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GAZA

“El mejor día de mi vida”: los palestinos celebran el acuerdo entre Hamas e Israel para el alto el fuego

Numerosos palestinos salieron a las calles de Deir al Balah, en el centro de Gaza, para celebrar el alto el fuego alcanzado este miércoles.

Malak A. Tantesh / Jason Burke

Gaza/Londres —
16 de enero de 2025 10:57 h

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En las devastadas ruinas de la Ciudad de Gaza, los campamentos de Al-Mawasi y las calles de Rafá, las fervientes esperanzas de la tarde se convirtieron en celebraciones nocturnas tan pronto como llegaron las noticias del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas.

A pesar del miedo continuo del miércoles por los problemas de última hora y de la incertidumbre sobre otros muchos asuntos, las multitudes abandonaron sus refugios improvisados y sus dañados hogares por todo el territorio para celebrar, gritar y lanzar salvas de celebración al aire. Muchos acompañaron también estas celebraciones ondeando banderas palestinas.

“Es el mejor día de mi vida y de la vida de las gentes de Gaza”, dijo Abed Radwan, un palestino padre de tres hijos. “Gracias a Dios. Gracias a Dios. La gente está llorando aquí. No creen que sea cierto”.

Radwan, que fue desplazado hace más de un año desde Beit Lahiya hasta la Ciudad de Gaza, aseguró que intentará volver a su ciudad natal y “reconstruir mi casa y reconstruir Beit Lahiya”.

Después de tantas falsas esperanzas de poner fin a más de 15 meses de enfrentamientos, el deseo de confiar en que esta guerra sangrienta había finalmente terminado superó cualquier recelo. Incluso entonces, las celebraciones fueron “cautelosas”, afirmó un testigo, y conforme fue llegando la noche las calles se vaciaron.

Muchos han tenido sentimientos encontrados. Fulla Masri, de 33 años, reconoció que estaba tan triste como feliz. “Estoy triste porque perdí al ser humano más valioso que tenía, que era mi marido. Lo perdí en noviembre de 2023 y con él perdí todo sentimiento de alegria”, explicó Masri a The Guardian.

“Pero me siento contenta porque esta guerra sangrienta ha terminado, mis tres hijos y yo seguimos vivos y podremos volver al norte y reunirnos con nuestros familiares y amigos y con la familia de mi marido. No los hemos visto desde el inicio de la guerra y estoy agradecida por haber escapado sana y salva de esta guerra para volver a encontrarlos.”

A primera hora del día, el miedo a la decepción había sido agudo. Muchos estaban preocupados por la posibilidad de que sus seres queridos perdieran la vida en lo que podrían haber sido los últimos momentos de este conflicto que dura 15 meses. Los intensos ataques israelíes han continuado en los últimos días, infligiendo nuevas víctimas.

“¡Tengo miedo! Tengo miedo de que en los últimos momentos pierda a alguien cercano; ya he perdido a muchos”, afirmaba Reham Yasser Al-Najjar, de 24 años y que actualmente reside en Ciudad de Gaza.

La guerra ha devastado Gaza, matando a más de 46.500 palestinos y desplazando a la mayor parte de la población de 2,3 millones de personas en los momentos previos a la guerra del territorio.

“Tenemos nervios de que el acuerdo sea rechazado y la guerra continúe, y nuestro sufrimiento continúe con ella”, decía Muhammad Abu Kmail, de 35 años, un consultor de marketing digital del norte de Gaza.

El acuerdo incluye la liberación de 33 de los aproximadamente cien rehenes en manos de Hamás y que serán intercambiados por varios cientos o incluso un millar de prisioneros palestinos encarcelados en prisiones israelís. Israel también retirará sus fuerzas de parte de Gaza, permitiendo el libre paso a las personas desplazadas de vuelta a sus hogares en gran parte del territorio y la entrada de ayuda humanitaria para los más necesitados.

Incluso con las dos partes enfrentadas resolviendo los últimos flecos, tendrán que celebrarse nuevas negociaciones en el futuro antes de alcanzar un alto el fuego definitivo y la liberación de todos los rehenes. Los palestinos, los estados árabes e Israel todavía deben alcanzar un acuerdo sobre la futura administración de Gaza y acerca de su reconstrucción una vez terminada la guerra.

“No existe ninguna respuesta a la pregunta de quién estará a cargo de Gaza el día después del alto el fuego”, reconoce Mkhaimar Abusada, profesor de ciencias políticas en la Universidad Al-Azhar de Gaza.

Los desafíos para gestionar y reconstruir este territorio son enormes. Sería necesario disponer de una flota de 100 camiones durante 15 años simplemente para limpiar de escombros la Franja de Gaza, lo que tendría un coste aproximado de entre 500 y 600 millones de dólares, según ha calculado un informe de la ONU.

Los campamentos se dispersan ahora a lo largo de lo que antes eran playas y campos de cultivo. Casi toda la infraestructura básica del territorio —cables de electricidad, alcantarillado, tuberías— ha sido destruida, y con ella gran parte de su sistema sanitario.

Abusada afirma que la gente en Gaza estaba “cansada” de Hamas y reconoce que las inversiones y la ayuda humanitaria serán restringidas si la organización islamista retiene el control administrativo del territorio. “Saben que ningún país internacional gastará un dólar si Hamas sigue al frente, así que quieren a la Autoridad Palestina o a cualquier otra entidad”, defiende.

En momentos previos del conflicto, EEUU presionó a Israel para que permitiese a la Autoridad Palestina (AP), que posee el poder político de forma parcial en la Cisjordania ocupada, hacerse cargo de Gaza. Pero Israel se ha opuesto de forma sistemática al gobierno palestino, que fue instaurado tras los acuerdos de paz de Oslo alcanzados hace tres décadas.

Se cree que Egipto ha bloqueado una propuesta de los Emiratos Árabes Unidos para que EEUU enviase Fuerzas internacionales de paz a Gaza y se estableciera allí una administración provisional, bajo el potencial auspicio de la ONU. El Cairo, por su parte, ha propuesto la formación de un comité de notables y funcionarios “apoyado por la comunidad” para dirigir Gaza.

Los residentes de Gaza, exhaustos tras más de un año de violencia extrema y deprivaciones, aseguran que tienen poco interés en saber quién va a dirigir el territorio si vuelve la paz y las autoridades son capaces de traer seguridad así como la reconstrucción a la Franja.

Abu Kmail afirmó: “No estoy interesado en asuntos políticos o en quién gobernará Gaza, pero queremos una administración justa que reconstruya el futuro de Gaza y recupere la estabilidad y la seguridad, porque tanto nosotros como la gente de aquí estamos muy cansados”.

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