENA, lo que seguramente apresuraria el rompimiento. En el pasado Marcelo Ebrard mantuvo relaciones de cercanía con Movimiento Ciudadano, un partido de centro, y se especula que el ex canciller podría renovar esos lazos en un acuerdo de mutuo apoyo.
Buscando al centro en las periferias: la agenda del cisma entre campaña paralela y terceras vías
Como aspirante a suceder a AMLO sin bendición ni otro dedo presidencial, el precandidato devenido candidato por obra de su propia indignación activa mantiene una agenda agitada para mantener su nombre vigente. El mismo día que la recién nombrada candidata del oficialismo anunció una gira nacional para acercarse a las bases morenistas, Marcelo Ebrard informó su propio tour por el país. La morenista y el casi ex morenista se encontrarán en simultáneo visitando pueblos y ciudades, en una campaña paralela.
Ebrard, quien comenzó su militancia en el PRI en 1977, ya ha visto de cerca otras rupturas ocasionadas por la búsqueda de la candidatura presidencial. Su mentor político, Manuel Camacho, cercano del presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), sintió que merecía la designación -en ese entonces por dedazo- a la candidatura del PRI a la presidencia. Cuando se le negó aquella sucesión, Manuel Camacho siguió trabajando en el PRI por cinco años, acompañado por Ebrard, pero en 1999 decidió optar a la presidencia y renunció al PRI, fundó el Partido de Centro Democrático y nombró a Ebrard como Secretario General del nuevo partido. El PCD no llegó al 1% de la votación y perdió el registro. Los programas de análisis político mexicano se preguntan si Ebrard no correrá la misma suerte de su mentor.
AGB
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